¿Y qué pasa cuando la luz se apaga?
No tienes motivación, no le encuentras sentido a la vida, no encuentras tu razón de ser y ves el vaso directamente sin agua.
Déjame decirte que, si esto te pasa actualmente, es una muy buena señal, y que la puedes utilizar para impulsarte hacia lo que realmente has venido a hacer en esta vida.
Esto significa que te has dado cuenta de que la vida que has llevado hasta ahora ya no te llena, no te hace vibrar y por eso sientes ese vacío tan grande en tu interior.
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Viviendo con el piloto automático
Vivimos programados inconscientemente, en una sociedad materialista en la que debemos trabajar mínimo ocho horas diarias, normalmente en un trabajo que no nos llena y simplemente por el hecho de sentirnos productivos y poder pagar las facturas.
Y esto nos hace vivir en piloto automático: te levantas (seguramente miras tus notificaciones de WhatsApp, email, Facebook, Instagram), desayunas, trabajas, quizás quedas con alguna amiga, cenas, una, dos o tres copas de vino y finalmente vas a dormir hasta el día siguiente.
Pero déjame preguntarte: ¿Realmente te hace feliz ese trabajo? ¿Consideras el trabajo como un deber o algo que no te cuesta realizar porque te llena plenamente? ¿Vives la vida a tu manera o una vida impuesta por factores externos a ti?
Seguramente, o nunca hayas reflexionado sobre estas cuestiones, o si han pasado por tu mente, te hayas puesto algún tipo de excusa para convencerte a ti misma/o de que tu trabajo no está tan mal, que te da estabilidad o que ya buscarás algo mejor cuando encuentres lo que de verdad te apasiona.
¿Pero, es esta la verdad? ¿O más bien lo que te frena es el miedo a soltar esa falsa seguridad? El miedo al cambio quizás sea el miedo a fracasar en el intento.
Otras personas dicen que no saben lo que les gustaría hacer con sus vidas, y esto es debido a una falta de conocimiento de las diferentes opciones que tienen. Simplemente no conocen todavía en lo que son buenos o las habilidades que naturalmente poseen, es decir, piensan que solo cierto tipo de trabajos o carreras son las disponibles y con las cuales podrían desempeñarse profesionalmente.
No es su culpa, esto es lo más normal que nos sucede a los humanos. Por lo general nadie nos guía en este aspecto y pensamos que tenemos opciones limitadas. Pero sí que es tu responsabilidad hacer algo al respecto si la vida que llevas actualmente no es la vida que te gustaría llevar.
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Una tendencia a cometer los mismos errores
No se trata de dejar un trabajo para meterse en otro que es más de los mismo; eso no va a solucionar el problema, porque si no has reflexionado en el por qué ese trabajo no era el correcto para ti y qué es lo que realmente quieres, entonces lo más seguro es que sigas repitiendo el mismo patrón una y otra vez y que sigas insatisfecha/o con el nuevo trabajo al cabo de un tiempo.
Y esto se puede extrapolar a cualquier área de tu vida; si el patrón de conducta se sigue repitiendo y eso te hace sufrir, es porque no lo has identificado y trabajado en ello. Por lo tanto, hasta que no lo soluciones se seguirá repitiendo en las diferentes situaciones de tu vida.
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El propósito
Pero... ¿existe el propósito de vida? ¿Y si es así, cómo enfocarnos para direccionarnos hacia él?
Primero quiero puntualizar que todos hemos venido a este mundo con un propósito de vida, solo es cuestión de tiempo para que la vida nos acerque a ello. Creo que es muy positivo saber que esto existe y que, aunque todavía no sepamos cuál es, que al menos tengamos la certeza de que tarde o temprano la vida nos lo va a exponer con situaciones, personas, trabajos… Y que simplemente debemos prestar atención a esas señales que nos manda el universo.
¿Qué es lo que sin esfuerzo harías cada día de tu vida? ¿Por qué temas te interesas y de manera natural te pasas horas leyendo e investigando sobre ello? ¿Existe algo con lo que pierdas la noción del tiempo? ¿Recuerdas aquello con lo que jugabas de pequeña que te ilusionaba muchísimo?
Quizás pienses que no se pueda vivir de los sueños, y no te estoy diciendo que dejes tu trabajo por ello (todavía), simplemente te invito a reflexionar sobre estas preguntas y sobre todo no dejar de lado aquello que te hace vibrar, aquello a lo que dedicarías tus 24 horas del día. Y desde ahí pensar como podrías vivir de aquello que te apasiona.
Roma no se construyó en un día, pero estoy segura de que la persona que soñó con construirla tenía un plan y creía firmemente que era posible, sin importarle el tiempo que requiriese para hacerlo realidad.
Recuerda que los limites son los que tú te pones y que, si crees en ti, todo es posible. Te mando mucha fuerza y desde aquí te animo a seguir buscando ese propósito de vida, pero más que buscarlo, conseguir vivir una vida llena de propósito.