Las habilidades comunicativas que poseemos determinan el éxito de nuestras relaciones interpersonales, y, por eso, es necesario comunicarse bien en el trabajo, con nuestros amigos, nuestra familia, y en general con todas las personas que nos rodean. Conocer y dominar las habilidades comunicativas básicas aporta muchos beneficios, como ayudar a resolver diferencias o promover la confianza y el respeto mutuo.
Por ejemplo, es imprescindible poseer buenas habilidades de comunicación cuando nos enfrentamos a una entrevista de trabajo o si vivimos en pareja, ya que la convivencia es una negociación constante. Aunque comunicarse parece simple, mucho de lo que comunicamos se mal interpreta o no se entiende bien. Por supuesto, esto puede causar conflictos tanto en nuestras relaciones profesionales como personales.
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Las habilidades comunicativas y su relación con el equilibrio emocional
Aprender a comunicarse de manera efectiva es una habilidad que debería formar parte del currículo escolar. Ser un comunicador competente puede marcar la diferencia en las relaciones personales, en el éxito de tu carrera profesional y, además, en tu autoestima y tu autoconfianza, porque forma parte de las habilidades sociales elementales.
La relación entre el equilibro emocional y las habilidades comunicativas ha sido demostrada en multitud de investigaciones, y, de hecho, su entrenamiento es una técnica terapéutica que se utiliza en las consultas de psicólogos porque aporta beneficios para el bienestar del paciente.
Por otro lado, se ha demostrado que la calidad de vida de los seres humanos está muy relacionada con su capacidad para socializar con el resto de miembros de su especie; por ello, el grado en el que logramos crear alianzas y establecer vínculos estables influye mucho en nuestra capacidad para ser felices. Y este aspecto de la vida tiene que ver con las habilidades comunicativas, tanto a nivel interpersonal como grupal e incluso institucional.
Las 12 habilidades comunicativas más importantes (y cómo entrenarlas)
Si algo caracteriza a las personas más felices es que cuentan con unas competencias de comunicación que les ayudan a encarar de manera más satisfactoria las distintas situaciones que se presentan en su día a día. No te desanimes si tienes dificultades para comunicarte porque nadie nace experto. La comunicación, igual que otras competencias, se puede aprender y practicar.
Así que sigue leyendo para saber cuáles son las habilidades comunicativas básicas.
1. Escucha activa
Saber escuchar es una habilidad de comunicación básica, pero, aunque parezca simple, no todo el mundo tiene esta habilidad. Muchas veces sólo oímos en vez de escuchar, y otras, nos escuchamos a nosotros mismos en vez de escuchar al otro con una actitud correcta. La escucha activa, tal y como su nombre indica, significa escuchar activamente, es decir, con atención plena. En otras palabras, hay que prestar atención con los cinco sentidos.
La escucha activa hace referencia a atender no solamente a lo que la persona dice, sino también a los sentimientos, ideas o pensamientos que el individuo expresa.
- Si quieres profundizar en este tema, puedes echarle un vistazo a nuestro artículo: “Escucha activa: la clave para comunicarse con los demás”
2. Empatía
En la comunicación eficaz, la empatía es importante para situarse en el lugar del otro. De hecho, la empatía es una de las habilidades sociales más importantes, porque es necesaria para convivir con los demás. Aunque no estés totalmente de acuerdo con un compañero de trabajo, con un empleado o con un amigo, es necesario entender su punto de vista, porque también tiene sus necesidades. Además, ponerte en el lugar del otro te ayuda a la hora de enviar un mensaje más claro y más efectivo.
3. Validación emocional
Pero además de los dos puntos anteriores, se debe tener en cuenta la validación emocional, es decir, la aceptación y el feedback para comunicar mejor. Porque cuando tenemos a otros delante, es necesario escuchar sin juzgar y es un requisito indispensable comunicar a la otra persona que se le ha entendido.
La validación emocional mejora la comunicación puesto que el otro interlocutor se siente reconocido y comprendido, y así incrementa la verbalización de lo que piensa. La validación emocional tiene un efecto positivo pues crea un ambiente de confianza. Decirle a la otra persona que le has entendido, demostrarle que le has estado escuchando y dejarle claro que respetas su opinión son suficientes para crear un entorno comunicativo propicio.
4. Lenguaje no verbal
La postura corporal, el contacto visual o los gestos, es decir, el lenguaje no verbal (o comunicación no verbal) también comunican. Estar relajado y transmitir lo que intentamos decir puede maximizar el mensaje que queremos enviar a los demás. Un estudio llevado a cabo por Albert Mehrabian afirma que en una conversación cara a cara, el componente verbal es un 35% y más del 65% es comunicación no verbal. Según las palabras del propio Mehrabian: “El componente verbal se utiliza para comunicar información y el no verbal para comunicar estados y actitudes personales”.
5. Resolución de conflictos y negociación
El conflicto es inevitable en cualquier relación, y aprender a manejarlo y a negociar es una manera sana y esencial para hacer que las relaciones funcionen. Algunos individuos prefieren no afrontar los conflictos para evitar el malestar que pueden generar. Esto solo provoca resentimientos y malos entendidos.
La habilidad de resolver conflictos de manera eficiente requiere una actuación calmada, no defensiva y respetuosa. Cuando uno controla sus propias emociones, es posible comunicar las propias opiniones sin amenazar o atacar a los demás.
6. Lenguaje verbal
Uno de los elementos básicos de un buen comunicador es cómo suena frente a los demás. Hablar en voz demasiado baja o en voz alta, arrastrar las palabras, o utilizar demasiados término de relleno como "ah ", “eh” o “um", puede causar que el mensaje y la conexión con el interlocutor se pierdan.
