Entrevista a Javier Ares: el impacto del COVID-19 en la vida en pareja

El psicólogo Javier Ares nos habla sobre los efectos de la pandemia en las relaciones de pareja.

Javier Ares portada

Más allá del concepto de amor idealizado que muchas personas utilizan para interpretar las relaciones de pareja, está la realidad: el amor tan solo existe en tanto que está ligado a un contexto, y ese contexto es un mundo imperfecto.

El ejemplo más claro de esto lo hemos visto a lo largo de los últimos meses, con la pandemia global de coronavirus. Este cambio en nuestor entorno ha tenido un efecto (para bien o para mal) en muchas relaciones de pareja, que han tenido que adaptarse a las circunstancias.

Para comprender mejor este encaje entre el amor de la vida en pareja y la complicada realidad de una sociedad en alerta por el COVID-19, hablamos con el psicólogo Javier Ares.

Entrevista a Javier Ares: el efecto de la pandemia por coronavirus en las relaciones de pareja

Javier Ares Arranz es Psicólogo General Sanitario especialista en la intervención en problemas de tipo emocional y relacional (en las parejas o en el contexto familiar). En esta entrevista nos habla acerca de las implicaciones que la oleada de contagios de coronavirus ha tenido en los matrimonios y en las relaciones de noviazgo.

¿Cuáles crees que son los tipos de parejas y familias más propensas a desarrollar nuevos problemas mientras no exista vacuna para el coronavirus?

Antes de nada, debemos tener en cuenta que no hay parejas inmunes a este virus, obviamente. Por desgracia, a todas les va a afectar, y esto puede ser un nexo de unión o una forma de crear diferencias.

Creo que un buen aprendizaje del problema es que nos ayude a formar un equipo que nos haga ser más fuertes ante ello. Sí que debemos prestar atención a las parejas que ya de antes venían debilitadas, y permíteme hacer esta comparación, pero el casco de un barco puede aguantar un tiempo con pequeñas grietas sin reparar, pero muy poco cuando viene una tempestad. De ahí es importante tener el casco del barco en buen estado para que ante pequeñas adversidades no nos hundamos.

Esto es extrapolable a una pareja, en el sentido de que debemos siempre solucionar los conflictos en el momento que se dan, tratar todo con buena comunicación y no caer en grandes batallas de egos donde los únicos que salimos perdiendo somos nosotros.

No solo debemos acudir a terapia de pareja cuando hay un problema, sino también cuando queremos invertir en nuestra salud y nuestro futuro, adquirir nuevas competencias y ser más eficaces. La unión hace la fuerza, y ante las adversidades inesperadas más, y es aquí donde más se refleja el trabajo personal de cada uno.

Las medidas de distanciamiento social llevan a que la gente socialice menos en la calle. ¿Puede esto convertir la pareja en un contexto demasiado opresivo o aburrido, en muchos casos?

Las parejas tienen en sus manos el camino que quieren coger, respeto que algunas decidan tomarse este mayor tiempo de convivencia como un castigo del cual solo sacar cosas negativas, pero admiro a las que ven un nuevo reto en este acontecimiento.

Una pareja que goce de buena salud no tiene por qué temer a esto, ya que se pondrá a prueba la fortaleza de la relación.

Lo importante es que ambos conserven sus espacios y autonomía. No por el hecho de estar más tiempo juntos tendrán que tener que hacer todas las cosas juntos todo el rato, esto cansa a cualquiera.

Hay que saber que si no mantenemos nuestras actividades personales, vamos a perder parte de nuestra personalidad, y eso nos va a hacer sentirnos angustiados, por lo que propongo que se hagan actividades juntos, por supuesto, pero también propongo que se mantengan las actividades propias, tales como hobbies varios, ejercicios, en definitiva: mantener nuestro jardín interior.

El hecho en sí de estar más tiempo en casa puede provocar ansiedad y otros problemas a nivel psicológico que, si la persona carece de herramientas personales, posiblemente pueden hacer que el trato con sus seres queridos empeore.

Por ello no debemos abandonarnos y dedicar unos minutos al día a cuidar nuestra paz mental. ¿Cómo?. Por ejemplo, si tenemos ansiedad, solo el hecho de hablarlo con nuestra pareja y escupirlo todo nos hará tranquilizarnos, y a la vez nos unirá más. Son pequeños pasos que quizás al principio se harán difíciles, pero animo a las parejas a fomentar esto y aumentar vínculos.

