El vínculo materno protege a los pequeños de la depresión de las madres

Un buen vínculo afectivo en los primeros meses puede mitigar el impacto de la depresión posparto

El vínculo materno protege a los pequeños de la depresión de las madres

La depresión posparto es una grave condición de salud mental que, lamentablemente, muchas mujeres sufren en silencio y, en ocasiones, sin siquiera saberlo. Esta enfermedad no interfiere solo en su bienestar físico, emocional y psicológico sino que también tiene consecuencias en el bebé.

El contexto en que todo esto sucede es importante y, por ello, hablamos más adelante sobre el tema. A nivel sociocultural se ha generado mucho tabú sobre la depresión posparto y esto invisibiliza la cantidad de mujeres que sufren esta enfermedad, a la par que dificulta su diagnóstico.

En este artículo explicamos detalladamente qué es la depresión posparto y por qué es tan importante el vínculo que se establece en la díada madre-bebé. Una vez asentadas las bases, entramos en profundidad en los resultados publicados recientemente que hablan sobre cómo el vínculo puede reparar parte de las consecuencias de la depresión.

¿Qué es la depresión posparto?

En la onceava edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) se define la depresión posparto —también conocida como DPP por sus siglas— como un síndrome asociado con el embarazo o el puerperio que tiene su inicio aproximadamente 6 semanas después del parto.

Aunque implica cambios tanto a nivel conductual como psicológico, lo que más se destaca son los síntomas depresivos. En la clasificación DSM-5, sin embargo, se considera que es un trastorno del estado de ánimo grave que puede darse incluso durante las 4 primeras semanas. Es importante tener en cuenta que la sintomatología debe diferenciar de la tristeza que se da de forma natural después del parto y que puede diagnosticarse la enfermedad durante todo el primer año.

Revisiones bibliográficas recientes señalan que la idea de depresión perinatal es más adecuada puesto que, aunque en el 40% de los casos los síntomas de la DPP aparecen en el posparto, hay un 33% de los casos en los que aparecen en el embarazo. Aunque los datos varían, se estima que entre un 10 y un 20% de las mujeres padecen depresión posparto.

La importancia del vínculo materno

Los bebés nacen biológicamente preparados para reconocer a su madre. Estamos diseñados para vincular —principalmente con la mujer que nos ha gestado— porque eso es lo que nos permite sobrevivir. Esta conexión se empieza a construir durante el embarazo y se va fortaleciendo, si todo va bien, posteriormente.

La consolidación de un apego seguro con los cuidadores —en este caso, la madre— permite que la criatura se sienta protegida y segura a nivel emocional. Para ello, es necesario que la cuidadora responda de forma sensible y consistente a las necesidades físicas y emocionales de la criatura.

En la construcción de las bases de este vínculo son especialmente importantes los primeros meses de vida. Es importante comprender que es en el apego que se genera hacia los cuidadores donde se construyen las bases del desarrollo emocional y social puesto que influye en la regulación emocional, así como en la construcción de relaciones posteriores.

¿Cómo puede el vínculo materno proteger a los pequeños de los efectos de la depresión posparto?

Un equipo de investigadores japoneses estudió cómo de profundo es el impacto que la depresión posparto materna deja en las criaturas. Además, también quisieron investigar si hay factores que pueden disminuir o amortiguar dichas consecuencias.

Se siguió a un grupo de díadas madre-hijo/a durante varios años con el fin de poder analizar si la madre había presentado sintomatología de depresión posparto y cómo se habían vinculado con sus bebés en los primeros meses de vida. Posteriormente, cuando los niños estaban en sexto grado, evaluaban su bienestar emocional y conductual.

Los hallazgos fueron reveladores. Los hijos de aquellas mujeres que habían tenido depresión posparto tenían mayores probabilidades de padecer dificultades emocionales como la ansiedad y la tristeza. Además, también tenían más probabilidad de presentar problemáticas a nivel conductual manifestada en forma de agresividad o falta de atención.

Aunque la depresión posparto puede dificultar el vínculo entre madre y bebé, los resultados son esperanzadores. Observaron que si las mujeres logran establecer un buen vínculo con sus criaturas, los efectos negativos derivados de la patología materna disminuyen considerablemente.

Este equipo de investigadores encontró otro aspecto interesante. Se observó que los hijos —varones— de madres que habían sufrido depresión posparto mostraban una mayor tendencia a padecer dificultades emocionales y conductuales. No hay una respuesta definitiva todavía a por qué se da esta diferencia.

La importancia del entorno y el contexto

Es importante comprender que la depresión posparto es una enfermedad grave y que, en muchas ocasiones, el entorno es un aspecto clave —que puede ser tanto factor de riesgo como protector—. El entorno y el contexto en que se desarrollan madre e hijo/a son cruciales para la salud física, mental y emocional tanto de la madre como de la criatura.

Aspectos como el apoyo familiar y/o social, la estabilidad económica, el acceso a los servicios de salud —y en especial de salud mental perinatal—, y el contexto sociopolítico pueden interferir en la capacidad de una madre para conectar y vincularse con su bebé.

Muchas mujeres se sienten extremadamente agotadas, sobrepasadas, desbordadas y tremendamente solas al convertirse en madre. Esto, sumado a los cambios emocionales y hormonales, más los posibles antecedentes individuales, contribuye a aumentar las probabilidades de desarrollar una depresión posparto.

Además de todo esto, es importante tener en cuenta que el impacto que la depresión posparto materna genera en el desarrollo de los niños y niñas tiene efectos demostrados a medio plazo. Por ello, es necesario identificar cuanto antes las señales de alarma y activar intervenciones de la forma más temprana posible.

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  • Minotta-Rivera, A. I., Santamaría-Relayza, P. D., & Cardona-Maya, W. D. (2024). Revisión narrativa sobre la depresión posparto: un problema que cada día es más común. Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología, 89(4). https://doi.org/10.24875/rechog.23000122
  • Sasayama, D., Owa, T., Kudo, T. et al. Postpartum maternal depression, mother-to-infant bonding, and their association with child difficulties in sixth grade. Arch Womens Ment Health (2025). https://doi.org/10.1007/s00737-025-01585-y

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Nerea Moreno. (2025, mayo 28). El vínculo materno protege a los pequeños de la depresión de las madres. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/vinculo-materno-protege-a-los-pequenos-de-la-depresion-de-las-madres

Psicóloga

Nerea Moreno es graduada en psicología, con mención en psicología clínica, por la Universidad de Barcelona. Cursó el Máster en Psicología General Sanitaria con la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se formó como experta en psicología de las emergencias y catástrofes. Tanto esta formación como la experiencia laboral en el campo, supusieron para Nerea el descubrimiento de un nuevo mundo: el trauma. Desde entonces, trabaja desde un enfoque integrador y no ha parado de formarse en trauma, sistema nervioso, apego, duelo y emociones.

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