Puede que el nombre de Ernest Dale no le diga mucho a muchas personas, pero realmente es considerado uno de los autores más revolucionarios de la administración y gerencia del siglo XX, habiendo escrito varios libros en los que trató estas dos importantes áreas.
En sus obras se puede encontrar aspectos relacionados con la estructura de las empresas, conceptos teóricos y prácticos de las mismas y cómo las compañías deberían estructurarse para sacar el máximo funcionamiento a cada una de sus partes. Además de esto, fue consultor en empresas como I.B.M., ayudando a mejorar su estructura organizacional mediante la aplicación de los mismos conceptos que él había planteado.
A continuación veremos un poco sobre su vida y, en especial, acerca sus visión de las empresas, a través de esta biografía de Ernest Dale a modo de resumen.
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Breve biografía de Ernest Dale
Ernest Dale nació en Hamburgo, Alemania, el 4 de febrero de 1917. De su infancia sabemos más bien poco. De lo que si podemos saber de su juventud es que, pese haber nacido en Alemania, decidió realizar sus estudios universitarios en la prestigiosa Universidad de Yale, en los Estados Unidos. Ya desde joven mostró un profundo interés en la economía mundial y las fluctuaciones económicas que se dieron a lo largo de toda su vida.
Este interés no es de extrañar, puesto que en su infancia y adolescencia vivió los períodos económicamente más convulsos de su siglo. Nació justo al final de la Primera Guerra Mundial, vivió en tiempos del Crack del 29, presenció la Segunda Guerra Mundial, el auge y caída de Alemania, su disolución en dos estados con regímenes económicos distintos y cómo todo el mundo se dividía en el bloque capitalista y el bloque comunista. Desde luego, presenció como las dinámicas económicas cambiaban de forma vertiginosa.
No obstante, su interés en lo profesional estaba bastante más focalizado en cómo se podían administrar las empresas y la gerencia de las mismas. De hecho, tras graduarse en 1950 empezó a dar clases de administración de empresas en la Universidad de Columbia, además de impartir algunos cursos en Pensilvania.
Durante sus años de docente expuso sus ideas en papel, escribiendo dos importantes libros “Los grandes organizadores” (1960) y “Gerencia: teoría y práctica” (1965), que han sido usados como herramientas fundamentales en los cursos de Administración y Gerencia en muchas universidades.
Pero además de ejercer de profesor Ernest Dale tuvo la oportunidad de trabajar de lleno en el ámbito empresarial. Tras finalizar sus estudios en Yale trabajó como consultor en empresas de gran renombre, entre ellas DuPont corporation, I.B.M. y Unilever. También formó parte de las juntas directivas de otras empresas, como Olivetti, Upjohn y Renault. Se le considera el padre de la teoría empírica de la administración y uno de sus más relevantes exponentes.
En cuanto a su vida personal solamente podemos decir que se casó una vez y tuvo un hijo. También cabe destacar que tuvo contactos con Martin Luther King, con quien se llegó a reunir en la ciudad de Atlanta, Georgia, en 1968. Trabajó en el desarrollo de textos y como consultor hasta su muerte el 16 de agosto de 1996 en la neoyorquina Manhattan, con 79 años a causa de un aneurisma cerebral.
Aportes a las ciencias de la administración
Como comentábamos, Ernest Dale ha sido un importante exponente para el mundo de la gerencia y la administración. De hecho, se le considera el padre de la teoría empírica de la administración. Afirmaba que las políticas de administración y la calidad del liderazgo eran los fundamentos para el buen rendimiento individual de todos los trabajadores que conforman una organización.
Dale tenía un conocimiento avanzado de cómo funcionaban las compañías y cómo estas deberían ser estructuradas para así poder sacarles el máximo provecho. Si se sacaba el máximo provecho a la capacidad de cada empleado la empresa podría acabar siendo muy funcional y exitosa, idea que expuso en varias de sus obras. Entre estas obras podemos destacar las siguientes:
Planeo y desarrollo de la estructura organizacional de una compañía (1952)
Este libro, junto con “Administración: teoría y práctica”, es considerado uno de los más importantes de Dale. En él Ernest Dale alaba la aplicación de métodos sistemáticos en los modelos de negocios que se habían estado usando a mitad del siglo XX.
Consideraba que era necesario que un buen plan de negocios estuviera subordinado a unos planes meticulosamente desarrollados, los cuales debían ser enviados de forma organizada a los empleados para que tuvieran claro que era lo que se tenía que hacer, y evitar confusiones que, desde luego, reducirían significativamente la producción o incluso arruinarían a la organización.
En este libro Dale combinó conceptos de su pensamiento sistemático con la aplicación práctica de los mismos en una empresa. Buscaba un equilibrio entre la teoría y la práctica real a la hora de organizar una empresa y hacerla funcional, prestando especial atención al aspecto humano. Igualmente, cabe decir que este libro estaba especialmente enfocado a las empresas de manufactura (cadena de montaje), aunque también trata temas extrapolables a las empresas que ofrecen servicios o se encargan de las ventas.
Como limitación, este libro no desglosa del todo los métodos de actividades de la empresa. Tampoco establece cuáles son las políticas que se deberían aplicar dentro de la organización ni el desarrollo de procedimientos y de controles necesarios para el manejo de personal. No es que no los tuviera en cuenta, lo que pasa es que Dale consideraba que estos temas eran tan extensos que sería necesaria una explicación en profundidad, incluso redactar un libro para cada uno.
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Administración: teoría y práctica (1960)
Este otro libro de Ernest Dale trata la parte más humana de una organización, que sin dudas son todos y todas sus trabajadores. Aseguró que una organización no puede regirse simplemente por la racionalidad de sus métodos, puesto que detrás de estos métodos no dejan de haber seres humanos que los manejan y no son frías máquinas a las que se les puede dar cuerda indefinidamente; se debe tener en cuenta que cometer fallos a causa de la fatiga. No se pueden ignorar los principios de la naturaleza humana.
En este texto desglosó en unidades administrativas la empresa. Sostenía que toda empresa, independientemente de su tamaño, se puede desglosar en unidades más pequeñas. Cada una de estas unidades debe ser vista como si fuera una empresa propia y debería tener un gerente, el cual controle las funciones básicas de la unidad y conozca y maneje al personal de la misma. Cada unidad sabe qué va bien y que no, y puede disponer de los recursos para solucionarlo sin necesidad de otros escalones de la organización.
Este tipo de administración, con controles en cada una de las unidades, ayuda a que las autoridades máximas de la empresa se den cuenta de qué tan bien funciona cada unidad para que, en caso de que surja algún problema que solo se pueda solucionar a nivel organizacional, se decidan y apliquen los cambios oportunos para volver a llevar la actividad a su correcto cauce.
Igualmente, delegar ciertas responsabilidades a los gerentes de cada unidad debería mejorar el rendimiento humano, puesto que esos gerentes tendrían directo contacto con los trabajadores, sabrían sus fortalezas y debilidades y también conocerán de primera mano qué problemas pueden haber surgido en cada unidad, teniendo una visión más personalizada de cómo resolver el problema.
Referencias bibliográficas:
- Dale, E. (1960) The great organizers. McGraw-Hill.
- Dale, E. (1960) Management: Theory and Practice. McGraw-Hill.
- Dale, E. (1952) Planning and Developing the Company Organization Structure. American Management Association.
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