Entrevista a Alberto Casalta: los beneficios de las comunidades terapéuticas contra las adicciones

Un espacio seguro que transforma la adicción mediante convivencia, estructura y apoyo profesional.

Entrevista a Alberto Casalta: los beneficios de las comunidades terapéuticas contra las adicciones

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Las adicciones no solo destruyen hábitos: erosionan vínculos, identidades y proyectos de vida. Cuando la pérdida de control supera la capacidad de una persona para mantenerse segura en su entorno, los tratamientos tradicionales ya no bastan.

En esos casos, los recursos residenciales (las comunidades terapéuticas) se convierten en un puente entre la crisis y la reconstrucción. Allí, la convivencia diaria, la estructura, el acompañamiento profesional y la vida en comunidad ofrecen algo que ninguna consulta individual puede replicar: un entorno que sostiene, confronta y transforma.

Charlando con Alberto Casalta

Para hablar de ello, hoy nos visita Alberto Casalta, psicólogo general sanitario y especialista en adicciones, que dirige la Comunidad Terapéutica Carmen Tarín, la primera comunidad terapéutica urbana de España.

¿Qué es una comunidad terapéutica con ingreso residencial y en qué se diferencia de otros tratamientos para la adicción?

En primer lugar es importante entender qué es una conducta adictiva; consideramos una conducta adictiva básicamente cuando se ha perdido el control sobre la misma. Personas que pierden el control sobre sus vidas y definitivamente, necesitan un recurso más allá del despacho de un psicólogo., por ejemplo, una comunidad terapéutica.

Una comunidad terapéutica es un recurso residencial para personas que no pueden mantener la abstinencia de una sustancia en su ámbito o ambiente, precisamente por la pérdida de control. Este recurso cuenta con psicólogos, médicos, trabajadores sociales, educadores o integradores sociales entre otros profesionales.

Nuestra comunidad terapéutica es la primera de España en localización urbana, es decir, no aislada, a diferencia del resto de comunidades terapéuticas. Esta idea nace de años de investigación, en la que llegamos a la conclusión de que un recurso de estas características podría evitar el llamado “efecto burbuja”, es decir, un porcentaje de recaídas que se producen con el reingreso del usuario a su vida tras un aislamiento de meses. Además, en nuestra comunidad, hacemos un abordaje del problema desde la raíz, siendo la terapia individual una parte indispensable de la intervención, para todos los usuarios y semanalmente, sin excepciones.

¿Qué papel juega el equipo multidisciplinar (psicólogos, médicos, personal auxiliar, etc.) en este tipo de abordaje?

Lo es todo; sin un equipo multidisciplinar no seríamos una comunidad terapéutica, ni conseguiríamos los resultados que tenemos. Cuando hablamos de salud y especialmente en las conductas adictivas, no hablamos tan solo de la ausencia de enfermedad, sino de deterioro mental, emocional, físico, económico, familiar, social… Tener contacto directo entre nosotros, reuniones programadas, una plan estratégico en común y la capacidad de individualización para poder ser precisos en cada caso, nos hace prácticamente infalibles. De otro modo, no podríamos entender la rehabilitación que este tipo de usuarios y sus familias necesitan.

El papel del trabajador social es vital; resolución burocrática, comunicación con las familias y las instituciones, gestión del equipo… El médico; sin él dejaríamos de atender una parte literalmente, en algunos casos, vital. La gestión de la medicación, el control de posibles enfermedades, la salud física en general, realmente importante.

Los psicólogos; somos un equipo de 4 psicólogos que no solo trabajamos en la propia comunidad, sino que también en un despacho externo. Este equipo de psicólogos tan grande hace que podamos abordar un caso desde distintas escuelas, desde EMDR, cognitivo conductual sistémica, gestáltica…

Si los educadores o los integradores, sería imposible el día a día. La gestión de los horarios, los talleres de prevención de recaídas, habilidades sociales, formaciones varias, búsquedas de empleo, contención emocional… No imaginamos una CT sin que sean parte del equipo.

¿Qué valor tiene la relación entre pacientes y terapeutas en este tipo de centros, donde se comparte más que una hora de consulta individual?

No solo con los psicólogos, sino con todo profesional que pase por allí; consideramos que es realmente importante que estén preparados para que, en cualquier momento, uno de los usuarios necesite hablar, como lo haría con cualquier miembro de su familia en su casa. Eso es lo que hace especial una comunidad terapéutica de estas características.

Sí es cierto, que para los psicólogos que estamos en contacto con los usuarios 24h y además hacemos terapia individual separar muy bien la gestión de conflictos y el cumplimiento de normas, ya que no queremos perder calidad en el rapport que queremos conseguir en la intimidad de las intervenciones individuales, pero como comentábamos, los integradores hacen un trabajo brillante de gestión en general, lo que nos permite a los psicólogos a menudo no tener que intervenir en este tipo de cuestiones.

Con respecto a el valor de la intervención en estas condiciones, es algo que no tiene precedentes; poder compartir tanto con el paciente te da una visión mucho más real de la persona, hace la terapia más rica y en mi opinión, en muchos casos, más profunda y veraz. Es una gran suerte y una buena oportunidad tanto para el usuario como para el profesional.

¿Y cómo contribuye la convivencia con otros pacientes en recuperación y la superación de los trastornos adictivos?

