Las obsesiones relacionadas con la comida no solo son una característica de la presencia de hábitos propios de los trastornos de la alimentación, sino que también pueden causar un impacto muy negativo sobre la salud incluso cuando no se ha desarrollado un desorden mental.
Por eso, detectar las señales de alerta de la obsesión por la comida es muy importante para prevenir el enquistamiento de hábitos perjudiciales tanto física como socialmente.
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¿Por qué es tan fácil engancharse a la comida?
Empezar a desarrollar obsesión por la comida es más fácil de lo que cabría esperar en un principio, especialmente por tres motivos.
El primero de ellos es que, en las sociedades occidentales, los comestibles son de muy fácil acceso, a diferencia de sustancias adictivas legalizadas como el alcohol o el tabaco. Incluso en las familias pobres, los problemas de malnutrición suelen estar causados por una falta de capacidad para comer una dieta saludable, no por la falta de comestibles.
El segundo es que la comida ofrece una buena excusa para dejar de hacer algo y "desconectar" brevemente haciendo un viaje a la cocina. Aunque solo sea para estirar las piernas después de estar mucho rato frente a una pantalla de ordenador o televisión, picar entre horas es una forma de evadirse sin tener que depender de los demás.
El tercer y último motivo tiene que ver con la composición química de muchos de los ingredientes con los que están fabricados buena parte de los productos alimenticios. El uso abusivo del azúcar refinado, por ejemplo, está extremadamente extendido, y su función no es otra que "enganchar" al consumidor ofreciéndole una recompensa instantánea por haber probado el producto.
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Los signos que revelan obsesión por la comida
En general, las señales de alerta que advierten de la obsesión por la comida son los siguientes.
1. Poca planificación de los horarios de comida
Tirar al traste cualquier pretensión de seguir un horario fijo sobre las comidas es una de las señales de la obsesión por la comida, aunque no en todos los casos, ya que también puede indicar falta de tiempo a causa de la cantidad de trabajo que se tiene.
Sin embargo, cuando este patrón está asociado a la obsesión por la comida, la desorganización es muy evidente y puede llevar a comer a prácticamente cualquier hora del día o de la noche; prácticamente cualquier rato en el que se está despierto es buen momento para ir a la cocina.
2. Las reuniones con amigos como excusa para comer
Las personas que experimentan obsesión por la comida no tienden a planificar los momentos en los que comen, pero cuando lo hacen para asistir a restaurantes, necesitan una coartada. Es por eso que con frecuencia proponen reuniones con amigos para ir a cenar a restaurantes, más veces de lo normal y de las que los demás consideran aceptable.
3. Se vigila muy de cerca la reserva de comida
Las personas con obsesión por la comida van vigilando la cantidad de comestibles de la que disponen. Además, se aseguran de que haya una parte de alimentos que no deban ser cocinados, y que por consiguiente pueden ser consumidos de forma instantánea.
4. Trampas mentales para descontar comida
La obsesión por la comida lleva a comer mucho, pero la persona que la experimenta se inventa "normas" que le permiten creer que ha ingerido menos alimentos de los que realmente ha comido.
Por ejemplo, puede empezar a creer que picar entre horas no cuenta como comer, o que los batidos no son comida y que beber uno es como beber agua.
5. La ansiedad se traduce en viajes a la nevera
Cada vez que se experimenta una situación estresante, eso lleva a ir inmediatamente a comer algo, prácticamente sin demoras. La comida se utiliza como una herramienta de escapismo para olvidar los problemas pasados y el malestar que producen.
6. Se piensa en la comida habitualmente
Otras de las señales de obsesión por la comida es pensar en ella largamente, simplemente para experimentar una sensación similar a lo que se notaría al comerla. Seguir blogs y perfiles en redes sociales en los que se muestran fotografías de comida (no tanto como las recetas en sí) también es habitual, aunque por sí mismo no indica ningún tipo de problema si no va acompañado por otros signos de alerta.
7. Cada vez se dedica menos tiempo a cocinar
Las personas que presentan obsesión por la comida intentan no exponerse a situaciones en las que tengan cerca comestibles reales que no pueden probar inmediatamente, i en vez de eso pueden comer o picar entre horas en el momento que quieran. Eso hace que cada vez dediquen menos tiempo a cocina y se decanten más bien por comprar comida hecha o ir a restaurantes directamente.