El aprendizaje de la lectura y la escritura implica varias fases en las que los niños y niñas van familiarizándose con las letras y sus sonidos, además de entender nociones como la de que las palabras largas implican ser escritas con más letras y que las cortas con menos.
Los niveles de lectoescritura son una serie de etapas por las que todo niño y niña pasa cuando aprende a leer y escribir. Fueron originalmente estudiados por la psicóloga argentina Emilia Ferreiro y, a continuación, escalaremos cada una de estas etapas para comprender cómo se adquiere la lectoescritura.
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¿Qué son los niveles de lectoescritura?
Los niveles de lectoescritura son las diferentes fases por las que pasan los niños y niñas durante el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura. Estos niveles fueron estudiados por primera vez por Emilia Ferreiro, psicóloga, escritora y pedagoga argentina quien los expuso en su obra “Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño” (1979). Los niveles de la escritura y los de la lectura están relacionados entre sí pero, aunque se parecen, implican niveles diferentes de perfeccionamiento.
Generalmente se suelen distinguir cuatro etapas por las que pasan los niños y niñas al aprender a escribir, siendo estas las fases concreta, presilábica, silábica y alfabética. En cambio, el proceso de adquisición de la lectura implica tres fases, la presilábica, la silábica y la alfabética.
El estudio de estos niveles de lectoescritura radica en que permite a los profesionales detectar problemas en el desarrollo cognitivo de los niños al ver si hay algún tipo de retraso en la adquisición de ciertos componentes de la lectura y la escritura.
Los niveles de la lectura
Como hemos comentado, los niños y las niñas pasan por tres etapas cuando están adquiriendo la capacidad de leer, esto es, la capacidad de interpretar textos escritos: presilábica, silábica y alfabética. Cada una de estas fases se caracteriza por la presencia o ausencia de dos aspectos fundamentales a la hora de entender cómo se leen las palabras y comprender los textos escritos: cualitativo y cuantitativo.
- Cualitativo: se refiere al contenido fonético de la palabra, qué letras la integran y en qué orden aparecen.
- Cuantitativo: se refiere a la cantidad de letras que forman la palabra y si esta es larga o corta.
Durante la etapa presilábica de la lectura, los niños y niñas no dominan ninguno de estos dos aspectos. Sin embargo, en el momento en el que consiguen interiorizar el aspecto cuantitativo se avanza a la etapa silábica y, una vez se adquiere también la cualitativa se alcanza la etapa alfabética.
1. Etapa presilábica
El primer nivel de la lectura es la etapa presilábica. En esta, si se le pide al niño que interprete el significado de una palabra o un texto escrito, no va a ser capaz de leerlos en absoluto. Esto es debido a que no domina ni el aspecto cuantitativo ni el cualitativo de la lectura, con lo cual lo que hará el infante será inventarse el significado de lo que está escrito o, directamente, dirá que lo que pone ahí no significa nada.
Por lo que se puede ver, en esta etapa el componente principal que usan los infantes a la hora de “leer” es su imaginación, interpretando las palabras escritas de forma totalmente arbitraria e, incluso, fantasiosa.
Por ejemplo, podemos encontrarnos con explicaciones como que las palabras largas son nombres de objetos grandes, mientras que las cortas son objetos pequeños. Para algunas palabras esta idea les puede funcionar (p. ej., sapo vs edificio) pero para otras ya no tanto (p. ej., hormiga vs plaza).
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2. Etapa silábica
La etapa silábica es la segunda etapa del proceso de adquisición de la lectura y se alcanza cuando el niño ha interiorizado el aspecto cuantitativo. A partir de este momento, el infante ya es capaz de diferenciar principalmente el tamaño de la palabra escrita. Sin embargo, como el niño todavía no comprende el significado de cada una de las letras, es decir, no domina el aspecto cualitativo de la lectura.
