40 malos hábitos que desgastan la salud

Diferentes hábitos que, si llevamos a cabo regularmente, pueden llevarnos a desarrollar trastornos.

Malos hábitos que desgastan la salud
Hábitos dañinos para el cuerpo y la mente.

No son pocos los hábitos que desgastan la salud, solo física, como psicológica y emocionalmente.

Aunque desde los medios de comunicación nos bombardean con un montón de hábitos sanos que deberíamos incorporar en nuestro día a día, lo cierto es que también se puede ser sano evitando hacer lo que no se tiene que hacer.

En este artículo vamos a ver hasta 40 hábitos que es recomendable no llevar a cabo si se desea disfrutar de una vida plena.

Malos hábitos que desgastan la salud

Estos son 40 hábitos que desgastan la salud, tanto física como mentalmente. También conoceremos algunas de las patologías que se relacionan con ellos.

1. No desayunar

Para empezar bien el día es necesario tomar los nutrientes y calorías suficientes para poder mantener las funciones orgánicas.

No desayunar puede suponer agotamiento, pérdida de concentración y mayor riesgo de realizar atracones pasadas unas cuantas horas.

2. Fumar

Fumar mata las células del sistema respiratorio y lo vuelve débil ante patógenos ambientales. Además, fumando se dispara el riesgo de padecer enfermedades respiratorias como cáncer de pulmón, tos crónica y dificultad para respirar.

3. Dormir poco

Lo recomendado es dormir entre 6 y 8 horas diarias. En caso de dormir menos de esas horas, no solo se rendirá peor al día siguiente, además de encontrarse de mal humor, sino que además hay más riesgo de tratar de hacer frente al cansancio realizando atracones.

4. Abusar del alcohol

Casi tan grave como el tabaco, el alcohol se ha asociado no únicamente a problemas hepáticos y al potencial riesgo de sufrir una adicción. También se ha visto que incrementa el riesgo de sufrir enfermedades oncológicas.

5. No realizar actividad física

Pasarse todo el día sentado, sin realizar ningún tipo de actividad física, es algo muy perjudical para la salud. Incrementa el riesgo de sufrir cardiopoatías, además de haber más posibilidades de sufrir diabetes y entorpece el correcto funcionamiento cerebral.

6. Comer a deshoras

Ya sea por aburrimiento, por estrés o simplemente porque la tentación se encuentra cerca, no son pocas las veces que se come a deshoras. Picotear unas patatillas, caramelos o chocolate cuando no toca se ha asociado a un mayor riesgo de sufrir diabetes y obesidad a largo plazo.

7. Estar estresado

Estar constantemente estresado puede afectar a la salud tanto física como mental. Se pueden sufrir contracturas, pérdida del cabello, peor capacidad de concentración, además de problemas emocionales, como depresión y ansiedad.

8. No protegerse del sol

Muchas veces se subestima la peligrosidad del sol. No protegerse adecuadamente del astro rey, incluso en invierno, puede producir problemas tales como melanoma, insolación, dolores de cabeza, problemas de vista y quemaduras.

9. Mirar demasiada televisión

Pasarse muchas horas tumbado en el sofá mirando demasiada televisión es muy perjudicial para la vista, además de contribuir a que se adquieran hábitos sedentarios que, al cabo de un tiempo, contribuirán a que se desarrolle obesidad, problemas de movilidad y aplanamiento emocional.

10. Hacer dietas yo-yo

Las dietas yo-yo son aquellas que cuando se empieza contribuyen a que se pierda mucho peso, pero como suelen ser muy poco sostenibles, se acaban abandonando y se vuelven a ganar los kilos perdidos. Estos cambios bruscos de peso pueden afectar a la salud cardiovascular.

11. Beber bebidas azucaradas

Aunque refrescantes, las bebidas azucaradas como la cola se han asociado a un mayor riesgo de enfermedades renales. Habitualmente, un vaso de este tipo de refrescos suele superar la cantidad diaria recomendada de azúcar.

12. Tomar productos dietéticos

Sustituir los alimentos por productos dietéticos o light puede suponer dejar de consumir una gran cantidad de nutrientes. Además, muchos de estos productos sustituyen la grasa por edulcorantes, los cuales no dejan de ser azúcar y contribuyen a que se desarrolle, a la larga, diabetes.

13. Saltarse comidas

Mucha gente tiene la creencia equivocada de que si comen menos y hacen menos comidas al día lograrán adelgazar. Error. Lo único que hacen es incrementar el riesgo de, al final del día, llevar a cabo un atracón, consumiendo más de las calorías recomendadas al día.

