Hasta no hace tanto tiempo, todo el mundo daba por sentado que el sexo era, fundamentalmente, una herramienta para la reproducción. Afortunadamente, hoy sabemos que es mucho más: para la mayor parte de la población, es un aspecto básico de sus relaciones más íntimas, e incluso de su autoestima. Y es debido a esto que actualmente nos tomamos la sexualidad muy en serio, al ser uno de los ingredientes de la felicidad.
Pero una cosa es saber estas cosas, y otra cosa es actuar en consecuencia. Y es por ello que miles de personas sufren problemas asociados al deseo sexual y no hacen nada para solucionarlo. Justamente de esto hablaremos con la sexóloga Nazaret Campillos, con experiencia ayudando a personas con este tipo de inseguridades.
Entrevista a Nazaret Campillos: ¿Cómo acudir a una sexóloga puede ayudarnos a mejorar nuestro deseo sexual?
Nazaret Campillos Cañete es Sexóloga experta en problemas de sexualidad y de autoestima vinculados a las relaciones íntimas, y ofrece su asistencia terapéutica de manera presencial y online. En esta ocasión, charlamos con ella sobre el deseo sexual y los retos que muchas personas experimentan en relación a este.

Nazaret Campillos Cañete
Nazaret Campillos Cañete
Sexóloga
¿Cuáles son los mitos más comunes relacionados con el deseo sexual?
Ante todo, voy a definir qué es un mito sexual para que sepamos realmente a qué hacemos referencia.
Se trata de una creencia errónea o falsa sobre la sexualidad, que muchas personas consideran verdadera, pero que no tiene base científica o está basada en ideas culturales distorsionadas. Estos mitos pueden generar expectativas poco realistas, disminución de la autoestima y confusión lo que puede llevar a dificultades en la sexualidad tanto individual como en pareja.
Hay muchos mitos que rodean a este tema pero por aquí voy a dejar los tres que más se dan y voy a intentar dar información real que los aclaren y los desmientan.
“Los hombres siempre tienen más deseo sexual que las mujeres.”
Este es un mito muy arraigado, pero incorrecto. Tanto hombres como mujeres pueden tener niveles variables de deseo sexual. Las diferencias en el deseo sexual no dependen del género, sino de factores personales, emocionales y contextuales. Además, la sexualidad es única para cada persona, y no hay un "estándar" universal.
“El deseo sexual debe ser constante y alto.”
Este mito sugiere que todas las personas deben sentir deseo sexual de manera constante, pero la realidad es que el deseo fluctúa a lo largo del tiempo por diversas razones, como el estrés, cambios hormonales, estado de salud, o situaciones emocionales. No es extraño experimentar periodos con menor deseo sexual. También existen personas que no experimentan deseo sexual a lo largo de su vida y se suele identificar en el espectro de la asexualidad.
“El deseo sexual es igual en todas las etapas de la vida.”
El deseo sexual cambia a lo largo de la vida y en las diferentes etapas de una relación. Factores como el envejecimiento, cambios hormonales, maternidad/paternidad o menopausia/andropausia pueden influir en el deseo. Adaptarse a estos cambios es importante para mantener una vida sexual saludable y plena.
¿Existe una tendencia a normalizar problemas de deseo sexual que en realidad pueden ser tratados en terapia?
Sí, como sexóloga, puedo decirte que efectivamente existe una tendencia a normalizar o subestimar problemas de deseo sexual, cuando en realidad muchos de estos pueden ser tratados y mejorados a través de la terapia. Muchas personas asumen que la falta de deseo es algo inevitable o simplemente parte de la rutina en una relación, pero esto no siempre es cierto.
Algunas de las razones por las que se normalizan problemas de deseo sexual incluyen:
- Falta de información: Muchas personas no saben que la terapia sexual y psicológica puede ayudar a abordar problemas de deseo. Piensan que es un tema exclusivamente físico u hormonal, cuando en realidad los factores emocionales, relacionales y psicológicos también juegan un papel crucial.
- Estigmatización: Hablar sobre problemas sexuales, especialmente el deseo, todavía puede ser un tema tabú. Esto lleva a que las personas no busquen ayuda por vergüenza o miedo a ser juzgadas, lo que refuerza la idea de que es algo con lo que deben "convivir".
- Mitos culturales: Existen muchas creencias erróneas, como la idea de que el deseo sexual disminuye inevitablemente con la edad o con el tiempo en una relación. Si bien es normal que el deseo fluctúe, no debe asumirse que una baja en el deseo es algo inmodificable o inevitable.
La terapia puede ser muy eficaz para abordar estas dificultades:
- Identificar causas subyacentes: A través de la terapia, se puede explorar si la disminución del deseo tiene causas psicológicas, como estrés, ansiedad, depresión o problemas en la relación. También puede ser una respuesta a factores físicos o hormonales, que pueden ser abordados con un enfoque médico complementario.
