Arthur Schopenhauer fue uno de los filósofos alemanes más importantes del siglo XIX, aportando una visión pesimista, con un sistema filosófico muy original de matices kantianos, platónicos y budistas, unificando metafísica occidental y oriental.
Aquí daremos un repaso a su vida a través de una biografía de Arthur Schopenhauer en formato resumido.
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Biografía de Arthur Schopenhauer: su influencia en la filosofía
La vida de Arthur Schopenhauer transcurrió mayormente en Alemania, viviendo de una forma bastante contraria al estilo de vida que se hubiera podido permitir teniendo en cuenta sus raíces. Su peculiar forma de ver el destino humano, terriblemente pesimista, unido a su forma de combinar filosofía occidental y oriental lo han convertido en un filósofo germano que no deja indiferente.
Arthur Schopenhauer nació en Danzig, actual Gdańsk, Polonia, el 22 de febrero de 1788. Era el hijo de un mercader bastante rico, Heinrich Floris Schopenhauer, y su esposa Johanna Henriette Trosenier quien, años más tarde, sería conocida por sus novelas y ensayos.
En 1793, cuando la ciudad de Danzig pasó a estar gobernada por Prusia, la familia Schopenhauer se trasladó a Hamburgo. Allí, el pequeño Arthur recibiría educación privada, enfocada sobre todo a seguir con la carrera de su padre.
Más tarde, acudiendo ya a una escuela especializada en formación para negocios, Schopenhauer tendría la ocasión de exponerse a las ideas ilustradas, las cuales sentarían un precedente en su forma de ver la situación del hombre, pesimista y poco halagüeña.
Su destino cambiaría con el fallecimiento de su padre en abril de 1805. Ante la muerte del señor Schopenhauer, su hijo, quien ya no estaba presionado a seguir la profesión familiar, optó por quedarse en Hamburgo, mientras que su madre y su hermana se trasladarían a Weimar, donde Johanna tendría la ocasión de rodearse de un importante círculo de poetas, en donde asistían J.W. von Goethe y Christoph Martin Wieland, conocido como “el Voltaire alemán”.
Estando todavía en Hamburgo, el joven Arthur disfrutaría de una mayor libertad, acercándose a las ciencias y las artes y dejando de lado definitivamente la carrera de los negocios que tan poco le interesaba.
En mayo de 1807 abandonaría la ciudad y se pasaría los dos siguientes años entre las ciudades de Gotha y Weimar, donde adquirió suficiente preparación académica como para asistir a la universidad.
En el otoño de 1809 se matriculó en medicina en la Universidad de Gotinga y asistió a conferencias sobre ciencias naturales. Sin embargo, iniciado el segundo semestre se cambió a humanidades, concentrándose primero en estudiar a filósofos como Platón y Kant.
En el período de 1811 a 1813 asistió a la Universidad de Berlín, en donde escuchó a filósofos como J.G. Fichte y Friedrich Schleiermacher y, después.
Sería en esta época en la que presentaría su disertación Über die vierfache Wurzel des Satzes vom zureichenden Grunde (“Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente”), con el que obtuvo el doctorado en filosofía en la Universidad de Jena.
Después de la universidad
Durante el invierno de 1813 permaneció en Weimar con su hermana y madre. Gracias al círculo poético de Johanna, Arthur tendría la oportunidad de conocer a Goethe y discutir sobre filosofía con él.
En ese mismo invierno, Friedrich Meier, quien fuera discípulo de Johann Gottfried Herder, le introdujo los conocimientos sobre la antigüedad hindú. Así, Schopenhauer conocería las filosofías orientales, como la de Vedānta y el misticismo de Vedas. Posteriormente, combinaría estas doctrinas con las de Platón e Immanuel Kant, sentando las bases de su sistema filosófico.
Tan sólo un año más tarde abandonaría Weimar tras una discusión familiar. Schopenhauer no se sentía cómodo con el estilo de vida que llevaba su madre, frívolo tras el fallecimeinto de su padre. Sería a partir de este rifirrafe maternofilial que Arthur decidiría trasladarse a Dresde, en donde permanecería hasta 1818, relacionándose con un grupo de escritores pertenecientes al Dresdener Abendzeitung, un periódico.
Sería en esta época en la que Schopenhauer acabaría su tratado Über das Sehn und die Farben (“Sobre la visión y los colores”), un tratado en el que daba su apoyo a las ideas sobre la luz promovidas por Goethe y contrarias a las expuestas por Isaac Newton.
Su obra principal: El mundo como voluntad y representación
Los tres años siguientes los dedicaría a redactar su principal obra, Die Welt als Wille und Vorstellung (“El mundo como voluntad y representación”), publicado en 1819. Esta obra es considerada el exponente más claro de su acérrimo pesimismo. Expone, en varios tomos, una teoría acerca del conocimiento, la filosofía de la naturaleza, la estética y la ética.