14. Restringir el consumo de hidratos de carbono

Los carbohidratos son el combustible del cuerpo, y para que pueda funcionar correctamente necesita una cantidad saludable de ellos. Eliminarlos de la dieta puede implicar agotamiento crónico. Además, se ha asociado con trastornos de la frecuencia cardíaca (fibrilación auricular)

15. Eliminar cualquier grasa de la dieta

No todas las grasas son malas. Es más, son un nutriente fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, y se transforman en la protección de ciertos órganos, como los riñones. Dejar de tomarlas puede llevar a la pérdida del volumen de los tejidos, incluidos los músculos.

16. Comprar comida preparada

Mucha gente busca excusas para decir que no tienen tiempo para cocinar y pedirse comida hecha. Ésta suele tener un montón de azúcar y grasa, lo cual no es para nada sano.

Hay comidas sanas que se hacen en menos de un minuto. El ejemplo más claro y simple es una ensalada, la cual uno puede poner los ingredientes que desee y sabrá exactamente qué se va a comer.

17. Pasar mucho tiempo en soledad

El ser humano es un animal social, necesita de la interacción con los demás para poder tener una buena salud física y mental. Se ha visto que la soledad es un factor de riesgo para sufrir problemas cardiovasculares, además de incrementar el riesgo de muerte prematura.

18. Comer rápido

Comer rápido, apenas masticando la comida y tragándola casi entera es un riesgo para la salud. Además de poder atragantarse, la digestión se vuelve pesada, haciendo que se puedan desarrollar problemas gástricos como dolores estomacales, flatulencias, hinchazón en el vientre y acidez.

19. No beber suficiente agua

No beber suficiente agua lleva a la deshidratación. El organismo necesita este líquido para llevar a cabo sus funciones. En caso de no tomar el agua suficiente, es posible desarrollar problemas renales, además de mareos, dolores de cabeza y sequedad bucal.

20. No cuidar la salud dental

La higiene dental es un asunto serio. No cepillarse ni usar seda dental o colutorio puede llevar a la inflamación de las encías, la aparición de caries y la pérdida de los dientes. También se ha visto que una mala salud bucal puede afectar a los pulmones y estómago.

21. Abusar del volumen de los auriculares

Escuchar música es algo que a todo el mundo le gusta, aunque hay quienes se pasan con el volumen de sus auriculares. Esto puede provocar problemas de oído, además de dolores de cabeza y mareos. Se debe escuchar música de forma responsable, o usar altavoces.

22. Abusar de las salas de bronceado

El uso de las salas de bronceado con regularidad se ha asociado con un aumento en el riesgo de padecer problemas cutáneos, especialmente cáncer de piel.

23. Comer demasiada carne procesada

Tanto las carnes rojas como los embutidos aumentan el riesgo de padecer cáncer. No se recomienda ingerir más de 50 gramos de embutidos al día o, si se puede, sustituirlos por pescados o proteína de origen vegetal.

24. No comer yogur

Mucha gente ve el yogur como otro alimento graso más al que deben evitar. Eso es un craso error. El yogur natural, sin azúcar añadido, implica un aporte alto de grasas saludables, calcio y flora bacteriana que contribuye a una buena salud intestinal.

25. Llevar tacones altos

Llevar tacones altos se ha asociado con la degeneración de las articulaciones y artrosis en la rodilla. Aunque llevar unos cuantos centímetros de más sea una tendencia muy extendida, es mucho más sano optar por calzado más cómodo como bailarinas o deportivas.

26. Teñirse

El tinte puede irritar el cuero cabelludo, haciendo que aparezca eczema, picazón y ampollas y contribuir a la pérdida de pelo.

27. Pasarse con las porciones

Comer porciones muy grandes de comida se ha asociado con un mayor riesgo de padecer obesidad, diabetes y problemas gastrointestinales varios. Es por ello que todos los médicos recomiendan medir concienzudamente la cantidad de lo que se va a comer, sabiendo cuántas calorías se ingieren.

28. Abusar de los zumos

Pese a lo que muchos creen, los zumos, aunque no lleven azúcar, no son un buen sustituto de una pieza de fruta. Son básicamente agua con un montón de azúcar libre, sin fibra asociada. Incrementan el riesgo de diabetes, caries y su sobreingesta lleva a la obesidad.

