¿Por qué la Psicopedagogía es clave para el éxito educativo?

“Ah, es que desde niña ha sido brillante”, podría haber sido el comentario de una madre refiriéndose a su hija después de que ésta obtuviera un sobresaliente en el último examen de Lengua y Literatura. Por su parte, el padre podría haber señalado que su excelente rendimiento académico se debía a que su hija fue instruida en las instituciones educativas de mayor prestigio de la ciudad, por lo que la causa de su buen desempeño serían los profesores que le enseñaron sus conocimientos a lo largo de todos estos años. Por nuestra parte, no podemos negar que las variables intelectuales o vinculadas a la enseñanza propiamente influyen en el éxito educativo de los estudiantes, pero sí que los elementos contextuales son mucho más importantes de lo que creemos coloquialmente cuando pensamos en un estudiante exitoso.

Ya que mencionábamos una creencia errónea, se tiende a considerar que la figura del psicopedagogo interviene exclusivamente en las dificultades del aprendizaje y el desarrollo de habilidades cognitivas, mientras que otras de sus funciones —como su rol interventor en conflictos— suelen invisibilizarse. Si tenemos en cuenta que el aprendizaje no depende meramente de factores intrínsecos a las capacidades del alumno, podremos reparar en que el trabajo de profesionales como los psicopedagogos es clave para asegurar el éxito educativo, ya que son éstos quienes intervienen sobre los múltiples contextos que al estudiante interpelan a la hora de aprender. Veamos un poco más al respecto.

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El rol del psicopedagogo en la escuela

La psicopedagogía es una disciplina que, por una parte, se ocupa de los problemas del aprendizaje. Específicamente, esto implica que los psicopedagogos son capaces de conocer los procesos involucrados en la memoria y el aprendizaje, como la atención, la orientación y el mantenimiento, la estructura y funcionamiento de la memoria de corto plazo, el pasaje de la información a la memoria de largo plazo, la recuperación de la misma, las bases evolutivas de estas capacidades, entre otras tantas. De tal forma, al haber un déficit en alguna de estas capacidades podrá notarlo en conjunto con profesionales de otras disciplinas.

Sin embargo, como señalábamos anteriormente, adjudicarle al psicopedagogo solo esta función es una manera reduccionista de comprender el trabajo que desempeñan para asegurar el éxito de los estudiantes. Uno de los campos de intervención de los psicopedagogos es dentro de las escuelas, ya que son profesionales que pueden participar de equipos de orientación escolar —también llamados gabinetes— al que acuden muchos estudiantes, profesores o familias debido a problemáticas específicas en los distintos contextos que contornean al aprendizaje. También mencionamos que las últimas investigaciones científicas sugieren que los factores vinculados a la interacción de diferentes contextos —por ejemplo: el cultural, el familiar y el escolar— son fundamentales para el éxito académico, todavía más que las capacidades intelectuales del alumno.

¿Pero qué ocurre cuando hay conflicto entre estos contextos, cuando los valores adquiridos durante la crianza pujan contra los valores de la institución en la que el estudiante aprende? ¿Y con los que traen consigo sus compañeros? ¿Qué ocurre en situaciones de vulnerabilidad que interfieren de manera directa no sólo en el aprendizaje, sino también en la permanencia en los centros de educación? ¿No es intervenir sobre estos asuntos, sino, el éxito educativo? Con el objetivo de resolver estas problemáticas, la intervención de un profesional de la psicopedagogía es crucial.

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Las funciones del psicopedagogo en las instituciones educativas

A continuación, enlistamos algunas de las funciones que desempeñan los psicopedagogos en instituciones educativas:

• Asesorar al profesorado, al alumnado y a las familias en relación a las inquietudes o conflictos que puedan surgir en el aula.

• Actuar mediante la detección temprana de situaciones que podrían ocasionar conflicto, malestar o necesidad en una comunidad educativa.

• Desarrollar habilidades comunicativas para facilitar el diálogo entre las distintas partes que configuran una institución, manteniendo una actitud asertiva, con una clara disposición al intercambio, a escuchar y ser escuchado.

• Detectar situaciones que requieran de intervención urgente, como el abordaje de niños o adolescentes en situación de riesgo social o asegurar el cumplimiento de programas de inclusión socioeducativa.

• Promover la incorporación de programas en la institución en los que se utilicen las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

• Conocer las características particulares de las dinámicas que se crean en las instituciones, centros y escuelas; y participar activamente en su intervención.

• Participar en la evaluación y confección de proyectos educativos y curriculares del centro de estudios, como así también de otros documentos como los reglamentos de régimen interno.

• Interesarse por los cambios acelerados que están ocurriendo en el ámbito sociocultural y que podrían interpelar directa o indirectamente la realidad de los estudiantes o alumnos. Algunos de ellos son los procesos de migración y globalización, de las situaciones de abuso o violencia que atraviesan algunas niñeces, o las transiciones de la adolescencia a la juventud. También tienen la función de atender a situaciones particulares, como contextos de duelo, por ejemplo.

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¿Éxito estudiantil o éxito educativo?

Los campos de intervención del profesional de la psicopedagogía son amplios y de suma importancia para no solo facilitar el aprendizaje de los estudiantes sino también para favorecer el bienestar general de los actores sociales que participan de una institución educativa. También tienen la función de intervenir en conflictos, en situaciones potencialmente problemáticas o de riesgo. Mediante estas acciones, los psicopedagogos que se desempeñan en instituciones educativas consiguen propiciar que los tránsitos por estos escenarios sean más amenos; también que las personas puedan adquirir los contenidos básicos necesarios en un ámbito que favorezca a este cometido.

Por eso, regresando a la situación de aquella estudiante estrella que dio origen a este artículo, nos preguntamos: ¿corresponde hablar de éxito estudiantil o de éxito educativo? El término éxito estudiantil parece enfatizar la idea de que un buen paso por la escuela o la universidad está determinado por factores intrínsecos al sujeto. ¿No habrá sido que, quizás, los contextos en los que se desenvolvió durante su vida facilitaron que su pasaje por la escuela haya sido positivo? ¿No será que estuvieron involucrados ciertos profesionales durante su trayectoria capaces de mediar entre los ámbitos en los que ella habitaba? Lastimosamente, la tendencia a individualizar el éxito de la estudiante trae consigo una inclinación a que recaiga sobre sus hombros la contrapartida del “fracaso estudiantil”. Por tal razón, quizás es mejor que empecemos a pensar en términos de éxito educativo; el éxito de los distintos profesionales que logran integrar los contextos de los sujetos que participan en los centros o escuelas, destacando entre ellos a los profesionales de la psicopedagogía.