Hay que entender, antes de nada, la idea de pesimismo entendido en el contexto filosófico. Este pesimismo defiende que vivimos en el peor de los mundos posibles, donde el dolor es eterno y el destino es un intento constante por conseguir aquello que, realmente, jamás conseguiremos. No hay progreso ni en la humanidad ni en la civilización.
En el primer tomo, Schopenhauer habla sobre Kant. El mundo es una representación que solo es comprensible con la ayuda de los constructos del intelecto humano, como tiempo, espacio y causalidad. Pero estos constructos muestran el mundo solo como una apariencia, como una multiplicidad de cosas, una tras otra, no como un conjunto en sí, un conjunto que Kant, originalmente, veía como algo que no era posible conocer.
En el segundo libro, Schopenhauer habla sobre la única cosa que conocemos de dos formas: conocemos nuestro cuerpo en apariencia, esto es, en su forma externa pero, a la vez, nos conocemos a nosotros mismos de primera mano, conociendo nuestra voluntad, algo así como nuestra esencia. La voluntad, en sí, es una cosa, es unitaria, imposible de cambiar, que trasciende más allá del espacio y del tiempo, y que no tiene causas ni propósitos.
Tras la publicación de esta obra, Schopenhauer no desarrolló nueva filosofía. Su obra posterior consistió, básicamente, en detallar más en profundidad lo expuesto en estos cuatro libros, además de intentar tener una vida universitaria más activa, aunque con un éxito más bien sutil.
En marzo de 1820, tras haber estado de gira por Italia y teniendo una disputa triunfante con Hegel, obtuvo permiso para dar conferencias en la universidad de Berlín. Pese a que formó como miembro de la universidad por 24 semestres, solo su primera conferencia fue oficialmente dada. Hegel era más popular y le opacaba, pero el cólera le quitó la vida años más tarde, dando fin a la "competición".
Vida en Frankfurt y últimos años
A diferencia de Hegel, parece que Schopenhauer era consciente de que Berlín no era una ciudad muy recomendable para vivir teniendo en cuenta la presencia de la enfermedad. Es por ello que decidió irse a una ciudad más saludable, Frankfurt, en la que le sirvió de hogar durante sus últimos 28 años.
Ya viviendo en esa ciudad renunciaría a su carrera como profesor universitario, viviendo de forma muy recluida, ascética, absorbido por sus estudios enfocados en ciencias naturales. Es también en este período en el que se va formando la personalidad por la que le conocemos hoy en día, estricta y de estilo un tanto anticuado incluso para la época.
En 1836, tras 19 años sin publicar nada que llamara especialmente la atención, publicó un tratado corto, Über den Willen in der Natur (“Acerca de la voluntad en la naturaleza”), en el que combinó, de forma muy habilidosa, sus hallazgos acerca de las ciencias naturales que en ese momento estaban adquiriendo una popularidad al alza, relacionándolos con su teoría de la voluntad. En el prefacio de este tratado mostró su aversión a Hegel, fallecido en 1831, hablando de él abiertamente como un charlatán.
Durante sus últimos años de vida, añadió algunas aclaraciones a sus principales obras. Incluso realizó una tercera edición de “El mundo como voluntad e idea”, el cual apareció en 1859 y en 1860 haría una segunda edición de su “Ética”. Arthur Schopenhauer fallecería en Frankfurt del Meno el 21 de septiembre de 1860, a causa de un paro cardiorrespiratorio.
Legado schopenhaueriano
El carácter y pensamiento schopenhaueriano no dejó indiferente tanto a sus coetáneos como grandes pensadores posteriores, de la talla de León Tolstói, Friedrich Nietzsche, Sigmund Freud, Carl Gustav Jung, Albert Einstein, Erwin Schrödinger, etc. Puede parecer un tanto sorprendente, pero este filósofo ha sido ampliamente leído en el campo de la física. De hecho, Einstein describió los pensamientos de Schopenhauer como una especie de consuelo continuo, pese a su marcado pesimismo del desarrollo humano.
Por otro lado, tuvo sus detractores. Ludwig Wittgenstein, aunque de adolescente adoptó el idealismo epistemológico de Schopenhauer, tras estudiarlo más a fondo, rechazó sus ideas, pasando al realismo conceptual de Gottlob Frege. El mismo Wittgenstein se mostraría bastante crítico con Schopenhauer, describiéndolo como un pensador superficial. Junto él, Bertrand Russell, en su “Historia de la Filosofía Occidental”, criticaría a Arthur Schopenhauer por considerarlo un promotor del ascetismo pero que no lo llevaba a cabo.
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