Cómo mejorar y desarrollar el Autoconcepto desde la Psicología

Un resumen de los principios de la Psicología Positiva aplicada a la identidad personal.

Cómo mejorar y desarrollar el Autoconcepto desde la Psicología
Pexels
Vibra Barcelona - Evento de bienestar femenino

“Autoestima” y “amor propio” son términos que escuchamos y leemos con frecuencia. En redes sociales, en conversaciones cotidianas. “Autoconcepto”, en cambio, se pronuncia menos pero es igual de importante.

El autoconcepto no solo influye en cómo te percibes, también condiciona cómo te relacionas, cómo tomas decisiones y cómo enfrentas lo que te pasa. Y sobre esto hablaremos hoy: sobre cómo mejorar y desarrollar el autoconcepto desde la psicología.

Empieza hoy tu viaje de bienestar

Accede a una amplia red de psicólogos calificados. Empatía y experiencia a tu servicio.

Encuentra psicólogos cerca de ti

¿Qué es el autoconcepto?

Podemos decir que el autoconcepto es la idea que tienes sobre ti. Pero, no, no es solo una etiqueta tipo “soy tímido” o “soy extrovertida”. Es más bien un sistema interno, una especie de mapa que incluye cómo piensas que eres, cómo crees que deberías ser, cómo te gustaría ser y cómo imaginas que te ven los demás.

No es algo fijo, como si nacieras con una versión predeterminada. Se va formando y reformando a lo largo del tiempo. Por eso, puedes trabajarlo, cuestionarlo y también transformarlo.

¿Cómo se crea?

Desde pequeños vamos recogiendo información sobre nosotros mismos. Esa información viene de lo que vivimos, de lo que nos dicen, de cómo nos miran, de cómo reaccionan cuando actuamos de cierta manera. Es como si cada experiencia fuese un ladrillo que aporta algo a la construcción de esa imagen que tenemos de quiénes somos.

Este proceso de construcción no se detiene. Aunque en la infancia y adolescencia se instalan las bases más fuertes, el autoconcepto sigue en movimiento durante toda la vida. Cada vez que pasamos por una experiencia significativa, tenemos la oportunidad de revisar o reafirmar lo que creemos sobre nosotros.

Qué influye en su formación

Hay muchos elementos que se combinan. Por ejemplo, la actitud con la que enfrentas ciertas situaciones marca la diferencia. Si sueles ver tus logros como producto del esfuerzo, probablemente construyas una imagen más segura de ti. En cambio, si tiendes a desvalorizarte o enfocarte en los errores, eso afecta también cómo te ves.

Otro factor clave es la percepción que tienes de tu cuerpo. No necesariamente hablamos de cómo luce, sino de cómo lo experimentas. Hay personas que viven en guerra con su cuerpo porque han recibido mensajes negativos sobre él. Eso, evidentemente, se cuela en su autoconcepto.

Y, ¡a ver!, también está lo que los demás nos reflejan. Si durante mucho tiempo has recibido miradas críticas o indiferentes, puede que hayas incorporado una visión poco amable de ti. Y lo mismo al revés: el reconocimiento genuino también ayuda a construir una imagen positiva.

Además, hay distintas “versiones” de uno mismo que conviven: el “yo ideal” (lo que quisieras ser), el “yo esperado” (lo que crees que deberías ser), el “yo potencial” (lo que sabes que puedes llegar a ser) y el “yo espejo”, que es cómo crees que te ven los demás. Todo eso configura una especie de diálogo interno constante.

Estas versiones se relacionan con propuestas como la teoría del self de Carl Rogers o el concepto del “yo posible” de Markus y Nurius (1986), que describen cómo nuestras distintas autopercepciones influyen en la motivación y la conducta.

La forma en que nos percibimos afecta nuestra vida

La manera en la que te ves a ti mismo influye directamente en tu forma de vivir. En tus relaciones, en tus decisiones, en lo que te permites y en lo que te niegas. Un autoconcepto sano no significa pensar que eres perfecto, sino conocerte, aceptar tus partes fuertes y débiles, y actuar desde ahí.

Autoconcepto positivo

Cuando una persona tiene una imagen de sí misma ajustada, coherente y realista, suele tomar decisiones más alineadas con sus valores. Se permite cometer errores sin derrumbarse. Sabe en qué es buena, en qué necesita ayuda, y no necesita demostrarse nada constantemente.

Además, se relaciona desde un lugar más sano. No busca validación todo el tiempo ni vive pendiente de complacer. Se siente suficientemente valiosa como para poner límites, pedir lo que necesita y cuidarse sin culpa.

Autoconcepto negativo

En cambio, cuando la percepción sobre uno mismo está cargada de críticas, inseguridades o expectativas poco realistas, la vida se vuelve más difícil. Aparece la autoexigencia constante, el miedo al juicio, la dificultad para decir que no o para confiar en lo que uno piensa o siente.

