Hay personas que padecen fobia a ciertas cosas de pequeño o incluso diminuto tamaño (por ejemplo, las bacterias), de forma que pueden llegar a sufrir ansiedad cuando se encuentran en espacios públicos, por lo que suelen tener siempre a mano un gel o toallitas desinfectantes y en los casos más graves podrían llegar a evitar salir de caso en la medida de lo posible para evitar exponerse a ese tipo de situaciones.
La microfobia es un tipo de fobia específica que se conoce como el miedo irracional y excesivo a las bacterias, a los parásitos y/o a los objetos y animales pequeños, sean visibles o no.
En este artículo vamos a ver en qué consiste la microfobia y cómo podría llegar a afectar este tipo de fobia específica en el día a día de quienes lo padecen. También vamos a comentar unas breves pautas que pueden aplicarse desde algunos enfoques de tratamientos psicológicos..
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¿En qué consiste la microfobia?
La microfobia es un tipo de fobia específica que se caracteriza por un temor o miedo excesivo e irracional a las bacterias, a los parásitos y/o a los objetos y animales muy pequeños, sean visibles o no.
En muchos casos de personas que padecían microfobia se ha encontrado también la existencia de un miedo constante a poder infectarse de alguna clase de bacteria y/o germen a través de cualquier tipo de superficie (por ejemplo, aseos públicos, mesas, etc.) lo que causa que esas personas se desinfecten con gel o toallitas desinfectantes continuamente, sobre todo en espacios públicos.
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Síntomas
A la hora de hacer un diagnóstico de un caso de microfobia resulta fundamental que el profesional clínico tenga en cuenta los síntomas manifiestos más comunes que se suelen encontrar en aquellos pacientes que padecen este tipo de fobia específica, siendo estos los que vamos a enumerar a continuación:
- Pensamientos e ideas catastróficas y disfuncionales acerca del peligro que pueden tener las cosas diminutas.
- Sufrir un exceso de sudoración (hiperhidrosis).
- Aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardias).
- Mareos causados por otros síntomas de ansiedad.
- Náuseas y/o vómitos.
- Rituales de limpieza continuos y excesivos, pudiendo desencadenar el desarrollo de un trastorno obsesivo-compulsivo.
Es importante mencionar que para hacer un diagnóstico de microfobia no es suficiente con que una persona padezca alguno o varios de estos síntomas, sino que debería ser un profesional quien evaluará el caso exhaustivamente y a partir de las pruebas pertinentes hiciera el diagnóstico en caso de que estuviera frente a un caso real de microfobia teniendo siempre presentes diversos factores asociados al paciente como su edad, los antecedentes familiares a nivel de salud mental, si el paciente tuviera o no otras patologías tanto a nivel físico como psicológico, etc.
Además de los síntomas que acabamos de ver, que eran mayormente a nivel fisiológico y conductual, conviene tener presentes una serie de síntomas a nivel cognitivo que tienden a manifestarse en los casos de microfobia y que es importante tener en cuenta, siendo estos los que se van a enumerar a continuación:
- Pensamientos obsesivos.
- Dificultad para concentrarse cuando se teme por la posible presencia de un objeto u organismo diminutos.
- Miedo a sufrir un desmayo.
- Pensamientos relacionados con la ansiedad anticipatoria (p. ej., miedo a una futura exposición a objetos diminutos).
- Pensamientos irracionales relacionados con la microfobia que padecen.
Es importante destacar que los síntomas de la microfobia podrían llegar a desarrollarse de manera comórbida con los de otras fobias.
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Causas
Por otro lado, la microfobia es fruto de una combinación de causas, entre las que cabe destacar una predisposición genética a los problemas de ansiedad y, sobre todo, el hecho de haber pasado por determinadas experiencias ansiógenas, de modo que este estado de malestar queda asociado al concepto de "microbios", o de "bacterias", etc.
Clasificación de la microfobia en los manuales diagnósticos de trastornos mentales
En los principales manuales diagnósticos sobre trastornos mentales, como son el DSM-5 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) y el CIE-11 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), podríamos clasificar la microfobia dentro de la categoría de las fobias específicas, que es uno de los tipos de trastornos de ansiedad más comunes.
A continuación veremos las principales características de las fobias específicas en cada uno de los manuales que acabamos de mencionar y adaptadas en este caso a los posibles síntomas de una persona con microfobia.