Asi pues tenemos un punto en el que el infante sabe que las palabras largas se representan de forma escrita con palabras con muchas letras, mientras que las cortas tienen menos letras pero, como no sabe cómo se pronuncia cada letra, lo que hace es decir palabras que le parezca que tienen la misma longitud.
Por ejemplo, si ve escrita la palabra “edificio” puede que nos diga que significa cosas tan poco relacionadas pero que conoce como “albaricoque”, “pajarraco” o “autobús”, mientras que sucedería algo parecido con palabras más cortas.
Lo que diferencia este nivel con el primero es que en la etapa silábica el niño hace un esfuerzo por leer la palabra, usando el dedo para guiarse mientras trata de leer. Así pues, aparece por primera vez la intención de interpretar el texto escrito en vez de simplemente inventarse el significado.
3. Etapa alfabética
La etapa alfabética de la lectura se alcanza una vez el infante domina el aspecto cualitativo, es decir, es capaz de distinguir las diferentes letras entre sí e interpretar sus sonidos. De esta forma el niño trata de leer realmente lo que está ahí escrito. Es solo cuestión de tiempo que el infante adquiera la capacidad de lectura real a partir de este punto.
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Los niveles de la escritura
Los niveles de escritura son casi los mismos que los que encontramos en los de la lectura, salvo con la excepción de que hay una etapa previa a la presilábica. Los retos a los que los niños y niñas se enfrentan durante el camino de la adquisición de la escritura son muy similares a los de la lectura, pero no idénticos, motivo por el cual encontramos algunas diferencias. Así pues, los niveles de la escritura son cuatro: el concreto, el presilábico, el silábico y el alfabético.
1. Etapa concreta
La etapa concreta de la escritura es aquella en la que el infante todavía no es capaz de comprender lo más básico de cómo funciona la escritura ni la forma de las letras. Aún así, puede que quiera empezar a escribir imitando a los adultos, haciendo garabatos en una hoja de papel haciendo como si realmente estuviera escribiendo.
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2. Etapa presilábica
Los niños alcanzan la etapa presilábica de la escritura cuando han conseguido escribir algunas letras, aunque no conocen todavía muy bien cuál es su significado.
Llegado a este punto es capaz de comprender que cada una de las letras del alfabeto representan un sonido distinto, y tratará de plasmarlo con su peculiar escritura.
Tratará de demostrar sus conocimientos del alfabeto utilizando diferentes combinaciones de las letras que ha adquirido para representar palabras distintas, aunque todavía no conoce lo que significa cada una de ellas. Escribirá al azar, pudiendo utilizar una sola letra para representar incluso sílabas o palabras completas.
3. Etapa silábica
En la etapa silábica el niño todavía no conoce del todo el sonido que representa cada una de las letras, pero trata de deducirlo valiéndose de las que ya conoce para representar sílabas concretas. Por ejemplo, puede pensar que la letra “m” se lee siempre como la sílaba “me”, y la letra “b” se lee “be”, y así sucesivamente.
En esta fase de la adquisición de la escritura se puede observar que el infante es capaz de dividir las palabras en sílabas y hacer una escritura un poco aproximada de las mismas, aunque todavía no domina la relación entre las letras escritas y los fonemas que quiere representar sobre la hoja de papel.
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4. Etapa alfabética
Por último, tenemos la etapa alfabética de la escritura. Esta etapa final de la lectoescritura se alcanza cuando el niño descubre qué sonido o sonidos representan cada una de las letras del alfabeto y adquiere la habilidad de combinarlas de manera adecuada. A partir de este momento el infante ya no tiene problemas importantes con la lectura y la escritura.
Sí que es cierto que puede que, por edad y falta de práctica, vaya un poco lento leyendo y escribiendo, pero la cuestión es que sabe leer y escribir. Los únicos problemas que va a tener llegados a este punto serán la ortografía, teniendo que perfeccionar la escritura para tener una buena letra, y también la entonación, prosodia y velocidad cuando lea en voz alta..