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Este artículo explora el uso y la interpretación de la Prueba de los 7 Elementos en la evaluación psicológica, una herramienta poco conocida pero potencialmente reveladora de aspectos inconscientes de la personalidad.
Se examinan los fundamentos teóricos de la prueba, su aplicación práctica y los resultados obtenidos de su uso en una muestra diversa de participantes. Se destaca la importancia de comprender la interpretación subjetiva de los dibujos y se discuten las implicaciones de los hallazgos para la evaluación psicológica.
Debate sobre las pruebas proyectivas
En el ámbito de la evaluación psicológica, existe un debate constante sobre el valor científico de las pruebas proyectivas, generando mucha controversia. Para quienes se adentran por primera vez en la literatura sobre estas técnicas, se encuentran con una paradoja desconcertante: la definición precisa de las pruebas proyectivas no es tan clara como se creía.
A diferencia de las pruebas de personalidad estructuradas, consideradas más objetivas, las proyectivas presentan estímulos ambiguos, manchas de tinta, o la solicitud de interpretar o dar respuestas abiertas, como crear dibujos; lo que permite una gran flexibilidad en las respuestas posibles. Algunos expertos las definen como herramientas que permiten una amplia gama de respuestas, a veces infinitas, por lo que hace una definición demasiado amplia.
Por lo general, los métodos o pruebas proyectivas buscan provocar respuestas a estímulos ambiguos o sin estructura definida, las cuales luego se interpretan como un reflejo de la estructura y dinámica inconsciente de la personalidad aproximadamente 1959, estas han clasificado de acuerdo con el tipo de respuesta que inducen en el evaluado:
- De asociación: Se emplean estímulos como manchas de tinta, donde el evaluado debe asociar imágenes con significados personales. Ejemplos: la prueba de Rorschach, las manchas de tinta de Holtzman y la prueba de asociación libre de Kent y Rosanof.
- De construcción: El evaluado debe construir una historia en respuesta a estímulos visuales, como sucede en las pruebas aperceptivas (TAT, CAT, SAT, Blacky, MAPS, RATC).
- De completar lo incompleto: Estas pruebas presentan frases o situaciones incompletas que el evaluado debe terminar. Las pruebas de frases incompletas son comunes en esta categoría.
- De elección o jerarquización: El evaluado organiza o selecciona entre varios estímulos según una preferencia o criterio. Ejemplos son el Szondi Test y el Tomkins-Horn Picture Arrangement Test.
- Expresivas: Aquí, el evaluado crea un producto, como un dibujo, que refleja su autopercepción o estados emocionales, incluyendo el Dibujo de la Figura Humana, el H-T-P (House-Tree-Person) y la Prueba de los 7 Elementos.
Esta clasificación destaca la diversidad de enfoques en pruebas proyectivas, cada uno orientado a explorar distintos aspectos de la personalidad inconsciente mediante respuestas espontáneas o creativas. La interpretación de las pruebas proyectivas es de carácter cualitativo y subjetivo, basada en la experiencia clínica y en un profundo conocimiento teórico, con un enfoque en el constructo de la proyección.
Por ello, aunque las técnicas proyectivas pueden considerarse pruebas psicológicas en términos de su construcción y administración, difieren en la forma de calificación, dado que existen diversos métodos no estandarizados para su evaluación.
Ante lo anterior, a continuación, se explicará el comportamiento de una prueba proyectiva poco conocida pero reveladora de gran cantidad de información referente al examinado, la prueba se conoce como “la Prueba de los 7 Elementos” quien aplica lo solicitado por el examinador, esta prueba se puede clasificar como expresiva, pero ante una aplicación adecuada, también se busca que se coloque entre las pruebas de construcción.
La prueba de los 7 Elementos
La Prueba de los 7 Elementos es un reactivo poco conocido que consiste en solicitar a la persona que dibuje seis elementos específicos y un elemento adicional. Esta prueba tiene el supuesto teórico de que el ser humano proyecto en sus dibujos aspectos inconscientes sobre su vida personal, patrones familiares y límites personales. En tal contexto, en este artículo es de gran interés proyectar los diferentes resultados que se han obtenido al aplicar la Prueba de los 7 Elementos a diferentes personas de edades distintas entre los siete años y los ochenta y cinco años.
La Prueba de los Siete Elementos es una técnica proyectiva basada en el dibujo gráfico y el uso de un lenguaje simbólico, que facilita la expresión inconsciente de ciertos rasgos profundos de la subjetividad humana. A través de esta técnica, es posible evaluar la autopercepción y el desarrollo social de los aplicantes, considerando aspectos como las relaciones familiares y las barreras personales que influyen en su percepción de sí mismos y su interacción con los demás.