Es apoyo, empatía, camaradería, comprensión (como ni lo profesionales, a veces, somos capaces de llegar a entender), seguridad, acompañamiento… El concepto de comunidad, comunión, unión es la base de este tipo de recursos. Somos animales gregarios, sociales y necesitamos saber que pertenecemos, especialmente en los momentos duros y las pruebas que pone la vida.

Hay usuarios más avanzados en el proceso que sirven como ejemplo o referente, otros recién iniciados que sirven como motivación para los usuarios más adelantados y que a menudo encuentran sentido en apoyar a los más nuevos. Realmente es un parte muy bonita del proceso, que todo el equipo de profesionales, tenemos la suerte de ser testigos.

¿Qué importancia tienen las actividades estructuradas como el yoga, el senderismo o la terapia asistida con animales en la regulación emocional?

En una comunidad terapéutica no aislada como la nuestra, cobra especialmente sentido hacer actividades que puedas hacer en tu vida cotidiana cuando hayas superado el proceso; esa es una gran diferencia con el resto de comunidades.

No tenemos la suerte de tener huerto, piscina en las instalaciones ni un bosque en la puerta, pero la mayoría de personas tampoco tenemos estas cosas en nuestras casas. Por eso es importante que podamos hacer actividades que posteriormente, al volver a su casa, puedan incorporarlas de forma natural. Todos podemos buscar una clase de yoga, un gimnasio, o hacer senderismo en zonas cercanas.

Con respecto a la intervención asistida con caballos, concretamente, lo vemos como una forma complementaria de terapia. Trabajamos liderazgo, comunicación no violenta, objetivos más individuales y grupales, mindfulness, resolución de conflictos entre los usuarios con distintas técnicas… en general es una actividad diferente que nos ayuda mucho a logar pasos dentro de la intervención de una forma muy natural.

¿Cuáles son las transformaciones emocionales sueles observar en las personas después de varios días en una comunidad terapéutica?

Evidentemente cada persona, al igual que pada proceso, es única y, por lo tanto, su forma de evolucionar también. Es cierto que existen patrones que tenemos muy definidos por nuestra propia experiencia (de todo el equipo) por ejemplo podríamos dividirlo en 3 fases muy generales: la primera quizás es la más compleja ya que puede ser muy positiva, cómoda o natural para algunos usuarios o muy impactante para otros, generalmente depende del contexto de donde vengan y de sus patrones de consumo. En general el malestar dura unos días de deshabituación. La segunda fase se caracteriza por la toma de contacto con la realidad de donde estamos y qué estamos haciendo.

Han pasado unas semanas y la mente se despeja tras varias semanas sin consumo, se tocan con emociones diferentes que hacía tiempo que no se sentía; en general es una buna fase donde la intervención ya cobra un sentido más profundo y podemos trabajar con más sentido. La tercera fase se caracteriza por sentimientos de motivación y logro. Son conscientes de que lo que han hecho es positivo, que ha merecido la pena y el equipo entero junto con las familias, nos encargamos de que sean muy conscientes y de reconocer el gran esfuerzo que han realizado.

La vuelta a casa en nuestra comunidad terapéutica es más natural y menos impactante que en otras comunidades. Ellos han estado durante el ingreso teniendo contacto con la “vida real”. Han podido ir a hacer sus comprar, han salido en diferentes actividades, han tenido ocio como ir al cine, restaurante… Generalmente, hemos prevenido el efecto burbuja y eso lo notamos.

Desde tu punto de vista como psicólogo, ¿cómo ayuda este entorno a trabajar aspectos profundos como la baja autoestima, el trauma o la evasión emocional que muchas veces subyacen a la adicción?

Principalmente por la exposición constante, regulada y gestionada por el equipo de profesionales, en el ambiente no aislado. Aunque es un ambiente urbano, los usuarios tienen personal 24h con ellos. Nunca van solos ni disponen de dinero ni teléfono móvil. Lo que hace que sea un ambiente controlado, pero además en exposición constante a estímulos del día a día. Eso marca mucho la diferencia con el resto de recursos.

La exposición y la comunicación tan individualizada nos permite ver de una forma muy clara en cada uno de los usuarios lo que necesita, donde están sus resistencias, qué los activa, qué les mueve emociones asociadas al trauma, a vivencias no adaptativas, al duelo… En general podemos decir que no hay “evasión”, hay exposición; Consideramos que la conducta adictiva es una consecuencia de un problema que está por debajo que no se ha trabajado.

Todo ello nos permite abordar, incluyendo desde la terapia individual semanal, todo lo que consideramos que va a permitir a esa persona a recuperar su sentido de vivir, que lamentablemente han perdido dentro del consumo.

Finalmente… ¿Qué estrategias se implementan para prevenir recaídas una vez que la persona regresa a su entorno habitual?

Sobre todo el haber evitado, en esta comunidad única en España, el fenómeno burbuja que se produce con el aislamiento. Desde luego esa es la estrategia que nos diferencia del resto.

Parte de la formación e intervención con los usuarios es que sean consciente y sepan el por qué han llegado a la situación problema. Hacemos terapia grupal, seminarios y talleres, y algunos de ellos concretamente, enfocados en la prevención de recaídas.

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Psicología y Mente. (2025, noviembre 17). Entrevista a Alberto Casalta: los beneficios de las comunidades terapéuticas contra las adicciones. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/entrevistas/entrevista-alberto-casalta-beneficios-comunidades-terapeuticas-contra-adicciones

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