Las 100 mejores frases y pensamientos de Mary Shelley

Repasamos las mejores reflexiones de esta célebre autora británica.

Frases Mary Shelley

Maria Godwin, quien adoptó el apellido Shelley al casarse, fue una narradora y dramaturga británica nacida en el año 1797.

Conocida mundialmente por ser la autora de la gran novela Frankenstein, también escribió otras grandes obras como Mathilda o The Last Man (novela de la que hubo una película llamada “Soy Leyenda”, protagonizada por el también célebre actor Will Smith).

Mary Shelley es quizás una de las autoras británicas más leídas de todos los tiempos y sus novelas han sido capaces de cautivar a varias generaciones de lectores. La vida de esta novelista fué también muy interesante estando plagada de viajes, infidelidades y situaciones tortuosas.

Grandes frases célebres de Mary Shelley, autora de ‘Frankenstein’

Seguramente todos conocéis a esta autora o habéis leído alguna de sus obras, es por eso mismo que hemos querido rendir un pequeño homenaje a esta pionera de la novela gótica del siglo XIX.

1. El ángel caído se convierte en un malvado demonio. No obstante, incluso el enemigo de Dios y del hombre gozó de la compañía de amigos y semejantes en su desolación. Yo en cambio, estoy completamente solo.

En la novela Frankenstein, su protagonista se ve obligado a vivir en una completa soledad.

2. ¿Quién puede concebir los horrores de mi encubierta tarea, hurgando en la húmeda oscuridad de las tumbas o atormentando a algún animal vivo para intentar animar el barro inerte? Ahora me tiemblan los miembros con sólo recordarlo; entonces me espoleaba un impulso irresistible y casi frenético.

Como podemos ver en esta cita Shelley, es una maestra de la escritura gótica y de las descripciones sombrías.

3. Nada contribuye a tranquilizar la mente como un propósito firme, un punto en el que pueda el alma fijar sus ojos intelectuales.

Cuando estamos totalmente decididos a realizar una tarea, más tarde o temprano, conseguiremos llevarla a cabo.

4. Estamos ligados por vínculos tenues a la prosperidad o a la ruina.

En ocasiones nos puede dar la sensación de que el destino que viviremos ya está fijado de antemano.

5. Busca serenamente la felicidad y evita la ambición, aunque ésta sea en apariencia tan inofensiva como la que persigue el camino de la ciencia.

La búsqueda de la felicidad es algo que muchos de nosotros tenemos en común y tanto Shelley como sus personajes también buscaban su propio porvenir.

6. ¡Cuán extraña es la naturaleza del saber! Se aferra a la mente como el musgo a la roca.

El conocimiento dentro de su ámbito es algo que todos los científicos desean conseguir, realizando todo lo que esté en su mano para ello.

7. El lobo se vestía con piel de cordero y el rebaño consentía el engaño.

A veces nosotros mismos debemos poner de nuestra parte para ser engañados, numerosos engaños y estafas de todo tipo necesitan de la colaboración de la víctima para funcionar.

8. La contemplación de la grandiosidad de la naturaleza siempre confirió nobleza a mis pensamientos, haciendo que olvidara las preocupaciones cotidianas.

La naturaleza es maravillosa, además puede permitirnos alcanzar cierta paz mental y espiritual.

9. Te juro que hubiera preferido permanecer siempre en la ignorancia. Antes eso que descubrir la ingratitud y la depravación de una persona tan querida por mí.

La ignorancia puede ser un don vista de la forma adecuada, nos permite ser felices en nuestra propia percepción.

10. No deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas.

Esta escritora era una firme defensora del movimiento feminista de la época y de los derechos de las mujeres.

11. Tengo sin embargo una gran necesidad que hasta ahora no he podido satisfacer; y que ahora siento como una falla lamentable. No tengo aquí ningún amigo.

Los amigos de verdad son muy escasos y difíciles de encontrar, no debemos perderlos bajo ningún concepto.

12. Sé que usted busca el conocimiento y la sabiduría, como yo lo hice una vez; y espero vivamente en que la satisfacción de sus deseos no resulte ser una serpiente que le muerda, como ha sucedido en mi caso.

El ansia de conocimiento puede llevarnos a descubrir algo que nos sea contraproducente, como por ejemplo le pasó a Madame Curie que murió por haber recibido demasiada radiación durante sus experimentos.