La convivencia en estas circunstancias ha de ser tomada como un reto en el que están implicadas las dos personas de la relación, y gracias a ello se va a crear un sentimiento de equipo que en muchas formas hará mejorar.

Otro problema de estar más tiempo en casa es que hace que le demos más vueltas a la cabeza, y poner lo que llamo "la lavadora". Metemos un pensamiento en ella y le damos vueltas y vueltas. Esto solo genera preguntas y castigarnos con el problema al no podersacárnoslo de la mente. Por ello, como más arriba he dicho, los lazos de unión tienen que verse apoyados con una comunicación fluida.

La crisis sanitaria del COVID-19 parece haber dado paso a otra crisis de tipo económico. ¿Es la dificultad a la hora de encontrar un trabajo una de las fuentes de malestar psicológico más frecuentes en las relaciones de pareja?

Está más que demostrado que una mala gestión de los estímulos externos que nos llegan hacen que con el entorno estemos más irascibles y a la mínima explotemos con los que más nos quieren y más cerca tenemos, en este caso, nuestra pareja.

La incertidumbre de no saber qué va a pasar en el futuro debido a que muchos miembros de las parejas están en un ERTE o peor aún, han perdido sus trabajos, lógicamente afecta a las personas. ¿Qué podemos hacer?, hacer uso del apoyo de nuestro/a compañero/a como un aliado en este proceso y apoyarnos en él mediante el diálogo para superarlo y descongestionar esos sentimientos.

Es lógico sentir emociones tales como rabia, ira o ansiedad, pero no es aceptable el instalarse en ellas y usarlas como forma de vida. El crear una vía de tratar los problemas hará que se mantenga el respeto y aumente la empatía, algo muy importante en esta situación.

Ante el desempleo hay que crear un plan para encontrar trabajo, empezar a movernos y hacer de ello una rutina, fijar un horario diario para mandar CVs (llevarlos en mano pienso que no es buena idea ahora mismo), hablar con amigos y decirles que estamos buscando trabajo para que cuenten con nosotros y por último: no desistir en el intento, al final la constancia lo es todo.

También ser conscientes de que el estar más tiempo en casa puede facilitarnos el ampliar nuestros conocimientos y, por ejemplo, hacer cursos gratuitos que hay en Internet con diploma oficial. Simplemente con buscar en google sus propios cursos verás una gran oferta, que repito, es gratuita.

Por último, no olvidemos el ocio, por favor. Hay mil formas de desconectar sin gastar sumas importantes de dinero, o incluso gratis, como días de puertas abiertas en museos, practicar algún deporte, conciertos gratuitos callejeros o que mismamente ofrecen los centros sociales. En Internet hay webs especializadas en actividades de este tipo, y por experiencia te digo que me han arreglado las tardes de muchos fines de semana.

La lectura que hay que hacer de esto es que, si estás en esta situación, encuentres en la crisis una oportunidad de mejorar.

En el caso de las parejas con hijos, ¿qué nuevos retos implica la presencia del COVID-19 en sus vidas?

Estas parejas han de saber que de ellas parte gran responsabilidad, ya que por su parte vendrá la implantación en sus pequeños de los nuevos hábitos de limpieza y educación referentes a lo que nos acontece estos días.

Por otro lado hay nuevas vías, como que seguramente muchos padres empiecen a trabajar desde casa, y por ello van a pasar más tiempo con sus hijos y tendrán que hacer de profesores y cuidadores también; y creo que sería recomendable recordar que se haga siempre en base a tres grandes pilares: comprensión, disciplina y cariño.

Para llevarlo a cabo hay que controlar los sentimientos, analizando minuciosamente cómo actuar ante situaciones de agotamiento físico y mental, las cuales aparecerán a lo largo de este periodo. Aquí tendrán el reto de poder pasar más tiempo con ellos y saber en qué invertirlo.

Creo que sería lógico buscar un punto intermedio en las familias, donde poder llevar a cabo actividades juntos con las que crear nuevos lazos de unión. Estas actividades no han de ser dentro del ámbito doméstico, perfectamente pueden ser fuera, y en ellas se pueden fomentar aspectos de la educación tales como el hábito de hacer un deporte varias veces por semana o la lectura.

Otro reto importante será el poder hablar con ellos sobre el problema que vivimos. Para ello nos sentaremos a hablarlo siguiendo diferentes aspectos.

En primer lugar, estaremos abiertos a sus preguntas: para que no se queden con dudas, y así vean que hay puntos que han de comprender.

Además, hay que responder a todas las preguntas: incluso las que no sepamos, respondiéndoles que no conocemos la respuesta. Es importante huir de mentiras o de preguntas menospreciándolas.

También es clave usar la actividad de forma que nuestro hijo adquiera habilidades de expresión: le dejaremos que se exprese y se sienta cómodo.

Finalmente, deberíamos explicar las medidas de las que disponemos y cómo acceder a ellas. Las medidas de contención han de quedar claras y por ello todos los involucrados deben saber por qué las usamos, cómo usarlas y cuándo aplicarlas.

¿De qué manera te adaptas como psicólogo a los posibles problemas de pareja que puedan surgir con la expansión del coronavirus?

Lo primero es saber a qué nos enfrentamos. Una gran crisis económica, sanitaria y social. Los profesionales de la salud mental debemos adaptarnos a los nuevos cuadros que pueden presentar nuestros pacientes, y la mejor forma de adaptarnos es la continua formación para no quedar desfasados y conseguir seguir siendo competentes y lo más profesionales posibles.

La psicología tiene que ser lo más eficaz y eficiente posible para no caer en malos vicios como la charloterapia y el tener a pacientes en consulta durante años enseñándoles la teoría de lo que les pasa y no dándoles herramientas con las que enfrentarse a sus problemas y eso es un error.

Tenemos ante nosotros una oportunidad de demostrar que nuestra profesión es una ciencia que ayuda a la gente y salva vidas, dejar claro que somos profesionales sanitarios necesarios, y conseguir enterrar los estigmas que quedan sobre ir al psicólogo.

También es importante adaptarse con la tecnología e intentar llegar a todos los ámbitos posibles, haciendo que sea lo más cómodo posible para el paciente. Me encanta cuando la gente se sorprende de cómo de eficiente es una videollamada, literalmente me han llegado a decir que no encuentran diferencia entre ello y una consulta presencial, e incluso el propio paciente sale reforzado, ya que al encontrarse en su casa está en un ámbito de confort y por ello estará más abierto.

¿Cuáles son los principales consejos que das a las parejas en el contexto de la crisis por coronavirus, incluso aunque no se planteen acudir a terapia?

En primer lugar, hay que potenciar la independencia compartida: mantened vuestros espacios. Tu pareja tiene derecho a ver series, tú tienes derecho a jugar al ordenador o a la consola, no perdamos nuestras propias costumbres.

Además, hay que potenciar el diálogo. Ante la mínima molestia siéntate a hablar, impidamos la creación de bolas de nieve. En el momento que tengamos un problema, sentémonos a dialogar y a solucionar los problemas, muchas veces el principal sustento de un conflicto es la falta de comunicación.

Por otro lado, hay que procurar tener tiempo productivo. Es decir, hay que usar el tiempo de la forma más provechosa posible. Si no os podéis ir de vacaciones entiendo que sea negativo, pero ya que estáis ante esa tesitura intentad usarlo para crear en esa convivencia que estaréis juntos nuevos hábitos de pareja.

Finalmente, es muy importante contar con posibilidad de mejora. Tomáoslo como un reto, esto no va a durar eternamente, será temporal, y si lo tomamos como un castigo no solo nos va a afectar más sino que lo vamos a vivir como una penitencia.

Psicólogo | Fundador de Psicología y Mente

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Bertrand Regader (Barcelona, 1989) es Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona, con especialidad en Psicología Educativa. También cuenta con estudios de posgrado en Economía por la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona.

Ha ejercido como psicólogo escolar y deportivo en distintas instituciones y como consultor de marketing digital para distintas empresas y start-ups, pero su verdadera vocación es la dirección de medios digitales y el desarrollo de proyectos empresariales vinculados a las nuevas tecnologías.

Ha sido Director Digital de las revistas Mente Sana y Tu Bebé en la editorial RBA, y como Coordinador Digital y SEO Manager en la versión digital de la revista Saber Vivir.

Es Fundador de Psicología y Mente, la mayor comunidad en el ámbito de la psicología y las neurociencias con más de 20 millones de lectores mensuales.

Es Director de I+D+I en Customer Experience en la cadena hotelera Iberostar, liderando un equipo de profesionales de la salud y del ocio con el objetivo de potenciar la experiencia de los clientes en más de 100 hoteles en Europa, Oriente Medio y América.

Autor de dos obras de divulgación científica:

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