Por tanto, es necesario ser claro, utilizar ejemplos concretos, tener una buena capacidad de improvisación, vocalizar correctamente, considerar los tiempos, y en definitiva expresar correctamente lo que tenemos en mente para conectar con nuestro interlocutor.
7. Capacidad para mantener el contacto visual
El hecho de hablar mirando a los ojos es uno de los pilares de la comunicación cara a cara, y algo que va más allá de la comunicación no verbal. ¿Por qué? Porque si bien desviar la mirada o mantener la vista baja comunica ciertos estados mentales, además de ello dificulta el intercambio de información y da lugar a malentendidos.
Hay que tener en cuenta que nuestro cerebro tiene circuitos de neuronas que trabajan de manera coordinada específicamente para predisponernos a mirar a la cara y procesar información muy sutil de cada uno de los detalles del rostro de los demás, algo que nos ha permitido ser unos mamíferos con una extraordinaria capacidad para vivir en grandes grupos y socializar bien entre nosotros. Y en el centro del rostro que tendemos a mirar está la conexión que se establece al mirarnos a los ojos entre nosotros; si ese vínculo se rompe, perdemos la referencia acerca de a dónde mirar, y pasamos por alto muchos detalles de lo que el otro intenta expresar.
Por eso, las personas tímidas que tienen problemas para mirar a los ojos se encuentran con frecuencia en situaciones en las que no se las entiende bien. Para remediar este tipo de problemas, lo recomendable es procurar no dejar de mirar el rostro de las personas con las que hablamos, en vez de obsesionarnos con mirar siempre a los ojos de los demás; lo primero es más fácil que lo segundo y además, de manera natural nuestra mirada buscará la del otro.
8. Leer y escribir bien
Leer y escribir son importantes para comunicarnos. La lectura posibilita el desarrollo intelectual y, como función cognitiva, permite acceder a los avances tecnológicos, científicos y de la información. Por tanto, ayuda a comprender mejor la realidad, y ser lectores habituales nos da las herramientas necesarias para ser capaces de dialogar críticamente.
Respecto a la escritura, no siempre tenemos que comunicarnos de forma oral, sino que es importante tener un buen dominio de la comunicación escrita. En la actualidad, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han irrumpido con fuerza en nuestras vidas. Escribir una carta de presentación para seducir a un reclutador si queremos un puesto de trabajo o enviar un correo electrónico a una empresa para quejarnos de su servicio requieren de esta habilidad.
9. Respeto
Las personas están más abiertas a comunicarse si mostramos respeto hacia ellas y sus ideas. Acciones simples como usar su nombre o tutearle, tener contacto visual que indique sinceridad, y reflejar la escucha activa hace que la otra personas se sienta respetada y tenida en consideración. En una relación de pareja, por ejemplo, un bonito gesto o señal de afecto pueden detener casi instantáneamente una situación tensa y negativa y devolver la relación a un buen cauce para la comunicación positiva y afectiva.
10. Persuasión
La persuasión es una herramienta de comunicación clave, especialmente en el mundo de los negocios, porque transforma ideas, creencias, actitudes y comportamientos, e intenta satisfacer las necesidades de ambas partes. Suele tener mala fama, porque, de forma equivocada, puede confundirse con la manipulación (hacer algo en contra de tus intereses). La persuasión es la base de cualquier negociación exitosa.
11. Credibilidad
Si pensamos en el punto anterior, es imposible persuadir a una audiencia si no demostramos credibilidad y autoridad. La credibilidad genera confianza, y, como ocurre con el respeto, la confianza es una gran aliada de la comunicación. Las personas están más receptivas cuando hay confianza. Por eso, es necesario que seas coherente con lo que dices y lo que haces. Por ejemplo, que haya sintonía entre tu comunicación verbal y no verbal.
12. Capacidad para usar el humor
El humor no solo nos hace sentir bien; además, da lugar a una de las habilidades comunicativas más importantes, porque nos ayuda a dejar entrever nuestro lado más humano en momentos en los que el protocolo o las normas de un contexto comunicativo muy rígido nos pueden limitar demasiado. Por ejemplo, en el trabajo podemos generar una imagen de nosotros mismos que no se corresponde con la realidad si todo lo hacemos y lo decimos de una manera muy seria, haciendo pensar al resto que somos una especie de máquina de cumplir órdenes y hacerlas cumplir.
Para utilizar bien el humor, lo mejor es, más que conocer algunas bromas o chistes (usar estos recursos es muy fácil pero no da lugar a una comunicación fluida y puede generar situaciones incómodas si el contexto no acompaña), improvisar y no tomarnos a nosotros mismos muy en serio, aceptando la posibilidad de que alguno de los comentarios que hagamos no haga que los demás se partan de risa y perdiendo el miedo al qué dirán.
Psicoterapia para potenciar tu capacidad para comunicar de manera fluida
Las habilidades comunicativas pueden ser entrenadas y potenciadas a través de la experiencia, sobre todo si disponemos de apoyo profesional especializado en este ámbito. Por eso, la asistencia psicológica es una muy buena opción para potenciar las principales aptitudes que tienen que ver con la comunicación, así como otras habilidades sociales. A través de la psicoterapia se abordan aspectos como la gestión de la ansiedad social, el desarrollo de la escucha activa, la modulación del lenguaje no verbal, la búsqueda de consensos en situaciones de conflicto, etc. Y por cierto, no es necesario haber desarrollado una psicopatología para acudir al psicólogo; hay quienes recurren a esta ayuda profesional ante tipos de malestar como las crisis de pareja, la baja autoestima, o el estrés laboral. En definitiva, buscar un psicólogo puede ser una muy buena manera de potenciar tus habilidades comunicativas y habilidades sociales en general.