13. ¿Por qué no he de continuar por estas olas indómitas y a la vez sumisas?

La vida puede llevarnos por caminos que nunca hubiésemos imaginado.

14. ¿Cómo es posible contemplar a un ser tan noble destruido por el dolor sin experimentar una profunda pena?

Los experimentos con seres vivos puede ser muy desagradables, no suelen ser aptos para estómagos sensibles.

15. Amo la vida, pese a que no es más que un cúmulo de angustias, y la defenderé.

Todos nosotros sin excepción amamos la vida, aunque muchas veces sea un gran cúmulo de desgracias.

16. Como Adán, yo no parecía tener lazo alguno con los demás seres; pero su estado era muy distinto del mío en los demás aspectos.

Frankenstein era a su manera único y el primero de su clase, un ser creado de la nada a través de la ciencia.

17. Yo, como el archidemonio, llevaba un infierno en mis entrañas; y, no encontrando a nadie que me comprendiera, quería arrancar los árboles, sembrar el caos y la destrucción a mi alrededor, y sentarme después a disfrutar de los destrozos.

¿Quién no ha sentido cólera alguna vez? Saber controlar nuestras emociones es algo básico que todos ejercitamos desde pequeños.

18. El remordimiento anulaba cualquier esperanza. Era el autor de males irremediables, y vivía bajo el constante terror de que el monstruo que había creado cometiera otra nueva maldad.

El creador del llamado Monstruo de Frankenstein, se sentía culpable por el mal que había traído al mundo.

19. Si nuestros instintos se limitaran al hambre, la sed y el deseo, seríamos casi libres. Pero nos conmueve cada viento que sopla, cada palabra al azar, cada imagen que esa misma palabra nos evoca.

Nuestras emociones puede ser muy fuertes dentro de nosotros y hacernos llevar a cabo acciones de todo tipo.

20. Sin embargo, ¡Cuántas cosas estamos a punto de descubrir si la cobardía y la dejadez no entorpecieran nuestra curiosidad!

La curiosidad es la que ha llevado al ser humano a desarrollar grandes avances científicos de todo tipo, pero también puede ser una cualidad positiva o negativa porque ya dicen: la curiosidad mató al gato.

21. Quien no haya experimentado la seducción que la ciencia ejerce sobre una persona, jamás comprenderá su tiranía.

La ciencia es una disciplina que puede llegar a absorber en gran medida a una persona, pues saciar nuestra sed de conocimiento puede ser algo complicado de realizar.

22. Pero, ¿Dónde estaban mis amigos y familiares? No había tenido un padre que cuidase de mi infancia, ni una madre que me bendijera con sus sonrisas y caricias; y si los tuve, toda mi vida pasada no era sino tiniebla, un ciego vacío que no distinguía nada.

Nuestros recuerdos son una parte fundamental de nosotros, sin ellos dejamos de ser la persona que somos.

23. Para aproximarse a la perfección, un hombre debería conservar siempre la calma y la tranquilidad del espíritu sin permitir jamás que ésta fuera turbada por una pasión o un deseo momentáneo.

Conservar la tranquilidad en los momentos complicados es algo que no todos sabemos hacer.

24. De las manos de Dios había salido una criatura perfecta, próspera y feliz, protegida por el especial cuidado de su Creador; se le había permitido conversar con seres de naturaleza superior y adquirir de ellos su saber; en cambio, yo era desdichado, estaba desamparado y solo.

En la novela de esta escritora su famosa criatura se sentía pobre y desvalida en el mundo que le rodeaba.

25. Pero tenemos la obligación de esconder nuestro dolor para no aumentar el de los que nos rodean.

Debemos saber cuándo mostrar nuestras emociones y cuándo no hacerlo, de esta forma podremos relacionarnos mucho mejor en sociedad.

26. Sólo de ti podía esperar socorro, aunque no me despertaba otro sentimiento que el del odio.

A veces sabemos que nuestra única oportunidad de resultar victoriosos, reside en aquellas personas que tanto odiamos.

27. Yo en cambio llevaba un infierno dentro de mí, y nadie podría arrancarlo jamás.

Ciertas emociones, como la ira o la rabia pueden llegar a consumirnos desde dentro.