- Mejorar la comunicación: Muchas veces, el deseo sexual disminuye debido a la falta de comunicación abierta sobre las necesidades sexuales, los cambios en la relación o las expectativas. En terapia, se trabaja en mejorar la conexión emocional y en abrir el diálogo sobre la sexualidad.
- Intervenciones específicas: Hay técnicas y herramientas terapéuticas que pueden ayudar a reavivar el deseo sexual, desde cambios en el estilo de vida hasta ejercicios específicos para mejorar la intimidad y el erotismo en la pareja. Si bien las fluctuaciones en el deseo son normales a lo largo de la vida, es importante no resignarse si el bajo deseo causa malestar o afecta negativamente la relación. La terapia sexual es una vía efectiva para recuperar el equilibrio y mejorar la satisfacción sexual.
¿Son más comunes los problemas por falta de deseo o por el exceso de este?
Los problemas por falta de deseo sexual son más comunes que los relacionados con un exceso de deseo. Esto es algo que vemos con frecuencia en consulta, y suele ser una de las principales razones por las que las personas o parejas buscan ayuda.
Además también existe una brecha de género unida a un mito y es que los hombres suelen acudir más a consulta porque se les demanda un deseo sexual más alto, mientras que las mujeres no acuden a consulta porque ven normal tener deseo sexual bajo, ya que en ellas están relegadas más a complacer el deseo del hombre.
¿Qué papel juega la autoestima en la expresión del deseo sexual?
La autoestima juega un papel fundamental en la expresión del deseo sexual. Como sexóloga, te puedo decir que cómo nos sentimos con nosotros mismos influye directamente en nuestra capacidad para disfrutar y expresar nuestra sexualidad. Aquí te explico cómo la autoestima impacta el deseo sexual:
- Seguridad y confianza en el cuerpo: Cuando una persona tiene una buena autoestima, se siente más cómoda con su cuerpo y más segura de sí misma. Esto facilita que se sienta más abierta a la exploración sexual y al placer. Por el contrario, si alguien tiene inseguridades corporales, puede evitar situaciones íntimas por miedo a ser juzgada o por vergüenza, lo que puede disminuir su deseo sexual.
- Actitud hacia el placer: Una autoestima saludable también está relacionada con la autovaloración y el sentido de merecer el placer. Las personas que se valoran tienden a permitirse disfrutar de su sexualidad y buscan relaciones que sean satisfactorias emocional y físicamente. Cuando la autoestima es baja, es más común que las personas se autoimpongan limitaciones o sientan que no merecen experimentar el placer, afectando negativamente su deseo.
- Relaciones sexuales más satisfactorias: La autoestima también está ligada a la capacidad de comunicar deseos, necesidades y límites en una relación. Sentirse seguro de uno mismo permite que se pueda hablar abiertamente con la pareja, lo que mejora la conexión y la intimidad, factores que aumentan el deseo sexual. La falta de autoestima puede generar problemas de comunicación, lo que, a su vez, afecta negativamente el deseo y la calidad de las relaciones sexuales.
- Relación con el estrés y la ansiedad: Baja autoestima está frecuentemente asociada con ansiedad y estrés, dos factores que afectan el deseo sexual. Las personas que dudan de su valía pueden preocuparse demasiado por su desempeño sexual, lo que crea una carga emocional que inhibe el deseo. En cambio, quienes se sienten bien consigo mismos suelen estar más relajados y presentes en el momento, lo que facilita el disfrute y la espontaneidad sexual.
- Ciclos de retroalimentación: La relación entre autoestima y deseo sexual es circular: una baja autoestima puede disminuir el deseo sexual, y la falta de deseo o de relaciones sexuales satisfactorias puede, a su vez, dañar aún más la autoestima. Por eso es importante trabajar tanto en el bienestar emocional como en la relación con la sexualidad. En resumen, la autoestima actúa como una base sobre la cual se construye una sexualidad saludable y plena. Fortalecer la autoestima no solo mejora la percepción de uno mismo, sino que también abre las puertas a una vida sexual más activa, libre y placentera.
Aparte de la autoestima, ¿qué factores psicológicos consideras que influyen más en el aumento o disminución del deseo sexual?
Claro, hay varios factores psicológicos que pueden influir en el deseo sexual, además de la autoestima. Aquí te menciono algunos de los más relevantes:
Estrés y Ansiedad: El estrés cotidiano, ya sea por cuestiones laborales, familiares o personales, puede reducir significativamente el deseo sexual. La ansiedad también puede interferir, ya que puede hacer que una persona se sienta menos relajada y, por ende, menos interesada en la actividad sexual.
Relación de Pareja: La calidad de la relación con la pareja juega un papel crucial. La comunicación abierta, la confianza y la conexión emocional pueden aumentar el deseo, mientras que los conflictos, la falta de intimidad o la insatisfacción pueden disminuirlo.
Experiencias Pasadas: Traumas sexuales o experiencias negativas pueden tener un impacto duradero en el deseo sexual. Es importante abordar estas experiencias con apoyo profesional si es necesario.
