Hace unas semanas, durante una sesión de coaching, conocí a un joven futbolista de 15 años con una historia que me hizo reflexionar. Este chico, lleno de talento y determinación, me confesó su mayor temor: ser sentado en la banca por cometer un error en el campo.
"Si fallo, me sacan", decía. Esta frase se repetía en su mente como un eco constante cada vez que entraba al terreno de juego. Su enfoque, en lugar de estar en el partido o en sus habilidades, se centraba únicamente en no cometer errores. Pero lo que más le preocupaba era que este miedo lo paralizaba y lo hacía jugar con inseguridad. Cada pase y cada movimiento estaban marcados por el temor al fallo.
Este patrón de pensamiento, lejos de ayudarle, lo alejaba de su mejor versión como jugador. ¿Te resulta familiar esta sensación? Si es así, déjame contarte cómo trabajamos juntos para romper este ciclo y transformar su mentalidad.
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El Ciclo del Miedo y la Presión
El miedo a cometer errores es algo común en el deporte. Es normal sentir presión, especialmente cuando sabes que hay algo en juego, como mantener tu lugar en el equipo o cumplir las expectativas del entrenador. Sin embargo, cuando este miedo se convierte en el centro de tu atención, puede bloquearte.
Cuando te obsesionas con evitar errores, tu mente se enfoca en lo que no quieres que suceda en lugar de en lo que sí quieres lograr. Esto genera nerviosismo, dudas y, en muchos casos, provoca los mismos errores que intentas evitar. Es un ciclo que se alimenta de sí mismo: más miedo lleva a más presión, y más presión lleva a un peor rendimiento.
Pero lo más importante que debes entender es que el error no es el enemigo. En el fútbol, como en la vida, cometer errores es una parte natural del proceso de aprendizaje y mejora.
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Por Qué el Error es una Oportunidad
Durante nuestras sesiones, le expliqué a este joven futbolista algo que puede parecer contradictorio: los errores no solo son inevitables, sino necesarios. Cada fallo es una oportunidad para aprender algo nuevo sobre tu juego, tu mentalidad o tu estrategia.
Por ejemplo, piensa en los grandes jugadores como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. Ellos no llegaron a donde están porque nunca fallaron, sino porque aprendieron de cada error. El secreto está en ver el error no como un castigo, sino como un maestro que te ayuda a crecer.
Estrategias para Cambiar el Enfoque
Para superar este miedo, trabajamos en algunas estrategias clave que te pueden ayudar también:
1. Enfócate en lo que puedes controlar
No puedes controlar si te sientan en la banca o si el entrenador está de acuerdo con cada decisión que tomas. Pero sí puedes controlar tu actitud, tu esfuerzo y tu enfoque en el juego. En lugar de preocuparte por las consecuencias, concéntrate en hacer lo mejor que puedas en cada jugada.
2. Redefine tu diálogo interno
Cambia frases como "si fallo, me sacan" por pensamientos positivos y motivadores. Por ejemplo: "Estoy preparado para dar lo mejor de mí". Este tipo de afirmaciones te ayudarán a reducir la ansiedad y a jugar con más confianza.
3. Visualiza el éxito, no el error
Antes de un partido, dedica unos minutos a imaginarte a ti mismo haciendo buenas jugadas, manteniéndote tranquilo bajo presión y disfrutando del juego. La visualización es una herramienta poderosa para fortalecer tu confianza.
4. Acepta el error como parte del proceso
Cuando cometas un error, en lugar de castigarte mentalmente, pregúntate: "¿Qué puedo aprender de esto?". Cada fallo tiene una lección oculta que puede ayudarte a mejorar.
Reflexiones para Jugadores
- ¿En qué estoy enfocando mi mente antes y durante un partido? ¿Estoy pensando más en evitar errores que en disfrutar el juego?
- ¿Qué aspectos de mi desempeño puedo controlar y mejorar, independientemente del resultado del partido?
- ¿Cómo puedo aprender de mis errores y usarlos como una oportunidad para crecer como jugador y persona?
Daniel Miskiewicz Perdigon
Daniel Miskiewicz Perdigon
Master en Coaching Deportivo
Recuerda: no se trata de ser perfecto, sino de ser constante. El fútbol no es solo una competición contra otros, sino también una oportunidad para competir contigo mismo y superar tus propios límites.
Cuando cambias tu enfoque del miedo al aprendizaje, te das la oportunidad de liberar tu máximo potencial. Este joven futbolista lo logró con dedicación y esfuerzo, y tú también puedes hacerlo. Porque, al final, el verdadero éxito en el deporte no está en evitar los errores, sino en saber usarlos como escalones hacia algo más grande.