Esto no solo agota, también empobrece las relaciones y dificulta el crecimiento personal. Porque si no confías en tus capacidades o no te valoras, es fácil conformarte con situaciones que no te hacen bien.

Estrategias psicológicas para mejorar tu autoconcepto

Trabajar el autoconcepto es un proceso que lleva tiempo, pero se puede hacer. Aquí van cinco herramientas que pueden ayudarte a hacerlo desde un lugar más consciente y realista.

1. Detecta y cuestiona tus creencias automáticas

Muchas veces repetimos frases sobre nosotros mismos que aprendimos sin darnos cuenta: “soy un desastre”, “todo me cuesta”, “no sirvo para esto”. Esas frases se instalan como verdades, pero no siempre lo son.

Haz una pausa y pregúntate de dónde vienen esas ideas. Cuestiónate si son tuyas o si alguien te las dijo, pregúntate si siguen siendo ciertas hoy aclara si tienes alguna evidencia real para sostenerlas. A veces, solo con hacer este ejercicio (que parece muy sencillo pero es poderoso), se empieza a abrir espacio para nuevas formas de verte.

2. Trabaja con tus distintas versiones del “yo”

Explora cómo te ves hoy, cómo te gustaría ser, cómo sientes que deberías ser y cómo crees que te ven los demás. Ponerle nombre a esas versiones ayuda a identificar conflictos internos.

Por ejemplo, si tu “yo ideal” es alguien muy distinto a quien eres hoy, puede que estés exigiéndote demasiado. O si te pesa mucho el “yo responsable”, tal vez estás viviendo bajo normas ajenas. Conocer estas partes te da herramientas para empezar a armonizarlas.

3. Valida tus emociones sin juzgarte

Uno de los errores más comunes es descalificar lo que sentimos: “no debería estar así”, “esto es una tontería”. Pero, ojo, si no validas tus emociones, es difícil que confíes en ti.

Trata de reconocer lo que sientes sin minimizarlo. No se trata de dramatizar, sino de aceptar que lo que te pasa tiene sentido en función de tu historia. Validarte te permite escucharte mejor y actuar con más claridad.

4. Aprende a darte reconocimiento interno

No todo reconocimiento tiene que venir de fuera. Está bien que otros te valoren, pero también es importante que tú puedas ver tus propios logros, aunque sean pequeños.

Puedes hacer el ejercicio de escribir cada noche algo que hiciste bien, algo que lograste o que enfrentaste con valentía. Este gesto sencillo, si se vuelve hábito, ayuda mucho a reforzar una imagen más amable y justa de ti.

5. Acepta que el autoconcepto cambia

A veces creemos que debemos tener una imagen definida y estable de quiénes somos. Pero no es así. Cambiar de opinión sobre ti, actualizarte, redescubrirte… todo eso forma parte del proceso.

@professional()

Permitirte cambiar no significa que no tengas identidad, sino que estás viviendo. Y eso también implica revisar lo que crees sobre ti cuando las circunstancias cambian. Por ejemplo, si antes te considerabas una persona tímida, pero ahora disfrutas socializar, es válido actualizar esa parte.

Mejorar tu autoconcepto es un trabajo cotidiano, íntimo y muchas veces sutil. Con intención, con honestidad y con algo de paciencia, puedes ir construyendo una imagen de ti más coherente, más real y más tuya.

Y por cierto, si quieres aprender a aplicar los fundamentos psicológicos del Desarrollo Personal, el Título Experto en Psicología Positiva Aplicada del Instituto Europeo de Psicología Positiva es perfecto para tu caso. Con modalidad online y una duración de 20 créditos ECTS, esta formación te permitirá beneficiarte tú mismo/a de la Psicología Positiva y beneficiar a los demás a través de sus principios.

Newsletter PyM

La pasión por la psicología también en tu email

Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos

Suscribiéndote aceptas la política de privacidad

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Instituto Europeo de Psicología Positiva. (2025, abril 29). Cómo mejorar y desarrollar el Autoconcepto desde la Psicología. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/coach/como-mejorar-y-desarrollar-autoconcepto-desde-psicologia

El Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP) es un Centro de Formación Internacional de referencia pionero en Europa especializado en programas que mejoran el bienestar profesional y personal con base científica y que cuenta también con un equipo de psicólogos pioneros en aplicar la Psicoterapia Positiva. El Método FORTE IEPP es una metodología y sistema único, exclusivo, propio y sello de identidad del centro con el que se trabajan las Fortalezas Personales para buscar y alcanzar el equilibrio y con el Test FORTE como guía y herramienta principal. Más de 18000 alumnos ya lo conocen y lo utilizan. El IEPP está ubicado en diferentes centros de España, en Madrid está la sede central, y también disponen de centros en Italia y Estados Unidos.

El equipo de Psicólogos del IEPP es experto en Psicoterapia Positiva y Coaching que complementan con otras especialidades. Trabajan con niños, adolescentes, adultos, pareja y familia, acompañándoles de manera online o presencial para ofrecer la mejor ayuda específica, cercana y de calidad.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese