En los últimos años, son cada vez más las voces que se alzan afirmando que apostar por el desarrollo personal es clave para conseguir vivir una vida más plena y para poder ser más eficientes en distintas áreas de nuestra existencia, ya sea la familiar, la amorosa, la social o, incluso, la laboral.
Si durante décadas se incidía en la importancia de centrar esfuerzos en el plano del desarrollo profesional, de aumentar y consolidar conocimientos teóricos y prácticos para asegurarse el éxito, ahora se comprende que este éxito no es viable si no se trabajan, a la par, determinadas áreas de la vida personal.
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¿Qué es exactamente el desarrollo personal?
El desarrollo personal es el proceso por el que un individuo realiza un trabajo de autoexploración para conocerse mejor y poder desarrollar habilidades y capacidades que le permitirán adaptarse mejor al entorno, siendo más eficiente a todos los niveles, así como detectar y saber lidiar con los obstáculos y limitaciones que se lo puedan impedir.
Es, en definitiva, un trabajo para crecer internamente, para cambiar, para implementar acciones y hacer modificaciones de comportamientos, hábitos y creencias que ayudan a la persona a sentirse más plena y realizada, en paz consigo misma. Una mente feliz y enfocada, unos valores alineados y la construcción de unas creencias potenciadoras son la gasolina más potente para lograr cualquier cosa en cualquier plano vital.
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¿Cómo podemos trabajar el desarrollo personal?
Todo lo que nos lleve a sentirnos mejor con nosotros mismos es trabajo personal; es decir, que existen muchas esferas que podemos trabajar para aumentar nuestro crecimiento individual. Pero si no sabes por dónde empezar, te marcamos algunas de las más importantes y con las que notarás cambios sorprendentes en cuanto te pongas a ello.
1. Fijar objetivos y metas
Aristóteles ya lo decía: “Somos felices cuando hacemos algo que nos conduce a algo que queremos”. Es decir; si tenemos una meta u objetivo claro en nuestra vida, seremos más felices porque sabremos enfocar nuestros esfuerzos en alcanzarlo en lugar de despilfarrar energía en atender objetivos y metas impuesto por otros o por la sociedad.
Para desarrollarse como persona hay que ponerse metas y objetivos en la vida que hagan que merezca la pena. Algo que parece sencillo a simple vista no lo es tanto porque, primero, no solemos saber ponernos metas retadoras, pero también porque no nos gusta fracasar y tememos al rechazo, cosas que pueden darse cuando estamos intentando alcanzar algo.
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2. Autoconocimiento: cuáles son tus valores y tus creencias
Casi nunca exploramos nuestro interior, y en él hay un montón de información para saber por qué pensamos, actuamos o nos sentimos de determinada manera. Si entendemos por qué hacemos lo que hacemos o por qué somos de una manera y no de otra y, lo mejor, comprendemos que podemos modificarlo porque no hay nada rígido, nos daremos cuenta de que tenemos la llave para ser lo más resilientes y flexibles posibles, dos cualidades excepcionales y altamente valoradas.
Vivimos muchas veces acordes a unas creencias que hemos convertido en verdades absolutas que nos impiden avanzar. Detectarlas, desterrarlas o convertirlas en potenciadoras son algunas de las cosas más efectivas que puedes hacer para tu desarrollo personal. De igual forma, revisar tu escala de valores y actualizarla o modificarla cada cierto tiempo te permitirá acabar con sentimientos poco agradables que surgen ante la incompatibilidad entre cuerpo (lo que hacemos) y alma (lo que valoramos o anhelamos).
3. Gestión emocional
Las emociones influyen sobremanera en todo lo que hacemos porque son inherentes al ser humano y no se pueden apartar ni frenar. Por tanto, si las dejamos que nos invadan, ya sean las consideradas como positivas o agradables, como las menos agradables, viviremos en un continuo e incómodo vaivén de sensaciones.
Si queremos desarrollarnos personalmente debemos trabajar en aprender a gestionar de forma eficiente nuestras emociones para poder manejarlas y comprenderlas y que no se conviertan en nuestro enemigo. Es decir, al igual que nos esforzamos por desarrollar la inteligencia lógica o la inteligencia lingüística, debemos desarrollar una inteligencia emocional que nos permita ser personas capaces de adaptarse a cada situación sin que las emociones nos dominen.
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4. Autocuidado
Para crecer como personas hay que aprender a cuidarse, no solo externamente, sino internamente. Vivimos muchas veces preocupados en cuidar a los demás y nos olvidamos de atendernos a nosotros mismos. Si no somos capaces de dedicarnos un tiempo a atender nuestras propias necesidades, no nos podremos sentir bien al 100%, no seremos personas desarrolladas completamente.
Cuando hablamos de autocuidado nos estamos refiriendo tanto a cuidar lo que se come o cómo se come o realizar ejercicio, algo que está conectado también con la esfera del cuidado externo, como a conectarse consigo mismo y el presente a través del Mindfulness o la meditación, o dedicarse al autoamor o trabajo de crecimiento de la autoestima.
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Coaching para trabajar el desarrollo personal
Esta exposición de áreas donde se puede trabajar el desarrollo personal puede resultar abrumadora: ¿por dónde empiezo? ¿Cuál es en la que necesito yo incidir especialmente? ¿Cómo lo hago exactamente? La respuesta a todas estas preguntas es una: Coaching.
El coaching es la metodología que te ayudará en tu proceso de desarrollo personal; te permitirá detectar lo que necesitas mejorar, potenciar o cambiar, y te guiará para que puedas conseguirlo.
Viendo, por tanto, la importancia que el coaching, va a tener en una sociedad donde es fundamental no descuidar el desarrollo personal para alcanzar el éxito a todos los niveles. En D’Arte Human & Business School trabajamos para formar a los mejores coaches que liderarán estos procesos transformadores tan necesarios. No dejes de preguntarnos si deseas ser tú uno de ellos.
D´arte Human & Business School Coaching Y Pnl
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Coaching, Inteligencia Emocional, PNL, Emprendimiento, Oratoria y Ciencias de Comportamiento
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