En el artículo de hoy voy exponer el concepto de la falsa autoconfianza.
Es habitual hablar de la importancia de la autoestima. Sentirse bien con uno mismo es fundamental para nosotros mismos y para relacionarnos con los demás. Sin embargo, los psicólogos y los coaches también hacen referencia a la autoconfianza (autoeficacia), conscientes de la relación que ésta tiene con la autoestima.
Falsa autoconfianza: la diferencia entre autoestima y autoconfianza
Para entender mejor la diferencia entre autoconfianza y autoestima, antes hablaré del autoconcepto o el conocimiento de uno mismo. El autoconocimiento es lo que la persona cree o piensa sobre sí misma.
La mayoría de expertos interpretan el autoconcepto como un conjunto integrado de factores del yo, básicamente tres: cognitivos (pensamientos), afectivos (sentimientos) y conativos (comportamientos), que de identificarlos individualmente podrían clasificarse de la siguiente forma: el primer factor, autoconcepto propiamente dicho; el segundo factor como autoestima; y el tercero como autoeficacia o autoconfianza. Antes de hablar de la falsa autoconfianza, nos centraremos en la autoeficacia.
Autoeficacia
La autoeficacia es la apreciación de las capacidades que uno tiene y se centra en las creencias de tener la capacidad y la habilidad de triunfar en un contexto determinado. Mientras que la autoestima es el sentimiento general de cuán valioso es uno como un todo y se refiere a la apreciación de uno mismo.
Las personas con un alto nivel de autoconfianza suelen imponerse altos estándares de éxito. Quizás no siempre logren sus metas o quizás su autoestima no sea tan elevada, pero nunca se rinden, siempre continúan confiando en sí mismos y en sus habilidades. Esta confianza en la propia capacidad permite no desmoronarse ante el fracaso y seguir adelante en el cumplimiento de las propias metas y objetivos.
Pese a que no todos los investigadores están de acuerdo, existe cierto consenso al afirmar que la autoconfianza es lo mismo que la autoeficacia. Albert Bandura, un profesor de la Universidad de Stanford, fue el primer psicólogo en hablar de la autoeficacia en los años 70. Para Bandura, la autoconfianza es “la convicción que una persona tiene de que puede ejecutar, exitosamente, la conducta requerida para producir un determinado resultado”.
La importancia de ser realistas
Por tanto, la autoconfianza, tiene que ver con la expectativa realista respecto a lo que uno puede verdaderamente hacer para conseguir un determinado objetivo. Se trata de un estado interno que implica un conocimiento real de las dificultades a superar, de los recursos propios para hacerlo y, a partir de aquí, de las auténticas posibilidades que uno tiene de conseguir el éxito en algún aspecto de su vida.
El factor más importante de la autoconfianza no es creer ciegamente que se van a conseguir todos los objetivos que uno se propone y que jamás va a cometer errores, sino que la persona tenga convicción, objetivamente apoyada, de que se posee los recursos suficientes para ser capaz de superar las adversidades y levantarse tras los errores que inevitablemente se pueden cometer. Es importante formar una autoconfianza verdadera y no caer en el error de la falsa autoconfianza.
La falsa autoconfianza: ¿qué es?
Como he apuntado, la autoconfianza es un estado interno caracterizado por una convicción realista de que se es eficaz para hacer frente a las demandas de la vida, y no son solamente simples manifestaciones verbales de que uno va a conseguir todo lo que se propone. No se trata de parecer optimista todo el tiempo, sin valorar, en ningún caso, las posibilidades reales que uno tiene y la accesibilidad a ciertos factores externos que estarán presentes.
Ya comenté en el artículo "Desarrollo Personal: 5 razones para la autorreflexión" la importancia de un análisis objetivo de la situación y de no dejarse llevar por las “corazonadas” sin ningún tipo de control. Cuando uno adopta una actitud de “puertas hacia fuera” que no refleja la desconfianza y preocupación que, en muchos casos, se experimenta, haciendo manifestaciones triunfalistas y optimistas sin fundamento, es lo que se conoce como falsa autoconfianza. Este comportamiento, probablemente gratificante en el momento de llevarlo a cabo, propicia que la persona se sienta bien pensando así, pero este comportamiento, puede derivar, sin embargo, en que se llegue a confundir la realidad con la fantasía.
La falsa autoconfianza ayuda a producir un autoengaño que permite a la persona evadirse del verdadero estado interno de autoconfianza que en muchos casos está detrás de la “mascara”. Esta forma de evitación, la falsa autoconfianza, puede traer consigo graves consecuencias en la confianza en uno mismo, ya que ésta cada vez será más débil, y cada vez más se alejará de la realidad.