28. Ten cuidado, porque no tengo miedo y eso me hace poderoso.

El miedo nos bloquea y paraliza, si no lo tenemos podemos actuar de forma mucho más precisa.

29. ¿Por qué debo respetar al que me desprecia?

Para que la sociedad conserve un orden debemos poder respetarnos entre nosotros, aunque la otra persona no sea de nuestro agrado.

30. Cualquier inteligencia normalmente dotada que se dedique con interés a determinada área, llega sin duda a dominarla con cierta profundidad.

Incluso los llamados superdotados, sólo son prodigiosos dentro de un área concreta.

31. La guerra es el juego del estadista, la dicha del sacerdote, la burla del abogado y la profesión del asesino mercenario.

Todos los seres humanos estamos hechos para llevar a cabo una tarea determinada, depende de nosotros cuál sea esa tarea.

32. Nada hay más doloroso para el espíritu humano, tras la excitación que provoca la rápida sucesión de los acontecimientos, como esa calma mortal de apatía y certidumbre que la sigue, y priva al alma de toda esperanza y temor.

La narrativa de Mary Shelley es sin ninguna duda muy poderosa, sus palabras están sumamente bien escogidas.

33. Amigo mío, veo por su interés, y por el asombro y expectativa que reflejan sus ojos, que espera que le comunique el secreto que poseo; mas no puede.

Los secretos son algo que todos deseamos honestamente conocer, basta con insinuar el conocimiento de uno para que la otra persona muestre su propio interés.

34. Desde el principio de mis recuerdos, había sido como era entonces en estatura y proporción. Hasta ahora, nunca había visto a un ser que se pareciese a mí ni pretendiese contacto alguno conmigo. ¿Qué era yo? La pregunta me surgía una y otra vez, sólo para contestarla con gemidos.

El monstruo de Frankenstein tuvo que aprender quién era y cómo debía actuar en el mundo.

35. ¡Insensible, despiadado creador! Me habías dotado de percepción y de pasiones, y luego me habías arrojado al mundo para desprecio y horror de la humanidad. Pero sólo de ti podía recabar piedad y desagravio, y en ti decidí buscar esa justicia que en vano trataba de obtener de cualquier ser con forma humana.

Este monstruo tan famoso tuvo una gran enemistad con su “padre” o “creador”, como podemos leer en la obra.

36. Unas veces parecía un mero vástago del principio del mal; otras, lo más noble y divino que cabe imaginar. El Monstruo.

Aunque no seamos seres bellos, nuestros principios personales y moralidad serán los que nos conviertan en humanos.

37. Dios, en su misericordia hizo al hombre hermoso y atractivo, a su propia imagen; en cambio, mi figura era una mezcla inmunda, una parodia de la tuya, más espantosa aún por su parecido.

La fealdad de este monstruo es la que le lleva a ser considerado como tal, una metáfora del mundo de superficialidad en que vivímos.

38. Muchas veces consideré a Satanás el símbolo más acorde a mi condición.

La criatura de Frankenstein notaba una cierta sintonía con Satanás, porque los dos son en cierta forma unos incomprendidos por la sociedad.

39. Si el estudio al que te consagras tiende a debilitar tu afecto y a destruir esos placeres sencillos en los cuales no debe intervenir aleación alguna, entonces, ese estudio es inevitablemente negativo, es decir, impropio de la mente humana.

No debemos dedicar nuestra vida al trabajo, debemos trabajar para poder vivir cómodamente.

40. Vi cómo se marchitaba y acababa por perderse la belleza; cómo la corrupción de la muerte reemplazaba la mejilla encendida; cómo los prodigios del ojo y del cerebro eran la herencia del gusano.

La muerte es una etapa de la vida que a todos nos llegará en su momento, esta escritora sentía gran fascinación por ella.

41. La invención, debe ser admitido humildemente, no consiste en crear desde el vacío, sino desde el caos… consiste en la capacidad de atrapar las posibilidades de un tema y en el poder de moldear y dar forma a las ideas que sugiere.

A una persona no se le define por su aspecto físico, sino por sus ideas y pensamientos.

42. Vestía con modestia, pero su actitud la convertía en modelo de gracia.

La actitud es algo muy importante en las relaciones sociales, puede hacernos parecer mucho más bellos.

