Establecer relaciones es algo que ocurre en la vida de todas las personas a lo largo de nuestra vida. Pueden ser muchos los tipos de vínculos que generamos con el paso de los años y la calidad de esas relaciones depende, en parte, de nuestro estado emocional y mental.
Nuestro estado es muy variable y son muchos los factores que pueden alterarlo. Esto es lo que ocurre cuando la ansiedad aparece en la vida de una persona y tiene que lidiar con ella. Esa ansiedad va a marcar los distintos aspectos de su vida, desde el laboral, autocuidado, familiar, etc… Y por supuesto, nuestras relaciones son uno de los aspectos más fundamentales y también se ven afectados.
¿Qué suele ocurrir entonces cuando una persona se relaciona desde la ansiedad?
Entender esto nos ayuda a entender hasta qué punto una persona cambia al tener ansiedad y así entender también cómo sus relaciones o su forma de relacionarse puede cambiar. Son muchas las formas que tiene la ansiedad de manifestarse y puede ser diferente en cada persona. Algunos de los síntomas más comunes son físicos, como taquicardias, palpitaciones, falta de aire, cansancio, un nudo en el estómago. También psicológicos como, inquietud, agobio, miedo, sensación de perder el control o dificultad para tomar decisiones.
Estar en alerta, bloqueos, dificultad para concentrarse, memorizar, despistes, rumiación… Son tantas las formas en que puede tener ansiedad que es casi imposible no entender que una persona que está lidiando con cualquiera de ellas, sienta que sus relaciones se vean afectadas.
Normalmente es tal el malestar que tiene la persona con ansiedad que es frecuente que muestre irritabilidad con las personas que la rodean. Dificultades para iniciar o seguir una conversación, les cuesta prestar atención y se desconectan de las interacciones. También evitación de situaciones en las que tenga que relacionarse. Otros síntomas habituales son:
- Miedo a bloquearse o no saber manejarse.
- Dificultades para expresar sus propias opiniones o hacer valer sus derechos.
- Miedo a posibles conflictos, a que se molesten otras personas.
- Mucha sensación de inseguridad.
- Cambios en el estado de ánimo.
Inevitablemente, esto puede ir haciendo mella en sus relaciones porque la gente de alrededor no entiende qué está pasando en esa persona. Al ser algo que no se ve, que no se aprecia a la vista, las personas tienden a recriminar, juzgar, criticar o enfadarse ante este tipo de comportamientos.
Esto sumado a la falta de comprensión de la situación hace que la persona que sufre ansiedad se sienta aún peor y el no poder controlarlo o “volver a ser el/la de antes” hace que se frustren aún más, se sientan más solos y aumente más su ansiedad.
¿Te has sentido alguna vez en este bucle?
¿Qué puedes hacer si te has identificado con algunas de las cosas de las que estamos hablando?
1. Ser comprensivo contigo mismo/a en primera persona
No has elegido lo que te está pasando, no decides estar así y machacarte por ello no te ayudará.
2. Explica lo que te pasa y pide comprensión a tu alrededor
Explicar lo que te está pasando puede ayudar a otros a entenderte. No tienes que contar todos los detalles de lo que te pasa si no te sientes cómodo/a pero hazte entender y di por lo que estás pasando. Muchas veces, por vergüenza, no saber ni cómo explicarlo o no querer preocupar a otros, estás lidiando solo/a con esto y la bola es más grande y pesada.
3. Empieza a trabajar en tu ansiedad
Identifica muy bien tus síntomas de ansiedad para normalizarlos y no tenerle miedo cuando aparezcan. Intenta ver de dónde viene, qué situación está desencadenando esa ansiedad para ir a la raíz. La ansiedad es una forma de nuestro cuerpo de quejarse de algo que no va bien.
4. Trabaja tus pensamientos
Ellos son el desencadenante en una medida muy grande de lo que te pasa. Cómo estás interpretando la realidad, cómo le das vueltas a las cosas, cómo estás viendo una visión casi siempre negativa te está metiendo cada vez más en el bucle de la ansiedad. Cuestiona tus pensamientos, racionalízalos, escríbelos, dilos en voz alta para oírte a ti mismo/a y quizás muchos de ellos te suenen distinto.
5. Cuídate más que nunca
Si siempre es importante cuidarse, ahora más aún porque cuanto más cuides de ti mejor vas a relacionarte con otros. Cuidar de ti es cuidar tus vínculos también. Si no, sólo irás acumulando malestar que saldrá en forma de más ansiedad.
Haz todo lo que necesites hacer para manejar esa ansiedad. Es algo que paraliza mucho y tiende a ir comiendo cada vez más terreno a la persona por lo que, poquito a poquito, pasito a pasito pero pasa a la acción. La suma de pequeños pasos son los que te darán la sensación de estar mejorando.