Cada elemento constituye un autorretrato proyectivo a diferente nivel, basados la mayoría de estos en arquetipos, mismos que son la forma que le es dada a algunas experiencias y recuerdos de nuestros primeros antepasados, “esto implica que no nos desarrollamos de manera aislada al resto de la sociedad, sino que el contexto cultural nos influye en lo más íntimo, transmitiéndonos esquemas de pensamiento y de experimentación de la realidad que son heredados”, en otras palabras, los arquetipos son patrones emocionales y de conducta que tallan la manera de procesar sensaciones, imágenes y percepciones como un todo con sentido.
De alguna manera, los arquetipos se acumulan en el fondo del inconsciente colectivo para formar un molde que le da significado a lo que le sucede a cada persona. La interpretación de los dibujos en la Prueba de los 7 Elementos puede realizarse desde tres perspectivas analíticas:
- El empleo de los significados simbólicos propios de la prueba.
- La experiencia clínica del aplicador.
- El desciframiento de la simbolización plasmada en los dibujos.
Esta prueba tiene pocos antecedentes registrados, razón por la que este articulo busca el crear visibilidad de la efectividad de la prueba, haciendo énfasis en que existen test con trayectoria desde hace décadas como es HTP (House-Tree-Person), Test de la familia, Persona bajo la lluvia, entre otros que brindan simbolismo a los dibujos.
Como en estas otras técnicas proyectivas, la Prueba de los 7 Elementos se basa en un gráfico libre, donde se pide a quien aplica que dibuje espontáneamente una casa, un árbol, un rio, un sol, una baranda, una serpiente y un elemento adicional que desee agregar. Los gráficos se realizan en hojas blancas y con un lápiz grafito.
El aporte de este reactivo en la evaluación psicológica radica en que, a través de los dibujos, es posible identificar cómo una persona experimenta su yo en relación con sus limitaciones, su familia y su entorno social.
Experimentación con la prueba de 7 elementos
Se realiza una investigación con una metodología mixta, es decir, que se combinó tanto métodos cualitativos como cuantitativos, en la que se obtiene un alcance descriptivo, lo que implica que se logró comprender y describir detalladamente un fenómeno o situación particular y de temporalidad transeccional, o sea, se examinó el fenómeno en un momento específico en el tiempo, sin seguir su evolución.
Ante la aplicación de la Prueba de los 7 Elementos a los participantes se observó que la mayoría de los participantes entendieron con claridad la interpretación de la prueba proyectiva después de su aplicación. Esta capacidad de comprensión puede sugerir una adecuada receptividad por parte de los participantes hacia la técnica y las implicaciones de sus respuestas, lo que fortalece la validez de los resultados obtenidos y la accesibilidad que brinda la prueba al poder generar consciencia desde la autoevaluación.
Por último, la prueba genera una pregunta final para la obtención de datos cuantitativos, indicando el siguiente cuestionamiento: Del 1 al 10, siendo 1 “nada” y 10 “todo”, o sea, 10 la prueba es una radiografía de su vida, ¿cuál es el resultado que le brinda a esta prueba después de la interpretación? Se observa que la mayoría están de acuerdo con el resultado expuesto en la Prueba de los 7 Elementos, siendo analizada con cada persona por la profesional a cargo con conocimiento previo de la prueba.
Conclusiones
La mayoría de los participantes entendieron con claridad la interpretación de la prueba proyectiva después de su aplicación, lo que sugiere una adecuada receptividad hacia la técnica y las implicaciones de sus respuestas. Este hallazgo fortalece la validez de los resultados obtenidos y la utilidad de la prueba como herramienta de evaluación psicológica.
Algunos participantes manifestaron escepticismo o realizaron consultas posteriores a la aplicación de la prueba, especialmente en contextos grupales. Sin embargo, se observó que este escepticismo se disipó después de recibir explicaciones detalladas y personalizadas sobre la interpretación de los elementos de la prueba. Esto resalta la importancia de proporcionar retroalimentación y claridad a los participantes para mitigar cualquier duda o preocupación.
Se reconoce que toda prueba proyectiva conlleva una alta carga subjetiva en la construcción personal de la realidad, manifestada a través del dibujo. Asimismo, se destaca que una prueba proyectiva no puede ser estandarizada para reflejar rasgos de la personalidad humana de forma absoluta y general. No obstante, este estudio ha permitido un acercamiento a las posibles diferencias entre los participantes y ha proporcionado información valiosa sobre la aplicación e interpretación de la Prueba de los Siete Elementos.
