¿Cómo puede ser que muchas mujeres maltratadas perdonen a su maltratador una y otra vez? Esta pregunta tiene múltiples respuestas, la mayoría de ellas muy estudiadas ya desde la psicología, la sociología y otras disciplinas.
El porqué está profundamente ligado a la educación recibida de las mujeres a lo largo de toda la historia, el papel secundario impuesto por la sociedad a lo largo de los años y la sombra de este comportamiento “marcado en el ADN cultural”. Pero también existen algunos motivos estrechamente ligado a aprendizaje conductual, que tienen una explicación cognitiva clara y evidente.
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Mujeres maltratadas que perdonan: la indefensión aprendida
Hoy, para que se entienda un poco mejor el porqué de determinadas conductas llevadas a cabo por mujeres víctimas de maltrato machista, vamos a explicar una de las múltiples razones por las cuales una mujer puede no responder a una situación de maltrato, como la mayoría de nosotras pensamos que haríamos. Hablamos de la Indefensión Aprendida.
La indefensión aprendida en una mujer maltratada no es más que una alteración en la función cognitiva de la mujer que genera una conducta pasiva ante una serie de acontecimientos que ella percibe como incontrolables.
Esto hace que para la mujer maltratada sea muy difícil encontrar maneras óptimas de poner fin a una relación violenta, principalmente porque su función cognitiva de la atención está centrada en permanecer con vida.
Una persona aprende a no defenderse cuando cree fehacientemente que luchar contra esa situación de abuso no logrará detener las agresiones del otro. Por lo tanto, la mujer deja de intentar frenar esa situación e inconscientemente crea estrategias de afrontamiento para vivir “de manera segura” dentro de esa situación de maltrato.
Cuando una mujer sufre de indefensión aprendida, su comportamiento se basa en disminuir el dolor, pero no el detener las agresiones, debido a que siente que la causa de los sucesos son totalmente externod a su control, y como no puede hacer nada para frenar esa situación, simplemente espera que pase.
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El papel del estilo de atribución
Uno de los factores de riesgo de la indefensión aprendida son los estilos atribucionales. Éstos determinan la forma en la que solemos darle explicación a las diferentes cosas que suceden a nuestro alrededor. Generalmente las personas con un estilo atribucional positivo tienden a apreciar el medio como predecible o controlable. Esta sensación de control hace que conservemos nuestro nivel de autoestima.
Sin embargo, las personas con indefensión aprendida, como hemos comentado, tienen un estilo atribucional negativo, percibiendo como impredecible e incontrolable las situaciones que le rodean, viéndose así infravalorada su autoestima.
Las personas que se encuentran en esta situación infravaloran el grado de control que realmente poseen.
Las repercusiones emocionales
Por otro lado, las consecuencias de la indefensión aprendida, entre otras, son estados emocionales negativos que se caracterizan por niveles altos de ansiedad, depresión, frustración, falta de confianza en sus habilidades, falta de iniciativa, desmotivación, negatividad, asilamiento social, etc.
A una mujer (y a un hombre) nunca y bajo ningún concepto le gusta estar sometida en una situación de maltrato. Esta premisa es evidente y tiene que prevalecer ante cualquier juicio de valor que podamos hacer, por mucho que la situación pueda parecernos incomprensible. Siempre hay una razón por la cual se vive en ese tipo de relación tóxica.