La falta de empatía en los hospitales

Un llamado urgente a la humanización de la atención médica.

Falta empatía hospitales

En los hospitales, donde la vida y la salud cuelgan de un hilo, la interacción entre médicos, pacientes y familiares adquiere un significado crucial. Se espera que el médico, además de ser un experto técnico, actúe como un pilar de apoyo emocional, capaz de ofrecer no solo tratamientos efectivos, sino también comprensión y humanidad.

Sin embargo, en la actualidad, es cada vez más evidente la falta de empatía que caracteriza la relación médico-paciente y la interacción con los familiares. Esta carencia, lejos de ser un problema aislado, se ha convertido en un desafío sistémico que afecta tanto la experiencia del paciente como los resultados del tratamiento.

Empieza hoy tu viaje de bienestar

Accede a una amplia red de psicólogos calificados. Empatía y experiencia a tu servicio.

Encuentra psicólogos cerca de ti

La empatía, entendida como la capacidad de comprender y compartir las emociones del otro, es una herramienta esencial en la práctica médica. Cuando los pacientes y sus familias llegan al hospital, lo hacen en momentos de vulnerabilidad extrema: enfrentan diagnósticos inciertos, procedimientos dolorosos y, en algunos casos, el miedo a la pérdida. En este contexto, un gesto amable o una palabra de aliento puede transformar radicalmente la experiencia, generando un ambiente de confianza y seguridad. No obstante, la realidad a menudo dista de este ideal.

Una relación médico-paciente deshumanizada

Muchos pacientes reportan sentirse tratados como "números" o "casos clínicos" en lugar de seres humanos. La falta de contacto visual, las explicaciones apresuradas y un lenguaje técnico ininteligible son algunas de las manifestaciones más comunes de esta desconexión. En lugar de establecer un vínculo basado en la confianza y la empatía, la relación médico-paciente se reduce a una transacción funcional. Esto no solo afecta el bienestar emocional del paciente, sino que también puede influir negativamente en su recuperación.

Esta falta de conexión tiene consecuencias profundas. Los pacientes que no se sienten escuchados o comprendidos experimentan mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión. Estas emociones, a su vez, afectan la respuesta del cuerpo a los tratamientos médicos, ralentizando la recuperación e incluso aumentando el riesgo de complicaciones.

Los familiares son las víctimas silenciosas de la indiferencia. A menudo, los familiares del paciente son los grandes olvidados en el proceso de atención médica. Su angustia y preocupación, aunque palpables, suelen ser minimizadas o ignoradas por el personal médico. En muchos casos, las interacciones con los familiares se limitan a comunicados breves y fríos, sin espacio para responder preguntas o abordar inquietudes. Esta falta de empatía no solo aumenta la carga emocional de los familiares, sino que también genera desconfianza hacia el sistema de salud.

Por ejemplo, en situaciones críticas, como una intervención quirúrgica de alto riesgo o la estancia en una unidad de cuidados intensivos, los familiares suelen encontrarse en salas de espera interminables, sin recibir actualizaciones sobre el estado del paciente. La incertidumbre, combinada con la falta de información clara y el trato impersonal, agrava su sufrimiento emocional. En lugar de sentirse apoyados, los familiares perciben una barrera que los excluye del proceso, dificultando su capacidad para sobrellevar el momento.

Factores que contribuyen a la falta de empatía

No es un problema que recaiga únicamente en los médicos; es un reflejo de un sistema de salud sobrecargado y deshumanizado. Los médicos enfrentan horarios extenuantes, altas demandas asistenciales y una presión constante para cumplir con objetivos administrativos. Esta carga de trabajo excesiva lleva al agotamiento emocional, conocido como "burnout", que reduce significativamente su capacidad de empatizar con los demás.

La educación médica tradicional está orientada principalmente hacia el dominio de conocimientos científicos y técnicos. Aunque estas habilidades son fundamentales, se presta poca atención al desarrollo de competencias emocionales, como la escucha activa o la comunicación empática. Como resultado, no están equipados para abordar las necesidades emocionales de los pacientes y sus familias.

En un esfuerzo por optimizar la eficiencia, muchos hospitales operan bajo un modelo mecanizado, donde el tiempo destinado a cada paciente es limitado y las interacciones se reducen al mínimo necesario. Este enfoque dificulta la construcción de relaciones humanas significativas.

En algunos contextos, todavía prevalece la idea de que los médicos deben mantenerse distantes para preservar la objetividad. Este estigma impide que muchos profesionales se permitan ser vulnerables o expresar emociones, lo que crea una barrera adicional en la relación con el paciente.

Consecuencias de la falta de empatía

La indiferencia en el trato tiene efectos devastadores tanto a nivel individual como colectivo. Para los pacientes, la falta de empatía puede aumentar el sufrimiento emocional, dificultar la adherencia al tratamiento y generar una percepción negativa del sistema de salud. Para los familiares, la experiencia hospitalaria se convierte en una fuente adicional de estrés, lo que puede desencadenar problemas de salud mental, como ansiedad o depresión.

La falta de empatía erosiona la confianza en el sistema de salud, fomentando quejas, conflictos y, en algunos casos, demandas legales. Además, los médicos que no desarrollan habilidades empáticas pueden experimentar mayores niveles de insatisfacción laboral, lo que perpetúa el ciclo de agotamiento y deshumanización.

Hacia una atención más humana

A pesar de esto, es posible revertir la falta de empatía en los hospitales mediante cambios en diferentes niveles. Es fundamental que las facultades de medicina incluyan programas de inteligencia emocional, comunicación efectiva y manejo del estrés en sus currículos. Estas habilidades no solo benefician a los pacientes, sino que también fortalecen la resiliencia de los médicos.

Los hospitales deben implementar estrategias para prevenir el agotamiento, como horarios más flexibles, acceso a programas de apoyo psicológico y oportunidades para el descanso.

Los hospitales deben establecer protocolos claros para mantener informados a los familiares y ofrecerles apoyo emocional. Esto puede incluir la presencia de trabajadores sociales o psicólogos en las unidades críticas. Tanto los pacientes como sus familias necesitan sentirse vistos, escuchados y comprendidos, especialmente en los momentos más difíciles de sus vidas.

Newsletter PyM

La pasión por la psicología también en tu email

Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos

Suscribiéndote aceptas la política de privacidad

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Melissa Santamaría. (2025, marzo 14). La falta de empatía en los hospitales. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/falta-empatia-en-hospitales

Psicóloga

Medellín
Terapia online

Melissa Santamaría es psicóloga especializada en los problemas de ansiedad y la gestión de las emociones. Atiende a adultos y adolescentes en su consulta de Medellín y de manera online.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese