¿Para qué sirve la Psicología Forense?

Cuando se menciona la palabra “psicólogo”, la imagen que suele aparecer es la de una persona sentada frente a otra en un consultorio, escuchando con atención, tal vez tomando notas, y lanzando esa típica frase: “¿Y cómo te sientes con eso?”. Es comprensible, ya que la psicología clínica es una de las ramas más conocidas. Pero la psicología va mucho más allá.

Existen especializaciones como la psicología deportiva, la organizacional, la educativa, la neuropsicología… y sí, también la psicología forense. De esta última queremos hablar hoy, porque es probable que no sepas del todo en qué consiste, y resulta que es un área interesante y con gran impacto social dentro del mundo psicológico.

¿Qué hace exactamente un psicólogo forense?

La psicología forense se dedica a aplicar los conocimientos psicológicos en contextos legales. Es decir, trabaja directamente con el sistema judicial. Pero, ojo, no se trata de psicólogos que investigan crímenes como en las series de televisión. Tampoco es que anden persiguiendo sospechosos ni interrogando personas con una linterna en la cara. Su trabajo es más serio y especializado.

Un psicólogo forense evalúa a personas que están involucradas en procesos legales. Estas evaluaciones pueden ser de todo tipo: desde comprobar si alguien tiene la capacidad mental para enfrentar un juicio, hasta valorar el estado psicológico de una víctima de abuso.

También analizan si un acusado tiene algún trastorno que afecte su comportamiento o si una persona puede ejercer la custodia de sus hijos. Su labor es emitir informes claros, imparciales y bien fundamentados que ayuden a jueces y abogados a tomar decisiones más informadas.

Además, en muchos casos, este tipo de profesionales actúa como testigo experto en los tribunales. Esto significa que explican, con palabras comprensibles para quienes no tienen formación psicológica, aspectos sobre el comportamiento o el estado mental de una persona. Lo hacen con el objetivo de aportar claridad en los juicios, ya sea en lo penal, civil, familiar o incluso laboral.

• Artículo relacionado: "Victimología: su impacto en la salud mental y en la educación"

Dónde se aplica la psicología forense

Entonces, ¿para qué sirve la psicología forense y en qué contexto? Primero hay que dejar claro que esta rama no está limitada a un solo tipo de juicio. Se puede encontrar en distintas áreas del derecho. Por ejemplo, en el ámbito penal, interviene para valorar la imputabilidad de una persona acusada de un delito.

En palabras simples: se analiza si entendía lo que hacía y si podía actuar de otra manera. También se estudia la posibilidad de reincidencia, o sea, si existe riesgo de que vuelva a cometer un delito.

En casos de delitos graves, como agresiones sexuales, homicidios o violencia intrafamiliar, el psicólogo forense puede evaluar tanto a la víctima como al acusado. Y, ¡a ver!, esto no solo ayuda a entender lo que pasó, sino también a prevenir futuros delitos y proteger a quienes están en riesgo.

En el derecho civil, este profesional tiene un rol importante en procesos como la valoración del daño psicológico después de un accidente, la evaluación de la capacidad de una persona para tomar decisiones legales, o incluso en casos de internamientos involuntarios por razones de salud mental.

En el entorno familiar, también tiene mucho que hacer. Puede intervenir en juicios de divorcio, ayudando a determinar la idoneidad parental en casos de custodia, o en procesos de adopción. También es parte de investigaciones sobre abuso infantil, violencia de género, o conflictos entre padres e hijos.

En el ámbito laboral, analiza casos de acoso psicológico, conocidos también como mobbing, o situaciones de burnout (síndrome del trabajador quemado), así como las consecuencias emocionales de accidentes laborales o despidos traumáticos.

¿Y por qué es importante?

Porque aporta una mirada especializada y distinta dentro del mundo legal. A veces, las conductas no son tan fáciles de entender sin un análisis psicológico detrás.

Por ejemplo, un testimonio puede sonar contradictorio, pero en realidad refleja un trauma. O alguien puede parecer agresivo y descontrolado, pero estar atravesando un episodio psicótico. Y, en esos casos, un informe psicológico bien hecho puede ofrecer contexto, evitar injusticias y permitir decisiones más humanas y fundamentadas.

También se trata de proteger derechos. No es lo mismo juzgar a una persona sin entender sus capacidades cognitivas o su salud mental, que hacerlo con toda la información en la mesa. En este sentido, el aporte de la psicología forense ayuda a que el sistema sea más justo, más comprensivo y, sobre todo, más cercano a la realidad de cada individuo.

Y, sí, aunque muchas veces no se ve tanto en los medios o no tiene el brillo de otras profesiones, su impacto es real. Interviene en decisiones sobre libertad, custodia, internamiento, indemnización, y muchas otras áreas sensibles para las personas.

Cómo se forma una persona para dedicarse a esta rama

Para ser psicólogo forense, lo primero que se necesita es una formación universitaria en psicología. Eso sí, una vez terminada la carrera, no basta con decir “quiero ser forense” y ya. Hay que continuar con estudios de posgrado.

En esta formación se profundiza en temas legales, en técnicas de evaluación pericial, y en el funcionamiento del sistema judicial. También se necesita una base sólida en psicopatología, neurociencia y metodologías de evaluación.

Una persona que se dedica a esta área tiene que tener una mirada objetiva, estar preparada para manejar situaciones emocionalmente complejas y saber comunicar sus observaciones de manera clara, sin juicios ni ambigüedades.

En otras palabras, no solo debe saber mucho de psicología, sino también conocer el lenguaje legal y ser capaz de mantener una postura neutral incluso en los casos más difíciles.

Además, no todo se trata de teorías. Es clave saber aplicar herramientas psicológicas, como pruebas y entrevistas estructuradas, y tener experiencia supervisada antes de ejercer de forma autónoma.

Es decir, esta profesión demanda formación continua y mucha responsabilidad, porque lo que se dice en un informe puede influir directamente en la vida de otras personas.

Hagamos un repaso

La psicología forense es una disciplina que conecta la mente humana con el mundo de las leyes. No se dedica a hacer justicia directamente, pero sí a entregar herramientas que permitan entender mejor a quienes están implicados en procesos legales.

¿Cómo lo logra? Pues, evalúa, analiza y traduce lo que pasa en la mente de las personas para que el sistema judicial tome decisiones más informadas y responsables.

Y, aunque suene técnico, el fondo es claro: se trata de comprender el comportamiento humano cuando más importa. Porque cuando hay tanto en juego (como la libertad, derechos, bienestar emocional) contar con una mirada psicológica bien fundamentada puede ser determinante.

Así que la próxima vez que pienses en psicología, recuerda que también hay profesionales que están en los juzgados, evaluando testimonios, redactando informes, y contribuyendo a que la justicia no solo sea legal, sino también más humana. Si estás buscando un psicólogo forense en Sevilla, en Cribecca Psicología colaboramos con uno de los mejores. Contacta con nosotros y resolveremos todas tus dudas.