La palabra fobia en el ámbito de la psicología se utiliza para referirse a ese conjunto de reacciones de intenso miedo que suelen ir acompañadas de conductas de evitación, habiendo sido inducidas normalmente por situaciones (anticipadas o reales) que de manera objetiva no justifican tales formas de responder.
Existe una amplia variedad de tipos de fobias, entre las que vamos a destacar en este artículo la megalofobia, que consiste en la experimentación por parte de una persona de un intenso miedo ante los objetos que poseen unas grandes dimensiones (p. ej., rascacielos, grandes barcos, aviones, camiones, grúas o incluso ante objetos de menor tamaño que los anteriores).
En este artículo veremos en qué consiste la megalofobia y cómo podría llegar a afectar este tipo de fobia en la vida cotidiana de quienes lo padecen. También daremos unas breves pautas que pueden aplicarse para su tratamiento.
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¿Qué es la megalofobia?
La megalofobia no es una fobia muy común entre la población general; no obstante, sí que ha habido casos o momentos en los que muchas personas podrían haber experimentado algo bastante parecido.
La megalofobia es el pánico o miedo que sienten algunas personas por las cosas u objetos de tamaño grande, pudiendo llegar a padecer una sensación intensa de ansiedad en aquellas situaciones en las que se encuentre presente algún objeto notablemente grande (p. ej., pasar por delante de un rascacielos).
En este caso no nos referimos a objetos que tengan un tamaño más grande de lo normal, sino que por su naturaleza poseen un tamaño de grandes dimensiones, como pueden ser los aviones, los camiones o los rascacielos. Igualmente podría suceder ante animales de gran tamaño como una jirafa, un elefante o un hipopótamo.
La megalofobia es un trastorno relacionado con la ansiedad que puede llegar a interferir de manera significativa en la vida de las personas que lo padecen, de manera que suelen evitar cualquier tipo de situación en la que se vean expuestos a objetos de gran tamaño, por lo que suelen tener preferencia por el medio rural debido a que no hay edificios de gran tamaño, pueden llegar a evitar viajar en medios de transporte de gran tamaño como puede ser un avión o incluso experimentar una sección de miedo cuando pasan cerca de un camión de gran tamaño en una autovía con su coche.
Por lo tanto, en los casos más extremos en los que se padezca megalofobia podría suceder que una persona no quiera salir de su casa con el fin de evitar exponerse a objetos de gran tamaño, llegando incluso a faltar al trabajo, faltar a su centro de estudios o evitar salir con amigos, entre otros (p. ej., edificios altos); dándose esto normalmente en mayor medida en aquellas personas que viven en grandes ciudades.
Cabe destacar, además, que no existe un único factor que pueda generar la megalofobia, al igual que ocurre con el resto de las fobias o incluso otro tipo de trastornos mentales. Entre dichos factores podría encontrarse la herencia genética por parte de algún progenitor que hubiera padecido un trastorno fóbico similar y, por otro lado, pudiera ser que hubiera influido también una conducta aprendida del pasado al haber experimentado en el pasado alguna situación negativa con respecto al estímulo fóbico. Por lo tanto, la megalofobia podría deberse a la combinación de ambos factores, tanto genéticos como de las experiencias pasadas.
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Síntomas
En los principales manuales diagnósticos sobre trastornos mentales, como son el CIE-11 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el DSM-5 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) podría enmarcarse la clasificación de la megalofobia dentro de las fobias específicas, que es uno de los tipos de trastornos de ansiedad. A continuación veremos las principales características de las fobias específicas en cada uno de los manuales que acabamos de mencionar.
1. Fobia específica en DSM-5
Las principales características de la megalofobia, siendo un tipo de fobia específica según el DSM-5 serían las siguientes:
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Ansiedad intensa o miedo cuando la persona se encuentra en presencia de objetos de gran tamaño.
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El temor o la ansiedad suele presentarse normalmente de manera inmediata ante los objetos grandes.
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La persona tiende a evitar activamente cualquier situación que involucre a objetos de gran tamaño.
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El temor hacia esos objetos grandes debe durar al menos 6 meses.
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La persona suele experimentar un malestar clínicamente significativo que interfiere en su vida cotidiana.