43. La vida y la muerte me parecen límites ideales.

La muerte alimenta el círculo por el cual la vida sigue su curso.

44. Toda política llevada al extremo debe ser producto de la maldad.

Los extremismos nunca son positivos, llevan al hombre a realizar los actos más despreciables.

45. Mis sueños eran más fantásticos y magníficos que mis escrituras.

Lo que idealizamos y la realidad son dos cosas muy diferentes, no debemos obcecarnos en llevar a cabo nuestras fantasías.

46. Es difícil creer que el destino de un hombre sea tan bajo que le lleve a nacer sólo para morir.

Muchos necesitamos un propósito para poder vivir con cierta tranquilidad, no podemos concebir que no hayamos nacido para algo en concreto.

47. La elegancia es inferior a la virtud.

La elegancia es una cualidad por la cual elevamos nuestras virtudes dadas.

48. Es justicia, no caridad lo que está deseando el mundo.

La justicia y la venganza son dos cosas muy diferentes que la sociedad suele confundir.

49. El gesto contrariado, la mirada perdida, ponían en su rostro una mezcla de cobardía y temor.

En el gesto de otra persona podemos llegar a entender muchas de sus emociones.

50. Vagué por la isla como un fantasma, alejado de todo lo que amaba, y entristecido por esta separación.

La soledad es algo que ninguna persona desea para sí misma, los hombres estamos hechos para vivir en sociedad.

51. El sueño en el cual me sumí me recuperó; y, al despertar, sentí de nuevo como si perteneciera a una raza de seres humanos como yo.

Todos necesitamos descansar llegado el momento, nos ayuda a ordenar nuestras ideas y prioridades.

52. Aprende de mí, si no por mis preceptos, al menos por mi ejemplo, lo peligroso que es la adquisición de conocimientos.

Debemos ser cautelosos con lo que deseamos, pues ciertos deseos pueden traernos también algunas desgracias.

53. Yo era bueno y cariñoso; el sufrimiento me ha envilecido. Concededme la felicidad, y volveré a ser virtuoso.

Las situaciones desagradables nos pueden llegar a convertir en seres desagradables, al fin y al cabo toda situación dolorosa que vivimos causa mella en nosotros.

54. Los hombres necesitan hasta tal punto aferrarse a algo que son capaces de plantar las manos sobre una lanza envenenada.

No debemos caer en falsas esperanzas, ser pragmáticos es algo que nos puede resultar complicado de interiorizar pero que a la larga nos será mucho más beneficioso.

55. La angustia de mis sentimientos no cejaba; no había incidente del cual mi furia y desdicha no pudieran sacar provecho.

Somos nosotros mismos quienes nos encerramos en nuestros pensamientos negativos, para poder ser verdaderamente felices debemos pensar de una forma acorde para ello.

56. Pero el pensamiento trajo poder y conocimiento y, ataviada con ellos, la raza del hombre asumió dignidad y autoridad.

Gracias a los conocimientos que poseemos, la civilización actual ha alcanzado unos buenos niveles de vida.

57. Vigilaré con la astucia de la serpiente, y con su veneno te morderé. ¡Mortal! Te arrepentirás del daño que me has hecho.

La venganza puede ser una emoción que nos consuma por dentro y genere en nosotros un gran malestar.

58. Cada uno de nosotros escribe una historia, una historia de fantasmas.

Todos vivimos nuestra propia historia y creamos en ella los fantasmas de los problemas con los que nos encontramos.

59. ¿Crees que me importa mi reputación?

La reputación es la idea que los demás tienen sobre nosotros, puede sernos de gran ayuda saberla conservar.

60. En tanto quedará vivo alguien quien yo pudiera amar, siempre tendría razones para tener miedo.

Perder a alguien a quien amamos de verdad, es lo más duro por lo que podemos pasar en la vida.

61. El amor, que no es más que un episodio en la vida de los hombres, es la historia entera en la vida de las mujeres.

A lo largo de toda la civilización humana, las grandes historias de amor siempre han tenido una figura femenina como protagonista.

62. Yo también puedo sembrar la desolación; mi enemigo no es invulnerable.

Todos somos capaces de causar malestar en otra persona si realmente nos lo proponemos.

