Hablar de sexualidad masculina sigue siendo un terreno lleno de silencios, expectativas irreales y mandatos culturales que pesan especialmente sobre los hombres jóvenes. A muchos se les exige “rendir siempre”, asumir que el deseo es automático y que la masculinidad se mide por el desempeño sexual. Este clima genera vergüenza, ansiedad y bloqueos que rara vez se expresan abiertamente, pero que afectan profundamente la autoestima y las relaciones de pareja.
Charlando con Marcelo Sitnisky
Para comprender este fenómeno y abrir un espacio de conversación honesta, hoy nos visita Marcelo Sitnisky, psicólogo y terapeuta sexual, referente en salud emocional y vínculos afectivos.
¿Por qué es tan difícil para muchos hombres jóvenes hablar abiertamente de sus dificultades sexuales?
Desde que el mundo existe, los hombres, en las diversas culturas tuvieron un rol demasiado importante en todas las áreas. En el aspecto sexual, hubo cierto comportamiento, ciertas creencias de que los hombres siempre que quieren pueden. Y esto no está siendo así. Esa afirmación errónea daña la autoestima, el placer y la capacidad para pedir ayuda.
¿Cómo se suele vivir esta dificultad en silencio y qué consecuencias puede tener a largo plazo si no se aborda?
Hay una carga de sufrimiento importante porque muchos problemas sexuales no son físicos, sino psicológicos y sociales. Por ejemplo: ansiedad del rendimiento, miedo a a ser juzgados por no poder, presión de cumplir con lo que se supone que debería “hacer un hombre”
¿Cómo influyen estas disfunciones sexuales en la dinámica de pareja, especialmente cuando no se habla abiertamente?
El gran tema, el gran punto, es por qué los hombres jóvenes tienen dificultades sexuales y les cuesta hablar de ello? Hay una idea muy arraigada en las sociedades, de que los hombres "siempre quieren" y "siempre pueden".
Ese mito daña su autoestima, su placer y su capacidad de pedir ayuda. El verdadero asunto a resolver es cómo construir una sexualidad basada en el placer, en la comunicación y en el autoconocimiento y que no solo “funcione”.
¿Qué factores psicológicos y sociales suelen estar detrás de disfunciones sexuales en esta etapa de la vida?
Muchos hombres jóvenes no sufren de disfunción eréctil médica. Sufren de miedo a no cumplir. Y ese miedo, paradójicamente, hace que fallen justo en lo que temen. Esta falla les produce ansiedad, que muchas veces, erróneamente es orientada a ser resuelta con pornografía y drogas. Un autor (Zilbergeld) lo dijo así: “A los hombres se les enseña sobre sexo… sin enseñarles sobre emociones.”Aprenden a tener sexo como “acción” (penetración, orgasmo, técnica), pero no como conexión con el propio cuerpo, con otra persona, con su deseo real.
Desde tu punto de vista como profesional, ¿cómo afectan estas disfunciones a la autoestima y a la percepción de masculinidad en los hombres jóvenes?
Estas disfunciones afectan de una manera fundamental la autoestima y la percepción de masculinidad en los hombres jóvenes. Muchos conceptos básicos están distorsionados. Por ejemplo, la pornografía genera una importante desconexión emocional, los jóvenes no ven al sexo como una experiencia a compartir sino como una actuación. Y a su vez les genera expectativas irreales.
Se habla mucho de que el consumo de pornografía en la juventud hace que muchos hombres empiecen a vivir las relaciones íntimas desde unas perspectivas poco razonables. ¿Consideras que esto está en la base de buena parte de sus complejos y bloqueos a la hora de experimentar la sexualidad?
Muchísimos hombres están viviendo muy mal su sexualidad. Una de las muchas causas es el consumo de pornografía en su juventud. Pero no es el único motivo. Otros motivos son que los hombres necesitan espacios para hablar de sexo sin tener que demostrar nada, sin sentirse culpables.
¿Que importancia tiene el acompañamiento conjunto en terapia cuando la disfunción afecta la relación de pareja?
En muchos casos, es fundamental. No solamente que uno (el hombre), entienda lo que le está pasando y está confundido cuando se atribuye culpa, malestar y seguridad de que todo va a seguir así, debería sentirse comprendido. Es sumamente importante que su pareja entienda la situación.
¿Cuándo consideramos que es necesario el acompañamiento conjunto en la terapia?
Cuando el tema sexual ya afecta la autoestima o la salud mental, cuando uno quiere hablar y el otro se niega siempre, cuando la frustración se convierte en bronca, castigo o indiferencia, cuando ya no hay espacio seguro para tocar el tema.
¿Qué mensaje darías a los jóvenes que viven con vergüenza o miedo por sus disfunciones sexuales y no se atreven a buscar ayuda?
El problema no es no poder, el asunto es cómo reconstruir eso lastimado que tiene que ver con la soledad, la presión y el silencio en que viven su sexualidad. Es fundamental trabajar con un excelente terapeuta para revisar muchos temas. Ir a terapia no es fracaso. Es señal de madurez.
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