Una nueva investigación de la Asociación de Neuropsicoanálisis parece indicar que las caricias juegan un papel importante en cómo el cerebro desarrolla la imagen mental del cuerpo. Este estudio apoya la idea de que las señales interoceptivas como el contacto afectivo son importantes para la comprensión del cuerpo y ayudan a crear un sentido coherente sobre uno mismo.
La disminución en la percepción de estas señales se han relacionado con problemas de imagen corporal, dolor fantasma, anorexia nerviosa y bulimia. Además, otros estudios relacionados con el dolor o la depresión también apoyan la idea de que las caricias aportan beneficios a la salud y al bienestar.
Las caricias ayudan a mantener un sentido del “yo” positivo
La caricia con cariño, un gesto habitual entre madres e hijos o entre parejas, puede incrementar la habilidad del cerebro para construir el sentido de propiedad del cuerpo de uno mismo y mantener un sentido del “yo” sano.
El estudio al que hacemos referencia, fue publicado en Frontiers Psychology, y estuvo encabezado por el Dr. Aikaterini Fotopoulou, director de la Asociación de Neuropsicoanálisis, y por Mark Jenkinson, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Hertfordshire en el Reino Unido.
Participaron 52 adultos sanos y utilizó una técnica experimental conocida como “ilusión de la mano de goma”. En esta técnica el participante se sienta en una mesa con los ojos semitapados (para reducir su campo visual). Coloca los brazos sobre la mesa, pero uno queda oculto, pues tiene la mano de goma encima. Al estimular la mano de goma, el individuo percibe que están estimulando su mano real, aunque es la de goma la que recibe las caricias. Esta técnica demuestra la naturaleza cambiante de la percepción del propio cuerpo.
En estudios anteriores, se ha demostrado que una caricia afectiva, caracterizada por un estimulación lenta de la piel (entre 1 y 10 cm por segundo), correlaciona con emociones placenteras y mejora los síntomas ansiosos. El equipo del Dr. Fotopoulou quería saber si la caricia afectiva afectaba a la comprensión del cuerpo por parte del cerebro.
En esta investigación se adaptó la técnica de la ilusión de la mano de goma para incorporar distintos tipos de caricias: caricias lentas y rápidas (sincronizadas y no sincronizadas ambas), y caricias afectivas. Tras la prueba se pidió a los participantes que rellenaran un cuestionario que medía su experiencia subjetiva del experimento.
Este estudio apoya la idea de que la percepción de las señales interoceptivas como el contacto afectivo ayudan a construir imagen mental del propio cuerpo, pues la percepción del tacto afectivo en el cerebro es parte de una serie de señales que ayudan a monitorear la homeostasis.
Las caricias ayudan a calmar el dolor, la depresión, y fortalecen el sistema inmunológico
Las caricias no solo hacen sentir bien y comunican sentimientos positivos, sino que son varios los estudios que demuestran que éstas pueden ser eficaces para combatir el dolor, fortalecer el sistema inmunológico o combatir la depresión.
Un estudio llevado a cabo por American Journal of Psychiatry parece indicar que las caricias favorecen la liberación de oxitocina, una hormona que induce a la relajación y nos ayuda a sentir plenos y felices. Según los autores del estudio, las personas que están solteras y sin una relación romántica suelen estar más deprimidos y tristes.
Otros beneficios de las caricias
Además de los beneficios que ya hemos indicado respecto a las caricias, la ciencia parece aportar más datos que apoyan la idea de que las caricias favorecen al bienestar de todos nosotros. A continuación presentamos algunos ejemplos:
Las caricias maternas sanan los efectos del estrés de la gestación en los hijos
Las emociones que vive la madre durante el embarazo afectan de una u otra forma al bebé en gestación. Al vivir una situación estresante, su organismo reacciona liberando hormonas que llegan al bebé a través de la placenta, lo cual se asocia con diversas alteraciones en su desarrollo. Un estudio publicado en PLOSone parece indicar que las caricias de las madres a sus hijos cuando nacen reduce el estrés y las emociones negativas de éste tras el nacimiento y favorece su adaptabilidad fisiológica.
Mejora la función pulmonar
Una investigación de la Universidad de Touch Research Institute de Miami, parece revelar que acariciar mejora la función pulmonar, la función inmune y mejora la salud de nuestro corazón. El toque humano es importante para todas las edades.
Ayuda a controlar la presión arterial
Según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte parece ser que las personas dan abrazos y caricias de manera regular a su pareja, tienen una presión arterial más baja y sufren menos patologías asociadas al corazón.
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