63. ¡Con qué facilidad varían nuestros sentimientos y que extrañamente nos aferramos a la vida en momentos de desesperación!

En los momentos más difíciles todos reorganizamos nuestros pensamientos y prioridades.

64. No desesperaremos. No somos cobardes ni fatalistas; creemos que Dios ha puesto en nuestras manos los medios para nuestra supervivencia y vamos a sacarles el máximo provecho.

Creer en dios es algo que nos puede ayudar a enfrentar la vida con un mayor índice de acierto.

65. En vez de odiarme, me acepte y me enseñe sus bondades.

Debemos aceptarnos a nosotros mismos y saber aceptar a los demás tal como son.

66. Mortal, podrás odiar, pero ¡Ten cuidado! Pasarás tus horas preso de terror y tristeza, y pronto caerá sobre ti el golpe que te ha de robar para siempre la felicidad.

La felicidad es tremendamente delicada, cualquier cambio en nuestra vida nos la puede arrebatar.

67. Apenas sí podía soportar el cúmulo de pensamientos que se me agolpaban en la mente.

Los pensamientos pueden aturullarnos en más de una ocasión, la meditación puede ayudarnos a saber controlarlos.

68. ¿Qué significaba su llanto? ¿Expresaban sus lágrimas dolor?

Podemos llorar por muchas emociones diferentes, los bebés por ejemplo lloran por casi cualquier situación en la que se encuentran.

69. Soy un malvado porque no soy feliz.

La infelicidad provoca en nosotros un gran pesar que nos puede llevar a hacer el mal en nuestra vida.

70. Me equivoqué en una sola cosa: todas las desgracias que imaginaba y temía no llegaban ni a la centésima parte de la angustia que el destino me tenía reservada.

Todos nos encontramos con problemas a lo largo de nuestra vida, debemos darles la importancia que realmente tienen y no sobredimensionarlos.

71. Esta muerte le acarreará la desesperación, y mil otras desgracias lo atormentarán y destrozarán.

La muerte de un allegado puede causar en nosotros un gran cambio, tanto para bien como para mal.

72. ¡Quisiera pisotearte hasta convertirte en polvo, si con ello, con la abolición de tu miserable existencia, pudiera devolverles la vida a aquellos que tan diabólicamente has asesinado!

La muerte es algo que no se puede solucionar, la venganza no nos permitirá recuperar a nuestros seres queridos fallecidos.

73. Si seres tan hermosos eran desdichados, no era de extrañar que yo, criatura imperfecta y solitaria, también lo fuera.

Esta famoso novela trata mucho el tema de la “fealdad” en las personas, la sociedad por desgracia se rige en gran medida por cánones de belleza establecidos.

74. Desde el momento en que me condenaron, el confesor ha insistido y amenazado hasta que casi me ha convencido de que soy el monstruo que dicen que soy.

No debemos permitir que los demás nos contaminen con sus propias ideas, debemos ser consecuentes con nuestros propios pensamientos y con la idea que tenemos de nosotros mismos.

75. Me vengaré de mis sufrimientos; si no puedo inspirar amor, desencadenaré el miedo.

Cuando somos profundamente desdichados, podemos llegar a desear el mal de los demás para podernos sentir mejor con nosotros mismos.

76. Todos los jueces prefieren condenar a diez inocentes antes de que se escape un culpable.

Antiguamente la justicia era mucho más inexacta que en la actualidad, muchos inocentes eran juzgados injustamente.

77. Los científicos modernos prometen muy poco; saben que los metales no se pueden transmutar, y que el elixir de la vida es una ilusión.

La alquimia era una ciencia antigua que según prometía, podía dotar al hombre del elixir de la eterna juventud o piedra filosofal.

78. Sentir amor por otro, me colocará en el engranaje de la existencia que llevan los demás, y de la que ahora estoy excluido.

El monstruo de esta novela perseguía incansablemente su aceptación dentro de la sociedad.

79. ¿Qué podría detener un corazón decidido y la voluntad firme de un hombre?

Si nos lo proponemos firmemente seremos imparables y podremos llevar a cabo casi cualquier tarea que se nos encomiende.

80. Satanás tuvo a sus compañeros, a sus demonios seguidores, que le admiraban y alentaban; pero yo me encuentro solo y soy abominado.

