¿Cuál es la estructura que debe tener un ensayo?

Explicamos cómo debe ser la redacción de esta clase de textos argumentativos, y su estructura.

Hoy en día saber escribir un texto correctamente según el contexto y el propósito con el que se realice es esencial. Conocer el formato en el de que se debe escribir un texto permite expresar las ideas contenidas de un modo consistente, coherente y comprensible para el público objetivo que va a leerlo. 

Uno de los múltiples tipos de texto que podemos encontrar es el ensayo, el cual tiene una estructura concreta que detallamos a continuación.

El ensayo: ¿qué es?

Antes de pasar a visualizar cómo estructurar un ensayo, puede resultar de utilidad clarificar de qué tipo de texto estamos hablando.

Entendemos por ensayo todo aquel texto en el que el lector, a través de la prosa, expresa, indaga y profundiza sobre una temática concreta. Por norma general supone una investigación respecto al tema tratado y una exposición más o menos clara de lo analizado, pretendiendo ser un texto fundamentado. 

Suelen pretender ofrecer una explicación y punto de vista sobre un aspecto de la realidad poco conocido o que presenta controversia. El ensayo es, además de un tipo de texto, un género literario muy apreciado y valorado como manera de transmitir conocimientos.

Pero ello no quiere decir que todo ensayo sea una obra objetiva y totalmente fiable. Si bien se pretende hacer un análisis profundo sobre una temática, hay que tener en cuenta que en muchos casos la información ofrecida puede estar sesgada por creencias o incluso basarse su argumentación en ellas. También pueden llegar a estar motivados por intereses personales.

Estructura de un ensayo

Un ensayo literario supone un intento de analizar o interpretar un aspecto determinado de la realidad, permitiendo al lector entender tanto el tema como los argumentos utilizados para analizarlo. Por lo general, el ensayo tiene una estructura definida que consta de las siguientes partes.

1. Introducción

La parte inicial del ensayo, en esta parte de la obra se refleja el tema en cuestión a tratar a lo largo del texto.

Se refleja también la principal postura que se tiene al respecto o desde qué perspectiva se va a trabajar, que se pretende conseguir o la hipótesis que ha generado la investigación y establecer las primeras bases de lo que se establecerá a lo largo del resto del documento.

2. Desarrollo

Se trata del cuerpo principal del texto. Durante el desarrollo se profundiza en los diferentes aspectos que el autor o autora ha valorado, las ideas al respecto y los argumentos que se dan en su defensa y/o en su contra. Si bien en general el ensayo en su totalidad debe estar bien fundamentado, es en el desarrollo en el que el autor puede ofrecer su opinión al respecto.

3. Conclusión

La parte final del ensayo. En la conclusión deben aparecer las principales ideas que se han ido discutiendo a lo largo del cuerpo del texto, estableciendo las relaciones más sólidas entre el tema tratado y la argumentación realizada. 

No se debería ofrecer nueva información, si bien pueden establecerse posibilidades de mejora en lo que a la investigación del tema se refiere. Esto es así porque en caso de dar nuevos datos, pueden crearse confusiones sobre si se ha entendido bien el texto, al no recordar haber leído esa clase de argumentos o aspectos a tratar en las líneas precedentes y estar en el marco de una sección que en teoría sirve para recapitular.

Aspectos a tener en cuenta en su elaboración

A la hora de elaborar un ensayo literario es necesario tener en cuenta diferentes aspectos y elementos característicos.

En primer lugar hay que tener en cuenta que es necesario emplear un lenguaje claro y conciso. Los argumentos utilizados deben ser coherentes entre sí y pertinentes con el tema a tratar.

Si bien la temática puede ser muy variada, por lo general los ensayos han de ser textos relativamente breves que permitan reflexionar y pensar sobre la temática tratada. Los argumentos deben estar fundados, aunque se basen en una interpretación u opinión propia. Además, es importante planificar de antemano tanto el tema como los argumentos a emplear, precisándose de una investigación previa.

Con respecto al título, este debe ser atractivo y vinculable a la temática tratada o a las conclusiones extraídas. Suele ser recomendable decidirlo al final de su realización.

Referencias bibliográficas:

  • Bretón, J.C. (1978). A plan for writing. Mes York: Holt, Rinehart y Winston.

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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