Las bebidas alcohólicas son una parte de las sustancias que, a pesar de generar una gran adicción, cuentan con una gran aceptación social. Esto hace que el alcohol sea un elemento con una presencia muy generalizada en todo tipo de eventos; desde fiestas de fin de semana y celebraciones familiares hasta reuniones en casas de amigos, pasando por cenas y comidas en casa o en restaurante.
Sin embargo, esto tiene una gran desventaja, el uso y el abuso de estas bebidas está tan normalizado que es difícil detectar las primeras señales de la adicción al alcohol. Se trata de un hecho con graves consecuencias para la salud de una buena parte de la población.
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Señales de alerta de la adicción al alcohol
A continuación puedes encontrar una serie de signos y síntomas que alertan de la aparición de la adicción a las bebidas alcohólicas. Son orientativas y no cubren exactamente todas las dimensiones del alcoholismo, pero pueden servir para prevenir y actuar rápidamente ante situaciones de riesgo.
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1. Ahorrando tiempo con el alcohol
Las personas que tienen problemas de alcoholismo, o que están empezando a tenerlos, tienden a beber en previsión de momentos que “justifican” la posibilidad de beber más. Por ejemplo, si se está esperando a que lleguen amigos a casa para ver un partido de fútbol bebiendo latas de cerveza, se empieza a beber una botella de vino cuando aún falta una hora para la hora indicada.
Esta es una manera de “estirar” la excusa socialmente aceptada para que cubra también los momentos en los que realmente no hay ningún motivo social para consumir alcohol.
2. Se empieza a considerar “no alcohólicas” ciertas bebidas
Con el alcoholismo, el consumo de esta sustancia pasa a ser algo tan cotidiano que lo extraño es beber algo que no contenga alcohol. Por eso, una buena parte de las personas con este problema de salud empieza a considerar que bebidas de poca graduación, como por ejemplo la cerveza, no son bebidas alcohólicas verdaderas. Por consiguiente, tienen una excusa para consumir más.
3. En contextos sociales, siempre con un vaso en la mano
Esto se cumple no solo en fiestas, sino también en visitas momentáneas a casas de vecinos y, en general, en cualquier contexto social. Cualquier momento en el que no se pueda beber, aunque sea muy breve, es experimentado como algo que produce malestar, especialmente si hay botellas a la vista.
4. Revisar las reservas de bebida
Uno de los quehaceres cotidianos consiste en asegurarse de que quedan botellas de sobras y que no se dará la situación en la que no quede alcohol y no haya dónde comprarlo. Es algo que requiere emplear en ello un cierto tiempo y romper momentos de concentración para ir a revisar la despensa, pero se considera que peor sería quedarse sin reserva.
5. Al llegar a una habitación de hotel, revisar el mini-bar
Se trata de uno de los primeros movimientos que se hace al llegar a una habitación nueva, y resulta curioso, ya que normalmente esta clase de dormitorios alberga muchas novedades que pueden ser exploradas mucho antes de abrir el lugar en el que se suelen encontrar las botellas.
Además, antes de haberse decidido por ese hotel en cuestión, se habrá buscado la confirmación de que hay mini-bar.
6. Se utiliza una lógica que permita “restar botellas”
Una de las señales de alcoholismo tiene que ver con el modo en el que se piensa en la cantidad de alcohol consumida al día o a la semana. Así, en algunos casos se hace como si se hubiese bebido una botella menos porque se piensa que al haber estado caminando a paso ligero durante diez minutos se ha compensado la influencia del alcohol, etc. De lo que se trata es de encontrar excusas, por muy originales que sean, para creer que no se tiene un problema bebiendo y seguir teniendo una buena imagen de uno mismo.
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7. Beber muy rápido
Este es uno de los signos más llamativos que alertan de la adicción al alcohol, y suele apreciarse en reuniones. Las personas alcohólicas tienden a beber más rápidamente que el resto, ya que los demás tienden dar sorbos como “apoyo” al contexto social, y no como si fuese una de las tareas principales de la reunión.
Así pues, allí donde hay alcoholismo la acción de beber es en sí misma una de las acciones principales que hay que realizar en el día a día, y por consiguiente no hay tiempo que perder.
8. Se rompe el contacto con amigos que no beben
Las personas con adicción al alcohol estructuran toda su vida social alrededor de las reuniones en las que, por defecto, se bebe. De este modo, poco a poco se irá deteriorando el contacto con las personas que sean abstemias, o que beban poco.
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