La ansiedad es un fenómeno que asociamos al malestar, la incomodidad y, en ocasiones, incluso a la desesperación. Tiene sentido que así sea: se trata de una de las consideradas emociones negativas, hasta el punto de que muchas personas sufren verdaderos problemas de ansiedad y asisten a psicoterapia para superarlos.
Sin embargo, este elemento psicológico no existe porque sí. Precisamente, si es tan universal es precisamente porque aunque no nos demos cuenta de ello, en muchas ocasiones nos ayuda, juega a nuestro favor. De esto, entre otras cosas, nos habla nuestro entrevistado de hoy, el psicólogo Javier Álvarez Cáceres.
- Artículo relacionado: "Los 7 tipos de ansiedad (características, causas y síntomas)"
Entrevista a Javier Álvarez Cáceres: ¿cómo nos influye la ansiedad?
Javier Álvarez Cáceres es Psicólogo General Sanitario especializado en terapia cognitivo-conductual y con consulta en Málaga, donde atiende a pacientes individuales y a familias y parejas. En esta entrevista hablamos con él acerca de uno de los principales motivos por los que las personas van al psicólogo: la ansiedad.
Gabinete De Psicología Málaga - Javier Álvarez
Gabinete De Psicología Málaga - Javier Álvarez
Psicólogo General Sanitario
¿De qué maneras nos puede resultar útil en el día a día el hecho de experimentar ansiedad?
Experimentar ansiedad en el día a día, además de ser útil, es necesario. La ansiedad es aquello que nos prepara para la ejecución de una tarea o nos advierte de un peligro.
Imagina realizar cualquier actividad de la vida diaria sin un mínimo de ansiedad. Al cruzar un paso de peatones, no estaríamos “alerta” a cualquier imprevisto. En el trabajo no estaríamos focalizados en buena ejecución de la tarea. Al conducir, al realizar un examen...
Por no hablar de la ansiedad ante un peligro. Por ejemplo, en ese paso de peatones que comentábamos anteriormente. Si un conductor no nos viese y no frenase, la ansiedad provocaría toda una serie de respuestas fisiológicas que nos prepararían ante el peligro, dilatación de pupilas, sudoración para regular temperatura, hipervigilancia, tensión de músculos... Es decir, nuestro cuerpo se prepara para correr y evitar un accidente.
¿Qué es lo que hace que la ansiedad, un recurso que ha evolucionado para ayudarnos a sobrevivir, pueda llegar a generar un trastorno de ansiedad?
Nos encontraríamos ante tres grandes grupos. Por un lado, factores predisponentes. Aquí estarían englobados los factores de personalidad, biología y estilos de crianza.
En segundo lugar están los factores desencadenantes. Consumo de tóxicos y hechos de nuestra vida que provocan ansiedad, no la estamos pudiendo gestionar y se convierte en algo disfuncional... crisis familiares, crisis laborales, crisis vitales, conflictos interpersonales...
En tercer lugar están los factores de mantenimiento. Aquí se incluyen las soluciones que hemos intentado y no han surtido efecto, lo que hace que se cronifique la ansiedad.
Como factor de mantenimiento es importante destacar el miedo. La ansiedad causa tanto malestar que provoca miedo a la repetición del malestar, ese miedo a la repetición de las sensaciones es lo que en muchos casos hace que se convierta en un círculo vicioso.
Como psicólogo, ¿qué aspectos del modo de vida de las personas occidentales crees que pueden generar exceso de ansiedad con frecuencia?
Es muy buena pregunta, ya que las personas estamos acostumbradas a tratarnos la ansiedad una vez que el malestar es muy alto, pero no nos damos cuenta de que la prevención es muy importante.
La ansiedad patológica, es un indicador de que algo no está yendo bien en nuestras vidas, aparece poco a poco, “no la escuchamos” y cada vez es mayor el malestar, seguimos sin escucharla y el malestar sigue acrecentándose.
Creo que el ritmo de vida que llevamos en el día a día en occidente es una “fábrica de ansiedad”; nos levantamos corriendo, nos levantamos con cierto nivel de ansiedad, en mucho casos, seguimos acelerados durante el día y nos acostamos con la cabeza “llena” de pensamientos sobre el día siguiente.
Para gestionar la ansiedad es importante cuidar el sueño, la alimentación, el deporte y las relaciones sociales y familiares, algo que cada vez descuidamos más en la cultura occidental.
¿Crees que hoy en día el hecho de resignarse a sufrir problemas de ansiedad está muy normalizado entre la sociedad?
Más que resignarnos a sufrir problemas de ansiedad, a lo que nos estamos acostumbrando es a no trabajarnos nosotros, a no cuidarnos, a no escuchar nuestro cuerpo y mente y ver qué nos está sucediendo, qué es lo que nos está causando malestar y ansiedad.
Hoy en día de las medicaciones más vendidas en farmacia están los ansiolíticos y los antidepresivos.
Vivimos a un ritmo de vida tan acelerado, que es más fácil y cómodo tomar una pastilla, que trabajar en nosotros.
¿Cuáles son los trastornos de ansiedad que ves en consulta?
Los trastornos de ansiedad que más veo en consulta son ataques de pánico y la ansiedad causada por problemas de relaciones sociales, de pareja y familiares.
Últimamente se ha producido un incremento muy significativo debido al COVID-19 de todo aquello relacionado con la disminución del área laboral, social y familiar.
A la vez, también ha habido un mayor aumento de consultas relacionadas con hipocondría.
Desde tu punto de vista, ¿cuáles son las técnicas de psicoterapia más útiles para ayudar a las personas con problemas de ansiedad?
Desde mi punto de vista, la terapia cognitivo-conductual es el modelo terapéutico que mayor eficacia tiene para abordar los trastornos de ansiedad.
Además, se obtiene un mayor porcentaje de éxito integrando técnicas de otros modelos, como por ejemplo, de Aceptación y Compromiso o sistémicas. Al abordar todo lo relacionado con la ansiedad, es necesario intervenir en tres áreas: La fisiológica, la cognitiva y la conductual.
En la fisiológica, intervenimos sobre toda la sintomatología física a través de técnicas de relajación, visualización, respiración, normalización de sintomatología...
En la parte cognitiva, intervenimos sobre los pensamientos asociados al proceso de ansiedad, distinguiendo entre si son pensamientos racionales o irracionales.
En el área conductual intervenimos desde pequeños ejercicios dirigidas a retomar el control de nuestro día a día, de nuestra vida.