Incluso el propio Satanás estaba rodeado de otros demonios o esbirros, pero el monstruo de Frankenstein estaba completamente solo en su desgracia.

81. Mi propia mente comenzó a crecer, atenta con pensamientos ansiosos.

Los personajes de Shelley viven situaciones que les hacen pasar por momentos de verdadero sufrimiento y malestar.

82. Sé que por la simpatía de un ser vivo, haría las paces con todos. Tengo en mí un amor del tipo que apenas puedes imaginar y una rabia del tipo que no creerías. Si no puedo satisfacer a uno, complaceré al otro.

La descripción psicológica de los personajes de esta gran autora está muy adelantada a su tiempo.

83. Hay algo en mi alma que no entiendo.

El monstruo creado por Shelley atraviesa por constantes períodos de reflexión acerca de su propia naturaleza.

84. Ningún hombre elige el mal porque es malo; solo lo confunde con la felicidad, el bien que busca

A veces las personas eligen el mal para lograr los propios intereses o por considerar que ese es el buen camino.

85. Los diferentes accidentes de la vida no son tan cambiantes como los sentimientos de la naturaleza humana.

Nada hay más variable que el sentir del ser humano en cada momento de su vida.

86. Pronto se lo llevaron las olas y se perdió en la oscuridad y la distancia.

Algunas de sus descripciones contienen un valor poético innegable.

87. Vive, y sé feliz, y haz que los demás lo sean

Un consejo muy vital que podemos aplicar en nuestro día a día.

88. No necesito describir los sentimientos de aquellos cuyos lazos más queridos están rotos por el mal más irreparable, el vacío que se presenta al alma y la desesperación que se exhibe en el semblante.

La descripción de la vertiente psicológica de sus personajes es uno de los mayores activos de Mary Shelley.

89. ¡Qué extraña naturaleza es el conocimiento! Se aferra a una mente cuando una vez se ha apoderado de ella como un liquen sobre una roca.

El conocimiento de cualquier tipo es algo que nos llega y no nos abandona jamás.

90. Somos criaturas formadas, pero medio hechas.

El monstruo de Frankenstein es un personaje icónico a medio camino entre la humanidad y la aberración.

91. No soy una persona de opiniones porque siento los contraargumentos demasiado fuertes.

En sus diarios y cartas podemos encontrar reflexiones y confesiones muy interesantes.

92. ¿Qué puede detener el corazón decidido y la voluntad resuelta del hombre?

En Frankenstein también encontramos pasajes románticos.

93. Los trabajos de los hombres de genio, por muy erróneamente dirigidos que estén, casi nunca fallan en volverse en última instancia en beneficio de la humanidad.

Un genio siempre logrará encontrar el éxito en cualquier trabajo que emprenda.

94. ¡Adiós! Te dejo, y en ti el último de la humanidad que estos ojos contemplarán jamás

Uno de los pasajes finales de su obra más reconocida internacionalmente.

95. Un pensamiento de duda contamina el día

A veces nuestros propios contenidos mentales nos pueden afectar notablemente.

96. Su semblante era todo expresión; sus ojos no eran oscuros sino impenetrablemente profundos; parecías descubrir espacio tras espacio en su mirada intelectual

Una de las muchas descripciones icónicas que encontramos en Frankenstein.

97. Siento un placer exquisito al detenerme en los recuerdos de la infancia, antes de que la desgracia manchara mi mente y cambiara sus brillantes visiones de gran utilidad en reflexiones sombrías y estrechas sobre mí mismo.

Una reflexión acerca del paso del tiempo y el cambio respectos los recuerdos.

98. En adelante, el mal se convirtió en mi bien.

Los personajes de Shelley eligen en ocasiones transitar por la senda del mal.

99. Todos los hombres odian a los miserables

Un rasgo muy característico en la época en que vivió la autora.

100. El nombre de “Italia” tiene magia en sus mismas sílabas.

Shelley nos legó en sus escritos y diarios personales algunas reflexiones verdaderamente sorprendentes.

Psicólogo social

Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Máster en terapia cognitivo-conductual. Posgrado en Nutrición y Alimentación Sanitaria y Social por la UOC. Posgrado en Intervención psicosocial. Máster en Actividad Física y Salud por la UB.

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