¿Qué son las fobias de impulsión?

Exploramos ese miedo a hacer algo en contra de nuestra voluntad.

Fobias de impulsión

Cuando una persona padece una fobia de impulsión teme que pueda hacer algo en contra de su propia voluntad. Le obsesiona la idea de llegar a producir algún daño a alguien externo o, incluso, a sí mismo. Teme que el rumbo de una situación cambie de forma repentina si, como consecuencia de algún factor interno, pierde la tranquilidad en un instante. La fobia de impulsión causa altos niveles de preocupación, incertidumbre, estrés y sufrimiento.

¿Qué efectos produce la fobia de impulsión en el plano emocional?

Es habitual que el afectado experimente ideas o imágenes recurrentes que le hacen sentir como un peligro o una amenaza para el entorno o para sí mismo. Son pensamientos intrusivos que surgen con intensidad, de un modo repentino, imprevisible y automático. Centran la atención del afectado en diferentes momentos de la rutina. En consecuencia, la fobia de impulsión causa sensaciones y emociones muy desagradables que interfieren en la calidad de vida presente, pero también en el modo de visualizar el futuro. Además, la persona considera que esos pensamientos son incorrectos e inadecuados.

La inquietud real que siente quien tiene miedo de actuar de manera violenta o desproporcionada a partir de un impulso. Algunos pensamientos no son racionales, es decir, no presentan una base real y objetiva. Pero el afectado profundiza en torno al significado de esas ideas y busca distintas interpretaciones. En algunas ocasiones, se hace preguntas que le hacen dudar de su propia capacidad para actuar de manera coherente en todas las situaciones.

Cómo tratar una fobia de impulsión

El afectado teme que el contenido de las ideas intrusivas, que se producen en una fobia de impulsión, se concrete en la realidad a través de un comportamiento agresivo o violento. De este modo, intenta incrementar el control, el seguimiento y la observación de su forma de actuar. Es muy importante que el paciente pida ayuda psicológica para recibir un diagnóstico preciso. Esta información, y el asesoramiento especializado, inciden positivamente en la comprensión que tiene de aquello que le ocurre. Y descubre diferentes herramientas y medidas terapéuticas para identificar los síntomas y mantener la tranquilidad.

El miedo está muy integrado en la fobia de impulsión desde dos puntos de vista. Por una parte, el paciente vive una profunda contradicción interna: le preocupa cometer un hecho equivocado en contra de su voluntad. Por otra parte, las ideas y pensamientos intrusivos le generan un alto nivel de malestar interior. Por ello, en ocasiones la persona intenta hacer todo lo posible para evitar esas ideas en su vida cotidiana. Sin embargo, es habitual que experimente el efecto de la rumiación mental. Además, es posible que intente alejarse de esas situaciones que pueden suponer algún tipo de riesgo para sí mismo o para el entorno. Los síntomas experimentados pueden condicionar de forma notable las relaciones sociales del afectado.

Tal vez evite quedar con tanta frecuencia con su grupo de amigos, con otros vecinos del barrio o con sus seres queridos. Es aconsejable que la persona comparta aquello que le sucede a nivel interno y exteriorice sus sentimientos. Es decir, es esencial evitar la incomunicación o el aislamiento. Conviene indicar que cada caso de fobia de impulsión presenta unas variables específicas. ¿Qué ocurre cuando el temor del paciente incide principalmente en la posibilidad de ocasionarse algún tipo de daño a sí mismo? En ese caso, los momentos de soledad, la falta de compañía de alguien externo, pueden incrementar la inquietud en diferentes instantes de la rutina.

Cómo afrontar el temor y la preocupación

Aunque no siempre sea posible conseguir que un tipo de pensamiento desaparezca por completo, sí existe la posibilidad de adoptar diferentes estrategias efectivas para reducir su intensidad y su impacto. Por ejemplo, las técnicas de relajación pueden ser muy positivas para el paciente.

En ocasiones, utiliza la evitación como una forma de protección que le aleja de aquellas situaciones que, desde su perspectiva, pueden suponer algún tipo de amenaza o peligro. Pero la evitación, cuando se enmarca en el contexto de una fobia de impulsión, no refuerza el bienestar emocional a largo plazo. No ayuda a que las ideas intrusivas dejen de surgir en el momento más inesperado. El tratamiento especializado aporta recursos, conocimientos y herramientas para que el afectado afronte de manera gradual y paulatina su propio temor: desde el autocuidado, la comprensión de la situación y la seguridad.

De hecho, es muy importante que el paciente integre hábitos, costumbres y rutinas que alimentan su estado de ánimo y su bienestar. Por ejemplo, conviene cuidar la calidad del descanso para prevenir el cansancio, el estrés y la ansiedad.

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Iratxe López Fuentes. (2025, marzo 3). ¿Qué son las fobias de impulsión?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/que-son-las-fobias-de-impulsion

Psicóloga

Bilbo

Iratxe López Fuentes es Psicóloga Clínica y Doctora en Psicología con consulta en Bilbao. Como psicoterapeuta, atiende a personas de todas las edades en el centro de psicología que dirige, Iratxe López Psicología.

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