Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se defiende que la lactancia materna es el alimento ideal para los bebés puesto que contiene todos los nutrientes y anticuerpos que la criatura necesita. De hecho, se recomienda que los bebés reciban de forma exclusiva leche materna hasta los 6 meses de edad que es cuando empiezan la alimentación complementaria.
La misma OMS ya señala el papel tan importante que la leche materna juega en el desarrollo físico, emocional y cognitivo de las criaturas. A lo largo del presente artículo expondremos qué nos dice la ciencia sobre la relación entre el desarrollo cognitivo de los bebés y la lactancia materna.
Para ello, explicaremos los aspectos más básicos tanto de la cognición como de la leche materna. De ahí, nos adentraremos en la diferente evidencia que la ciencia nos facilita, explicando también los mecanismos implicados tanto a nivel biológico como psicosocial.
Cognición y leche materna
La lactancia materna es un aspecto clave en el desarrollo de los infantes y esto es algo bien conocido por los científicos a día de hoy. Sin embargo, vivimos en una sociedad en la que es realmente complejo poder adaptarse a los ritmos de los bebés y respetar sus necesidades.
Este hecho, sin duda, tiene impactos en la evolución de las criaturas y su transición hacia la adultez. A continuación mencionaremos los aspectos básicos relacionados tanto con la cognición como con la lactancia materna para poder continuar profundizando en dicha relación.
La cognición, tanto en bebés como en adultos, podría definirse como el conjunto de habilidades mentales que permiten recibir, procesar e integrar la información que nos llega de nuestro entorno. Mediante esta, la persona puede aprender, razonar, resolver problemas y también recordar.
La leche materna es el alimento que la naturaleza ha creado para las especies mamíferas. Así pues, se entiende que en esta se puede encontrar todo lo que la cría necesitará para que su desarrollo sea óptimo y adecuado. La leche materna se caracteriza por componerse de los nutrientes esenciales para el desarrollo estructural y funcional del cerebro (y del organismo en general).
Los efectos de la lactancia materna en la cognición de los bebés
No podemos obviar el hecho de que los primeros meses, e incluso años, de vida del bebé son cruciales para su desarrollo. Especialmente los 6 primeros meses requieren de un altísimo nivel de nutrientes para que se puedan dar de forma adecuada los procesos cognitivos que favorecen el aprendizaje y la memoria, además del óptimo funcionamiento del cerebro.
La posible relación entre la lactancia materna y el desarrollo cognitivo del bebé ha sido un tema que ha suscitado un elevado interés y, por lo tanto, a día de hoy disponemos de una gran variedad de estudios relacionados con el tema. Es amplia la evidencia que respalda la idea de que los bebés alimentados con leche materna de forma exclusiva presentan un mayor rendimiento en las pruebas de habilidades cognitivas alrededor de los 4 años.
En algunos estudios se compara a bebés que han recibido leche materna exclusivamente con bebés que habían recibido leche de fórmula y con bebés que habían recibido lactancia mixta. Los estudios sugieren que los componentes presentes en la leche materna, no disponibles en la artificial, podrían relacionarse con la formación de conexiones neuronales más eficientes y, por tanto, mejores puntuaciones a la hora de evaluar el desarrollo cognitivo.
Hay estudios que han analizado dicha relación a medida que los infantes van desarrollándose. Se ha observado que los efectos positivos siguen manteniéndose a la edad de 6 años, puesto que los niños amamantados obtienen puntuaciones más altas en la Escala de Inteligencia de Wechsler.
También hay estudios que han analizado los efectos a largo plazo. Uno de ellos analizaba, en base al hecho de haber recibido lactancia materna exclusiva o no, aspectos como la inteligencia, el nivel académico y los ingresos a los 30 años. Los resultados señalan que la lactancia materna puede tener un fuerte impacto incluso en la edad adulta y que este puede apreciarse tanto a nivel académico-laboral como a nivel psicosocial.
Otros aspectos a tener en cuenta
Con todo lo expuesto hasta el momento, parece más que evidente que la lactancia materna exclusiva es lo más adecuado para que los bebés puedan desarrollarse de una forma óptima en todas las áreas. Aunque no se han mencionado de forma específica, el hecho de ser amamantados también supone una gran cantidad de beneficios físicos y emocionales —tanto para la criatura como para la madre—.
Un aspecto que no se ha comentado hasta el momento y que es totalmente necesario tener en cuenta es el elemento psicosocial. La lactancia materna también influye en cuestiones como el vínculo y, por lo tanto, el desarrollo emocional y social de la criatura. El amamantamiento va más allá del simple acto de alimentarse.
El momento en que el bebé es amamantado supone también un espacio para que se generen interacciones entre la madre y la criatura. Además, también se produce contacto físico entre ambos y este también es necesario para el óptimo desarrollo del infante.
Por último, el entorno en el que se desarrolla el bebé y se da la lactancia materna es también crucial puesto que puede aportar estímulos diversos que, más allá de la leche con la que el bebé se alimente, estimulen el desarrollo cognitivo. Somos seres complejos y son muchísimos los factores que influyen, sea para bien o para mal, en el desarrollo de las personas.
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