¿Qué significa estar en un vínculo adictivo? ¿Por qué nos quedamos pegados a una relación que nos destruye?
Está claro que hay tantas relaciones de parejas como personas, y que la palabra “amor” tiene una connotación diferente para cada uno de nosotros, dependiendo de nuestro apego infantil, de nuestra educación y de las experiencias que hemos tenido desde que somos niños. Pero en general, el hecho de sostener un vínculo que nos lastima, permanecer pegados a un amor no correspondido, continuar atados a exparejas con las cuales vivimos relaciones horribles, son lo que actualmente denominamos adicciones comportamentales.
En ellas, al igual que en una adicción a una sustancia, no podemos dejar de hacer eso que, a pesar de ser conscientes de que luego nos traerán sufrimiento, también nos genera cierto goce al repetir una y otra vez estos comportamientos.
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Características de los vínculos adictivos
En una adicción, independientemente de su clase, a lo que quedamos pegados es a esa primera experiencia de placer, aunque nunca más volvamos a encontrarla. En el caso particular de las adicciones comportamentales asociadas a un vínculo, buscamos revivir el goce del primer encuentro.
Con los avances de las ciencias, hoy sabemos que son las mismas áreas del cerebro las que se activan en los diferentes tipos de adicciones. En lo que difieren las adicciones comportamentales de otras adicciones, como por ejemplo la adicción a la cocaína, es en que no implican un consumo problemático de alguna sustancia, sino que tiene que ver con adicción a hábitos. A hábitos que escapan al control de la persona, resultándole muy perjudicial.
Esto quiere decir que esos hábitos pueden no ser perjudiciales en sí mismos, sino que lo son para la persona, por el tipo de relación que la persona establece con él.
La tendencia a la obsesión
Asimismo, otra de las características de las adicciones comportamentales es la obsesión. Esta aparece como un pensamiento intrusivo, que se instala en nuestra mente sin dejarnos pensar en otra cosa y sin poder ser evitado. La relación y el otro pasan a ser foco total y completo para la persona. La necesidad y el miedo a perder al otro es tan, pero tan intensa, que toda nuestra energía está focalizada ahí.
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La tolerancia
Asimismo, en las adicciones asociadas a sustancias encontramos el fenómeno de la tolerancia, es decir, cada vez se hace necesario más y más de la sustancia para obtener el efecto que se busca. En las adicciones comportamentales, la tolerancia implica que uno empieza a aceptar cosas que al principio le parecían inaceptables; cada vez corremos más el límite de lo que se permite, hasta incluso ir más allá de nuestros propios valores. Esto nos genera un dolor enorme.
El malestar ante la abstinencia
Otra de las características que comparten los diferentes tipos de adicciones es la abstinencia. En el caso de las adicciones comportamentales, la abstinencia tiene que ver con la ausencia de esa persona (ya sea por una ruptura real o sólo la idea de la misma). Esto hace que la persona entre en pánico, generándole muchísima angustia. Esto se evidencia en aquellos momentos en que la persona, toma consciencia que esta relación le hace daño, e intenta terminarla, pero la angustia es tan grande que la persona claudica, y vuelve constantemente a esta relación, soportando cosas que jamás se hubiera imaginado, perdiendo incluso su dignidad.
El control
La última característica que comparten las diferentes adicciones es el control. La persona intenta controlar tanto a la relación como a la otra persona. Pero... ¿Qué es lo que se intenta controlar? Lo que se intenta controlar es que el otro no nos abandone. La persona siente permanentemente angustia y ansiedad, porque percibe todo el tiempo que la relación está siendo amenazada.
¿Qué podemos hacer?
Ahora bien… ¿Qué es lo que hace que alguien se encuentre atravesando una adicción comportamental? Esto, obviamente, no tiene nada que ver con el otro, sino con la propia historia de la persona; tiene que ver con desamparos, con miedos, con apegos inseguros, con diferentes ideas del amor, con inseguridades y con abandonos primarios.
Daniela Dechamps
Daniela Dechamps
Lic. en Psicología enfoque integrativo | Life Coach
Pero como tiene que ver con tu propia historia, puede ser trabajada, modificada y resignificada. Esto vale la pena porque todos merecemos el buen amor, ese que nos hace felices la mayor parte del tiempo, que por supuesto, tiene conflictos, pero que saca la mejor parte de nosotros.