No todos los ámbitos de la psicología aplicada están orientados al tratamiento de psicopatologías. Un claro ejemplo de esto lo tenemos en la Psicología Positiva, desde la que se tiene como objetivo ayudar a las personas a sacar partido de sus talentos y sus fuentes de potencial, yendo más allá de la superación del malestar.
En esta entrevista al psicólogo Roberto Martínez, este profesional nos habla de su experiencia aplicando esta forma de intervención psicológica desde la Psicología Positiva.
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Entrevista a Roberto Martínez: la Psicología Positiva y sus aplicaciones en el bienestar mental
El psicólogo Roberto Martínez es psicólogo experto en Psicología Positiva y Terapia de Esquemas. Tiene su consulta principal en Montevideo, donde atiende a adultos y adolescentes. En esta entrevista nos habla acerca de los principios teórico-prácticos de la Psicología Positiva y su aplicación en terapia y asistencia psicológica.
¿Qué es lo que, desde tu punto de vista, caracteriza a la Psicología Positiva y la distingue de otras áreas de actividad en la Psicología en general?
Considero que la Psicología Positiva aporta una mirada más amplia e integradora de la persona, su realidad y su potencialidad. Una mirada que no sólo ve y atiende lo que está pasando en la vida de la persona y le preocupa, sino que va más allá, ve el potencial, el recurso, lo que le ha funcionado en el pasado y ahora no está utilizando.
¿Hasta qué punto hay una línea clara entre lo que es un problema psicológico, por un lado, y una necesidad de desarrollo personal o de aprovechamiento de nuestro potencial y de nuestros talentos, por el otro?
No veo una clara línea que separe lo uno de lo otro, salvo en casos de trastornos realmente graves. Varios estudios sobre depresión confirmaron que las terapias clásicas logran resultados aceptables para la reducción de síntomas, pero eso no se reflejaba en que la persona se sintiera mejor o más satisfecha con la vida.
Debemos tratar los trastornos, colaborar con el consultante a superar esa situación, pero como psicólogo, considero que debemos ir un poco más allá, ayudando a esa persona a estar mejor, con más bienestar.
El bienestar en general se relaciona con un mayor sentido de la vida, compromiso y realización personal. Este tipo de intervenciones son las que reducen drásticamente las recaídas y permiten hacer sostenible en el tiempo la intervención.
A veces se dice que la Psicología Positiva trata de eliminar completamente las “emociones negativas”, aquellas que os producen malestar. ¿Mito o realidad?
Es un mito. Las emociones se dividen en positivas y negativas con un fin didáctico pero todas ellas son útiles y si pasados varios millones de años de evolución las conservamos es porque definitivamente tienen una utilidad.
La Psicología Positiva justamente trata de valorar todas las emociones, entender su significado, ser conscientes de ellas y entender su magnitud. La Psicología Positiva ha marcado un verdadero hito terapéutico al identificar y propiciar a las emociones positivas como un recurso para tratar a las personas, parejas y organizaciones.
Hoy sabemos que las emociones positivas favorecen la creatividad, amplían nuestra consciencia y favorecen las interacciones sociales, generando una andanada de neurotransmisores que propician el bienestar en el momento y permiten generar una especie de “fondo de reserva” para momentos duros.
Se habla de que las emociones positivas producen un efecto de “amortiguación” que es especialmente útil en los momentos duros que la vida tiene.
Todas las emociones tienen una utilidad, un sentido, un para qué. En ocasiones, por distintas causas, las personas tendemos a interpretarlas de un modo poco adaptativo, infravalorarlas o sobredimensionarlas y eso suele ser una fuente de malestar psicológico.
¿Cuáles crees que son las principales utilidades y beneficios de la Psicología Positiva aplicada a la asistencia psicológica para personas que acuden a la consulta?
