La (controvertida) necesidad de reconocimiento

Una vez más, me estoy replanteando cómo intervenir con las familias, qué se les propone. Mis dos maternidades recientes me han descubierto nuevos espacios de cuidado y me propongo emularlos. Convoco a mis compañeras, que se unen a mí con entusiasmo. Empezamos a construir juntas. Un lujo.

La política del hospital ha incluido nuevas figuras para promocionar y asociar caras a proyectos. Concretamente una periodista a full time, un responsable de talento en el Departamento de Personas y un enfermero para conseguir un hospital magnético. A nuestra unidad han ido pidiendo información y proponiendo canales para visibilizar y nombrar: no equipos sino personas. En este contexto empiezo a removerme, a cuestionarme. Los espacios que lidero, que pienso y organizo, también los comparto y estan siendo nombrados por otros dejandome una extraña sensación que hoy me ha despertado en varias ocasiones.

Desde que la conozco admiro su espontaneidad. Inicialmente me recordaba a las monitoras jóvenes y entusiastas de los campamentos y así surgió el sobrenombre de "la colònies". Así la llamaba cariñosamente con mis amigas. Me hace sentir bien tenerla cerca. Ahora que comparto mucho más se ha convertido en inspiración y en mi puerto seguro. Ella ya sabe que algo hoy en mí no está bien. Unos minutos a solas y me desahogo, le explico que no he dormido y que me siento en conflicto, que dudo de cómo planteo las cosas y de si lo estoy haciendo bien. Me mira y sonrie. "Nosotras tendemos a compartir todo, entonces los límites se hacen difusos. Es cierto que esto puede hacer que te diluyas, existe este riesgo de apropiación y quizá ya ha pasado, pero lo podemos reconducir. Tienes suerte que yo estoy al otro lado". Y es cierto, eso es una gran suerte, y yo lo sé.

"Tú no haces nada malo, quizá nosotras lo tenemos que explicar de otra manera y darte tu lugar. Todas necesitamos reconocimiento", me dice. De repente ella nombró lo que yo no podía ni pensar, necesito eso: reconocimiento. Quizá nada aún ha cambiado pero yo vuelvo a sonreir, me siento bien.