29. No salir de casa

Todo el mundo necesita oxigenarse de vez en cuando, salir a dar una vuelta solo o acompañado y disfrutar del aire libre. El pasar tiempo en espacios verdes se ha asociado con un menor riesgo de padecer problemas del estado del ánimo.

30. Beber bebidas energéticas

Normalmente, las bebidas energéticas, además de tener una altísima cantidad de azúcar, tienen estimuladores como la cafeína. Interfieren en el sueño, pueden provocar taquicardias y problemas del corazón, además de perjudicar el correcto funcionamiento de los vasos sanguíneos.

31. Trabajar durante demasiado tiempo

El trabajo es algo necesario para poder ganar dinero y sobrevivir en los tiempos modernos, sin embargo, es muy perjudicial para la salud cuando éste ocupa la mayor parte de nuestro tiempo. puede afectar a nuestra salud física y emocional, estropeando las relaciones con aquellos a quienes más queremos.

Además, implica un desgaste físico, mental y emocional que cursa con psicopatología variada, como depresión y ansiedad.

32. Abusar de las redes sociales

Cuando se pasa más tiempo delante de una pantalla chateando con otras personas en vez de hablar de forma presencial se está ante un problema. Además, las redes sociales fomentan los cánones de belleza que son inalcanzables, contribuyendo a insatisfacción corporal, que evoluciona en trastornos de conducta alimentaria como la anorexia y dismorfia corporal.

33. Abusar de los analgésicos

Los analgésicos y otros fármacos ayudan a aliviar el dolor, sin embargo, también son adictivos. Además, su sobredosificación incrementa el riesgo de padecer efectos secundarios y en los casos más extremos puede ocurrir la muerte.

34. Comer demasiadas grasas malas

Es ampliamente conocida la relación entre los problemas del corazón y obesidad con el consumo excesivo de grasas poco saludables, presentes en dulces y en embutidos.

35. No despreocuparse

No poder dejar de lado los problemas, preocuparse por el pasado o el futuro o ser incapaz de dejar la mente en calma implica un constante desgaste emocional. Puede hacer que uno se paralice, impidiendo que lleve a cabo actividades placenteras

Perjudica el estado de ánimo y se ha relacionado con mayor riesgo cardiovascular.

36. Levantarse tarde

Se ha visto que las personas que madrugan son menos propensas a padecer problemas del estado del ánimo. Si levantarse tarde se debe a que se va tarde a dormir, lo mejor es intentar irse a dormir más pronto.

37. Omitir las siestas cuando se necesitan

Aunque no siempre, una buena siesta puede ser algo reparador. Si se ha tenido una mañana muy agotadora o ha habido alguna desregulación en los ciclos del sueño, quizás sea una buena opción tomarse una siestecita. Se ha visto que pueden ayudar al control arterial.

38. No llevar un registro de la alimentación

Ser consciente de qué nutrientes se consumen y cuántas calorías se ingieren y se queman puede ser de ayuda a la hora de asegurarse de que se está llevando una correcta dieta.

39. No tener estímulos intelectuales

No estimular el cerebro para que esté en forma puede contribuir, a la larga, a la aprición de problemas cognitivos y, en el peor de los casos, la demencia. Buenas formas de evitarlo es leer libros, hacer crucigramas, estudiar, aprender un idioma...

40. No acudir a un profesional

Aunque se pueda pensar que uno está sano, nunca está de más visitar a un profesional sanitario para asegurarse de que efectivamente se está bien. Visitar de vez en cuando al médico, dentista o psicólogo es un hábito saludable, que permite saber si se requiere algún tipo de intervención, la cual, de ser iniciada pronto puede garantizar la integridad física y mental de la persona.

Referencias bibliográficas:

  • Kirschner, H., Kuyken, W., Wright, K., Roberts, H., Brejcha, C., & Karl, A. (2019). Soothing Your Heart and Feeling Connected: A New Experimental Paradigm to Study the Benefits of Self-Compassion. Clinical Psychological Science, 7(3), 545 - 565.
  • Melissa G. Hunt, Rachel Marx, Courtney Lipson, and Jordyn Young (2018). No More FOMO: Limiting Social Media Decreases Loneliness and Depression. Journal of Social and Clinical Psycholog.: 37(10), 751 - 768.
  • Jung-Oh, Tae et al. (2019). Body-Weight Fluctuation and Incident Diabetes Mellitus, Cardiovascular Disease, and Mortality: A 16-Year Prospective Cohort Study. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism. 104(3), 639 - 646

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