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Esta afección no es posible explicarla por causa de otra psicopatología (por ejemplo, el trastorno de pánico o similares).
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2. Fobia específica en CIE-11
Las características que permitirían diagnosticar la megalofobia, siendo una clase de fobia específica, de acuerdo con el CIE-11 serían las que se enumeran a continuación:
- Miedo o ansiedad excesivos o marcados que ocurren cuando la persona se expone a objetos de gran tamaño.
- Esos síntomas de miedo o ansiedad son desproporcionados con respecto al peligro real.
- Esos objetos de gran tamaño suelen evitarse o son sobrellevados con un miedo intenso o ansiedad.
- Los síntomas de la megalofobia que acabamos de mencionar deben durar varios meses.
- Además, dichos síntomas deben ser lo suficientemente graves como para causar malestar y/o deterioro.
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Tratamiento de la megalofobia
Si una persona piensa que podría padecer megalofobia o cualquier tipo de fobia (p. ej., aerofobia, agorafobia, acrofobia, etc.) que repercuta gravemente en su calidad de vida, debido a que ha llegado a evitar una amplia variedad de situaciones en su día a día, sería recomendable ponerse en contacto con un profesional de la salud mental con el fin de que pueda ayudarle a afrontar su situación y poco a poco entrenar una serie de pautas que le permitan enfrentarse a ese tipo de situaciones que le causan la fobia que padece y así recuperar su vida normal.
Además, la megalofobia o cualquier otro tipo de problema que esté relacionado con la salud mental debería ser evaluado y diagnosticado, en caso de ser necesario, por parte de un profesional cualificado, con el fin de que el mismo pudiera buscar el tratamiento más indicado para cada caso particular.
A continuación explicaremos brevemente en qué consisten los tratamientos psicológicos que cuentan con un amplio recorrido para tratar las fobias específicas.
1. Terapia conductual
Dentro de los tratamientos psicológicos para las fobias específicas, y más concretamente para la megalofobia, es la terapia conductual, que está basada en las teorías del aprendizaje de conducta y suele comenzar con un entrenamiento en relajación, donde se incluyen de manera combinada ejercicios de relajación muscular progresiva, ejercicios orientados al manejo de la atención y también ejercicios de respiración.
Es importante destacar que el entrenamiento en relajación cuenta con una alta eficacia para una amplia variedad de trastornos relacionados con la ansiedad siendo utilizado de forma aislada, así como también de manera combinada con otras técnicas y terapias psicológicas.
Una técnica que cuenta con una alta eficacia para este tipo de fobias, como puede ser la megalofobia, es la exposición ante el estímulo temido (en este caso serían los objetos de gran tamaño), pudiendo ser aplicada en vivo, en imaginación o incluso mediante realidad virtual, siendo muy aconsejable los dos últimos cuando resulta complicado exponerse durante la terapia al estímulo temido en vivo, como ocurriría en el caso de la megalofobia.
Es importante destacar que para que la exposición funcione, la persona primero debe estar entrenada para poder realizar esta técnica correctamente, siendo capaz de realizarla de manera gradual y manejando de manera controlada sus pensamientos y emociones durante la exposición. La exposición además supone una buena herramienta para reducir las distorsiones cognitivas que pudieran estar asociadas a la megalofobia.
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2. Terapia cognitiva
Otro de los tratamientos psicológicos que pueden utilizarse para tratar los casos de megalofobia es la terapia cognitiva, ya que está fundamentada en el diálogo entre el paciente y el terapeuta con el fin de que el último ayude al primero a identificar cuáles son aquellos pensamientos automáticos y distorsionados, de carácter negativo, con el fin de poder analizarlos y que así puedan ser reemplazados por otros pensamientos que sean más racionales y se encuentren mejor adaptados con respecto a la situación real, como sería en el caso de la megalofobia la exposición a objetos grandes.
Entre las técnicas más usadas dentro de la terapia cognitiva cabe destacar la reestructuración cognitiva, la cual iría orientada en el caso de la megalofobia a ayudar al paciente a identificar sus creencias irracionales con respecto a la exposición frente a objetos de gran tamaño y modificarlas a través de su cuestionamiento racional para poder reemplazarlas por otra perspectiva racional y más adaptativa.