1. Fobia específica en DSM-5
Las características que permitirían a un profesional clínico diagnosticar la microfobia, siendo un tipo de fobia específica, de acuerdo con el DSM-5 son las que vamos a enumerar a continuación:
- Ansiedad intensa o miedo ante la presencia de organismos, cosas u objetos con un tamaño diminuto.
- El temor o la ansiedad suelen surgir normalmente de forma inmediata ante los organismos u objetos diminutos.
- Esa persona tiende a evitar activamente cualquier tipo de situación en la que pueda haber cosas diminutas.
- La persona suele experimentar un malestar clínicamente significativo que interfiere en su vida cotidiana.
- Esta afección no es posible explicarla por causa de otra enfermedad (p. Ej., por un trastorno de pánico).
- Los síntomas de temor a los objetos, las cosas y los organismos diminutos deben durar al menos 6 meses.
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2. Fobia específica en CIE-11
Las características principales de la microfobia, siendo un tipo de fobia específica de acuerdo el CIE-11, serían las siguientes:
- Miedo o ansiedad excesivos que suceden cuando la persona se expone a organismos o cosas diminutas.
- Esos síntomas de miedo o ansiedad son totalmente desproporcionados con respecto al peligro real.
- Esos objetos u organismos diminutos suelen evitarse o son sobrellevados con un miedo intenso o ansiedad.
- Los síntomas de la microfobia que acabamos de mencionar deben durar varios meses.
- Además, dichos síntomas tienen que ser lo suficientemente graves como para causar malestar y/o deterioro.
Tratamiento de la microfobia
Cuando una persona está sufriendo diversas dificultades de forma considerable en su vida cotidiana a causa de una posible microfobia o por cualquier otro tipo de fobia, como puede ser la fobia a ciertos animales, la fobia a volar... de manera que evita estar presente en ciertos lugares o ante una amplia variedad de situaciones en las que podría darse una exposición frente al estímulo temido, sería recomendable que buscara ayuda de una profesional de la salud mental con el objetivo de que pueda ayudarle a afrontar progresivamente su temor y volver a llevar una vida plena.
Es por ello que a continuación veremos algunos tratamientos psicológicos que han demostrado su eficacia frente a diversos tipos de fobias específicas, entre las que puede encontrarse la microfobia.
1. Terapia cognitiva
Uno de los tratamientos psicológicos que más se han utilizado para abordar casos de microfobia es la terapia cognitiva, debido a que estos pacientes suelen presentar una serie de síntomas cognitivos relacionados con ese temor excesivo a los objetos u organismos diminutos, por lo que en este tipo de casos el terapeuta se encargará de identificar cuáles serían aquellos pensamientos distorsionados con el objetivo de analizarlos de manera conjunta con el paciente para que pueda ser consciente de que no son racionales.
Una vez identificados y analizados esos pensamientos irracionales relacionados con la microfobia, el terapeuta ayudará al paciente a reemplazarlos por otro tipo de pensamientos e ideas que se encuentre más acorde con la realidad y así poder ayudarle en el camino a la exposición frente a los estímulos temidos sin sufrir miedo o ansiedad excesivos.
Dentro de este tipo de terapia cabe destacar una técnica muy utilizada para ayudar identificar esos pensamientos y creencias irracionales (en este caso relacionados con la microfobia) con el fin de modificarlos mediante su cuestionamiento racional con un diálogo o debate socrático, y esta técnica ha sido comúnmente denominada como “reestructuración cognitiva”.
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2. Terapia conductual
Otra terapia psicológica que también ha demostrado su eficacia frente a las fobias específicas como la microfobia, es la terapia conductual, siendo una modalidad terapéutica que puede aumentar los beneficios cuando se combina con la terapia cognitiva (terapia cognitivo-conductual).
En la terapia conductual, que se basa en las teorías del aprendizaje conductual frente a la microfobia o cualquier otro tipo de fobia, puede comenzarse con una técnica de entrenamiento en relajación, que está compuesta por ejercicios de relajación muscular progresiva o entrenamiento autógeno, ejercicios de respiración focalizada y también ejercicios orientados al manejo de su atención.
Otra técnica muy utilizada para el tratamientos de la microfobia, es la técnica de exposición frente al estímulo temido (objetos u organismos diminutos), de manera que el paciente deberá de exponerse de forma gradual a esos objetos u organismos diminutos y, para que pueda hacerlo con una mayor eficacia, deberá haber aprendido durante las sesiones de terapia a controlar sus pensamientos y emociones mientras lleva a cabo esas exposición ante el estímulo que teme.