El principal beneficio es ayudar a la persona a verse desde el recurso; que con lo que tiene, con lo que sabe, podemos organizarlo en un modo tal que se sienta mejor, afronte de un modo más satisfactorio los desafíos del día a día y consiga una vida más plena, una vida que merezca ser vivida, como dice Martin Seligman.
Las personas que vienen a mi consulta suelen tener una idea bastante clara de lo que no funciona bien en ellos, en qué tienen problemas, incluso algunos tienen claro el origen de estos problemas. A pesar de ese conocimiento no están mejor.
Cuando les pregunto por sus talentos, por sus fortalezas, por aquellas cosas en las que destacan o simplemente disfrutan haciendo, suele haber una cara de sorpresa y silencio. Desde pequeños se nos dice qué mejorar, que reforcemos aquellos puntos que tenemos en déficit, pero poco se nos indica para mejorar nuestros talentos y fortalezas.
En otras ocasiones las personas vienen con un énfasis muy fuerte que lo que les pasó en el pasado, que si bien condiciona no necesariamente determina.
Como estamos hoy depende en gran medida de lo que hagamos hoy y lo que tengamos previsto hacer. Naturalmente hay excepciones y más en psicología que no es una ciencia exacta, pero sí es una ciencia con todas la de la ley.
Podemos trabajar pensando en el futuro, allí hay fortalezas como la esperanza o el optimismo que son muy potentes y ayudan muchísimo a superar momentos difíciles.
Las personas con las que trabajo, suelen terminar los procesos que emprendemos con un mayor autoconocimiento, se conocen mejor, eso les permite tomar mejores decisiones, por ejemplo. También finalizan sabiendo cuáles son sus formas preferidas de afrontar las dificultades y si estas formas le ayudan o le impiden sentirse mejor, las revisamos y vamos modificando.
No hay formas de afrontar incorrectas, al igual que lo que hablábamos de las emociones. El problema suele estar en la rigidez, en el uso de sólo una o dos formas de afrontar para todo lo que nos pasa. Las personas muchas vecen desconocen que hay opciones, por eso el valor de la psicoeducación como herramienta terapéutica en mi forma de trabajo es muy importante.
En general nuestra modalidad de trabajo favorece que la persona se conozca más, esto beneficia su autoestima, mejora su autoconcepto (lo que la persona cree que es) y todo esto conjugado propicia un mayor nivel de realización personal.
¿Y cuáles son las principales utilidades de la Psicología Positiva en el ámbito de las relaciones personales? Por ejemplo, en terapia de pareja.
Cuando pasamos de esperar que el otro mejore aquello en lo que no es bueno a reconocer sus fortalezas y utilizarlas a favor, todas las relaciones interpersonales dan un vuelco de 180º. Dejamos de esperar que el otro cambie y pasamos a valorar lo que tiene y en lo que destaca.
Pasamos de la demanda al aprecio y la aceptación. Recibir aprobación y valoración de parte de nuestro cónyuge, compañero de trabajo o colega inmediatamente desarma cualquier postura defensiva y favorece el diálogo. Es precisamente en ese diálogo donde podremos ir de a poco ajustando aquellos detalles que en ocasiones son realmente claves y condicionan el relacionamiento.
La terapia de pareja es una de mis áreas favoritas de atención desde el marco de la Psicología Positiva, porque justamente ya se utilizaban en ella muchos de sus conceptos (utilización del recurso, probar qué funcionó, valoración de los intercambios positivos, etc.) mucho antes de la presentación oficial de la Psicología Positiva.
¿Cuáles crees que son los principales perfiles de personas que se pueden beneficiar de la Psicología Positiva?
En realidad, creo que todos nos podemos beneficiar de lo que la Psicología Positiva viene a proponer: una visión más amplia de la persona. Una persona con problemas, sufrimientos y temores, pero también con fortalezas, recursos y expectativas.
Los adultos, adolescentes y parejas son con quienes trabajo a diario y donde veo y constato el cambio y se verifica no sólo la mejora, sino el desarrollo personal, la realización que hace sostenible al bienestar.