Expectativas y Presiones Sociales: Las normas culturales y sociales pueden influir en cómo una persona percibe su propio deseo sexual. Las expectativas poco realistas sobre el sexo pueden generar presión y afectar el deseo. Estado de Salud Mental: La ansiedad y la depresión pueden disminuir el deseo sexual. La salud mental general es un aspecto clave que debe considerarse.
Medicamentos y Sustancias: Algunos medicamentos, así como el consumo de alcohol y drogas, pueden afectar la libido.
Cogniciones y Creencias Personales: Las creencias sobre la sexualidad, ya sean positivas o negativas, pueden influir en cómo una persona se siente respecto a su deseo sexual.
Cada individuo es único, así que la interacción de estos factores puede variar. Un enfoque holístico que considere la salud mental, emocional y relacional puede ser muy útil para abordar las cuestiones del deseo sexual. Si sientes que esto es un problema en tu vida, buscar la ayuda de un profesional puede ser un gran paso.
En general, cuáles son las técnicas de terapia sexual más eficaces ante los problemas ligados al deseo sexual?
Hay varias técnicas que suelen resultar de ayuda como puede ser la Terapia cognitivo conductual(TCC), las técnicas de mindfullness, la terapia de pareja, técnicas de juego de roles y técnicas enfocadas a aumentar la intimidad y el placer.
El enfoque holístico de la persona que pide ayuda nos debe guiar a recomendarle la más adecuada para su personalidad y circunstancias propias.
Lo primero por lo que se empieza es la educación sexual ya que suele ser deficiente en nuestra sociedad. Se suele proporcionar información precisa sobre la sexualidad y esto puede ayudar a desmitificar conceptos erróneos y reducir la ansiedad. También se incluye educación sobre la anatomía, la respuesta sexual y la comunicación en pareja.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las personas cuando buscan ayuda profesional sobre su deseo sexual, y qué se puede hacer para ayudarlas?
Cuando las personas buscan ayuda profesional por problemas relacionados con el deseo sexual, enfrentan varios desafíos. Aquí te enumero algunos de los más comunes y cómo se pueden abordar: Estigmas y Vergüenza: Muchas personas sienten vergüenza al hablar sobre sus problemas sexuales, lo que puede hacer que duden en buscar ayuda. Para superar esto, es fundamental crear un entorno seguro y no juzgador. Los profesionales de la salud sexual deben promover una comunicación abierta y empática. Falta de Información: Algunas personas no saben qué esperar de una terapia sexual o no comprenden la naturaleza de sus problemas. Brindar información clara sobre el proceso terapéutico y los objetivos puede ayudar a aliviar estas inquietudes. Temor al Juicio: El miedo a ser juzgados por sus deseos, preferencias o situaciones pasadas puede ser un gran obstáculo. Un terapeuta o asesor sexológico que fomente la confianza y la aceptación puede facilitar la apertura y la exploración de estos temas.
- Expectativas Irrealistas: Muchas personas esperan soluciones rápidas o "milagros" en la terapia. Es importante establecer expectativas realistas desde el principio, enfatizando que la mejora puede requerir tiempo y esfuerzo.
- Resistencia al Cambio: Algunas personas pueden sentirse cómodas con sus patrones actuales, incluso si son problemáticos. La terapia puede ayudar a identificar estos patrones y a explorar los beneficios del cambio, pero esto puede requerir tiempo y motivación.
- Comunicación en Pareja: Para quienes están en pareja, la dificultad para comunicar sus necesidades y deseos puede ser un desafío. Fomentar habilidades de comunicación efectivas es esencial, y a menudo se incluye en la terapia de pareja.
- Dificultades en la Relación: Si el problema del deseo sexual está relacionado con conflictos en la relación, esto puede complicar aún más la búsqueda de ayuda. Abordar estos problemas subyacentes en el contexto de la terapia es crucial.
Cómo ayudar a las personas en este proceso:
- Educación Sexual: Proporcionar información precisa y útil sobre la sexualidad puede empoderar a las personas y reducir la ansiedad en torno a estos temas.
- Establecimiento de Confianza: Crear un espacio seguro donde se sientan cómodas hablando abiertamente es fundamental para facilitar el proceso terapéutico.
- Fomentar la Autocompasión: Ayudar a las personas a ser más amables consigo mismas puede disminuir la vergüenza y la culpa asociadas con los problemas sexuales.
- Técnicas de Relajación: Incorporar ejercicios de mindfulness o técnicas de relajación puede ayudar a las personas a reducir la ansiedad que a menudo acompaña a la discusión de estos temas.
- Trabajo Gradual: Establecer metas pequeñas y alcanzables puede ayudar a las personas a sentirse más cómodas y motivadas en su camino hacia la mejora. Buscar ayuda profesional sobre el deseo sexual es un paso valiente y positivo. Con el apoyo adecuado, las personas pueden trabajar en sus desafíos y encontrar formas de reconectar con su deseo y placer.


Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad