¿Es muy común la Violencia Obstétrica?

Veamos si la violencia obstétrica es una realidad muy extendida o surge solo en casos muy raros.

¿Es muy común la Violencia Obstétrica?

La violencia obstétrica es un problema a nivel cultural y social invisibilizado. Viene derivada de una sociedad patriarcal y jerarquizada, en la que tendemos a normalizar ciertos comportamientos, tanto los propios sanitarios como las mujeres usuarias.

El mayor causante de este problema es precisamente la desinformación. De la violencia obstétrica se sabe más bien poco, y la mayoría de las personas que la conocen son mujeres que la han sufrido en primera persona.

¿Pero qué es este tipo de violencia? ¿Es muy común la violencia obstétrica? En este artículo me propongo describir qué es la violencia obstétrica, sus tipos y causas, y responder a la pregunta de cómo de común es la violencia obstétrica.

¿Qué es la violencia obstétrica?

Se considera violencia obstétrica a toda acción u omisión de esta que puede ser percibida como violenta, realizada por un/a profesional de la salud hacia una mujer durante el embarazo, el parto o el puerperio, tanto en la sanidad pública como privada.

Este tipo de violencia se basa en la relación desigual entre el equipo sanitario y la paciente, en concreto de un abuso de poder ante la vulnerabilidad y la falta de autonomía de las mujeres durante el proceso perinatal.

Los sanitarios, al ser los profesionales, son los que deben cuidar la integridad física, psicológica y sexual de la mujer embarazada o parturienta, con el fin de garantizar su seguridad, bienestar, libertad y dignidad. Es más, un parto respetuoso forma parte de los derechos de la salud, sexuales y reproductivos de la mujer.

En definitiva, la violencia obstétrica es realmente una mala praxis sanitaria. Puede incidir en la mujer tanto de forma física como psicológica, en función del tipo de acción u omisión realice el/la profesional sanitario.

Violencia obstétrica física

La violencia obstétrica física es aquella ejercida directamente al cuerpo de la mujer embarazada o parturienta. La mayoría de estas acciones consisten en una intervención o la ausencia de esta, para la cual la paciente no ha dado su consentimiento o no ha sido informada apropiadamente.

También engloba prácticas que son innecesarias, pero realiza el equipo profesional únicamente para facilitarse a sí mismos el trabajo; y todo aquel descuido por falta de atención o violaciones de la intimidad de la mujer.

Por ejemplo, no proporcionar anestésicos ante una situación dolorosa o, por el contrario, administrarle medicación innecesaria o de forma excesiva; realizar una cesárea o una episiotomía, aunque no sea necesaria realmente; u obligar a dar a luz en una posición determinada.

Violencia obstétrica psicológica

Por otro lado, la violencia obstétrica psicológica abarca todas las acciones que afectan al bienestar psicológico de la paciente, lo cual influye en el proceso del embarazo, el parto y el puerperio desfavorablemente. Puede incluso derivar en problemas psicológicos como depresión posparto o estrés postraumático.

Esto incluye tratar de manera condescendiente, autoritaria, paternalista, humillante u ofensiva a la mujer embarazada o parturienta, con frases como “tienes un umbral de dolor muy bajo”, “no te has enterado de nada de lo que tienes que hacer en el parto”... y otros tantos tratos deshumanizantes y vejatorios.

Este tipo de comentarios, lejos de ayudar, informar o tranquilizar a la paciente, únicamente consiguen estresarla aún más, aumentar su dolor e inseguridad, y generarle sentimientos de culpa y soledad. Estas prácticas realmente van contra el código ético y moral de cualquier profesional sanitario.

¿Cómo de común es la violencia obstétrica?

Por desgracia, es muy común la violencia obstétrica, con cifras realmente alarmantes. En España, alrededor del 40% de las mujeres reconoce haber sufrido violencia obstétrica, de las cuales más del 83% indican que no habían aceptado un consentimiento informado de prácticas recibidas durante el proceso de embarazo, parto y puerperio.

Son cada vez más los casos que han llegado a juicio por mala praxis. Y es que este tipo de violencia es en realidad un problema institucional y una transgresión contra los derechos de la mujer a nivel internacional. Diferentes instituciones recogen estos derechos normativos, incluida la ONU.

En España, se creó el Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO) en 2014, con el objetivo de dar visibilidad a este problema y poder denunciarlo públicamente. Pese a esta regularización por ley, todavía queda un largo camino que recorrer para garantizar la seguridad física y psicológica de la mujer en el proceso perinatal.

Causas de la violencia obstétrica

La violencia obstétrica es un problema multifactorial. En ella influye, como describía al principio, nuestra propia sociedad.

Generalmente, en relación a nuestra propia salud, otorgamos la prioridad y el poder de decisión a los sanitarios, lo cual tendría sentido, ya que ellos son los profesionales y quienes tienen el conocimiento para poder tomar decisiones. Sin embargo, entre sus deberes deontológicos precisamente está el de informar a los pacientes debidamente, para que puedan decidir autónoma y libremente qué hacer con su cuerpo.

De esta manera, en el proceso perinatal muchos sanitarios tienden a tener una mala praxis, ya sea porque están quemados con el trabajo o porque ellos mismos no tienen la información debida.

Y es que una de las principales causas de la violencia obstétrica es la desinformación de los profesionales sanitarios y de las pacientes. Según varios estudios, más de la mitad de los profesionales de la salud no contaban con la información necesaria para evitar esta mala praxis, de la misma manera que el 80% de 250 usuarias encuestadas no conocían siquiera el término de violencia obstétrica.

No obstante, este problema no es nuevo. Lleva mucho tiempo invisibilizada, y es hora de que se dé a conocer. Es importante divulgar este problema social y ofrecer formación de calidad, para que tanto los propios sanitarios como las mujeres interesadas en ser madres puedan ser informados apropiadamente, garantizar un proceso respetuoso y evitar este tipo de violencia.

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  • Rodríguez, J., y Martínez, A. (2021). La violencia obstétrica: una práctica invisibilizada en la atención médica en España. Gaceta Sanitaria, 35(3), 211-212.
  • Observatorio de Violencia Obstétrica. (2014). Los orígenes del Observatorio de la Violencia Obstétrica en el Estado Español.
  • Organización Mundial de la Salud. (2022). La OMS insta a ofrecer atención de calidad a las mujeres y los recién nacidos en las primeras semanas cruciales después del parto.

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Lucía Gómez. (2024, diciembre 10). ¿Es muy común la Violencia Obstétrica?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/es-muy-comun-la-violencia-obstetrica

Psicóloga

Lucía Gómez es psicóloga general sanitaria, con formación en los modelos cognitivo-conductual y sistémico centrado en soluciones. Ofrece terapia individual, de pareja y de familia, tanto de forma presencial en Málaga como online. Apasionada de la escritura y de la psicología desde joven, ha querido juntar sus dos vocaciones para aportar su granito de arena al mundo y poder ayudar a los demás.

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