Dentro del campo de la psicología, un ámbito que causa mucho interés y por tanto, ha sido estudiado en profundidad son las motivaciones que se encuentran detrás de las personas manipuladoras. Pareciera que los individuos que utilizan la persuasión y el engaño para salirse con la suya despiertan una curiosidad digna de investigar. Ahora bien, ¿alguna vez te habías planteado si estás personas se pueden enamorar?
Todos sabemos que un manipulador tiene habilidades especiales para influir y controlar a otros con facilidad. Por tanto, es normal cuestionarse si una persona con tanta necesidad de controlar, cambiar y deformar los comportamientos o percepciones de los demás, es capaz de sentir una emoción tan real y fuerte como el amor.
Antes de adentrarnos más, es crucial aclarar que no todos los manipuladores son iguales. Más concretamente, existen diferentes niveles y estilos de manipulación. Por consiguiente, en algunos casos, el amor puede ser utilizado como una herramienta más de manipulación, mientras que en otros el manipulador puede experimentar un amor auténtico, pero carecer de las habilidades emocionales y comunicativas necesarias para mantener una relación sana y equilibrada.
En suma, podemos ir adelantando la respuesta a la pregunta de una forma breve: las personas manipuladoras sí se pueden enamorar, no obstante, su forma de amar es distinta del resto de los individuos. Sigue leyendo para descubrir en qué se diferencia, y cómo podemos descubrir que nos estamos enamorando de una persona manipuladora.
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El amor de una persona manipuladora
Las experiencias pasadas de una persona, y su capacidad para adaptarse a ellas, es uno de los factores clave para fomentar una personalidad manipuladora. Debido a sus propias vivencias, este colectivo de individuos desarrollan una habilidad excepcional para leer y entender las emociones y las necesidades de los demás. Por ello, son tan buenos a la hora de modificar y adaptar su comportamiento con el fin de obtener aquello que tanto desean.
En el ámbito romántico, dicha habilidad les viene como anillo al dedo ya que crean un ambiente emocionalmente cautivador que logre seducir a su pareja y así generar una conexión intensa. Al tener tal destreza para comprender lo que el otro siente, el manipulador es muy bueno identificando y satisfaciendo las necesidades emocionales de su pareja.
No obstante, hay que tener en cuenta que una persona manipuladora siempre quiere más, no tiene límites y en realidad, solo piensa en sí mismo. Detrás de lo que pudiera parecer una persona atenta a las emociones de los demás, se esconde un mundo oscuro donde su único fin es satisfacer su propio ego.
¿De quién se enamora una persona manipuladora?
Como comentamos anteriormente, la forma en la que un manipulador se enamora difiere de una persona no manipuladora. Los primeros, tienden a fijarse en una serie de características en concreto de su potencial pareja. Ten en cuenta que el manipulador se enamora de la persona que considera una buena presa, alguien que pueda controlar y manipular a su antojo. A continuación, exponemos los rasgos de personalidad que tanto atraen a este grupo de individuos:
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Poca percepción de sus intenciones: Busca alguien que no sea capaz de darse cuenta de sus estrategias o tácticas o por lo contrario, que las ignore por completo. Al fin y al cabo, esto le permite “trabajar” con libertad para lograr sus objetivos sin ser descubierto. Por ejemplo, las personas que idealizan son muy susceptibles a caer en manos de un individuo manipulador.
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Dependencia emocional: Es común que las parejas de las personas manipuladoras sean dependientes emocionalmente. No nos olvidemos que los manipuladores buscan tener el control de la situación y desean influir en su pareja, ¿cómo? buscando personas con carencias afectivas que al crear un vínculo emocional fuerte, crean una sensación se seguridad que a su vez, asegura su poder.
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Personas generosas: Esta es una cualidad muy atractiva para las personas manipuladoras. La persona manipuladora puede aprovecharse de la generosidad de su pareja para satisfacer sus propias necesidades, sin tener en cuenta el bienestar del otro. En resumen, explota la cualidad de su pareja para beneficiarse él mismo.
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Vulnerabilidad: Las personas emocionalmente vulnerables son muy susceptibles de caer en una relación con un manipulador. Gracias a esta vulnerabilidad, el manipulador puede ejercer su influencia y control de manera más efectiva. Busca a alguien con debilidades emocionales y baja autoestima, a quien pueda hacer sentir vulnerable y necesitado de su atención. Además, una vez que ha ganado su confianza, comienza a ejercer su influencia y aislamiento, creando dependencia emocional.
Consecuencias de enamorarse de un manipulador
Enamorarse de una persona que te controla, influye en tus emociones de forma negativa y utiliza técnicas manipulativas como el chantaje emocional para conseguir todo aquello que se proponga, interfiere significativamente en la salud mental de la pareja. Adentrarse en este tipo de relaciones lleva a un amor tóxico, inestable y dañino, donde la persona manipuladora limita la vida de la víctima.
Por ello, es importante abrir los ojos y darnos cuenta de si estamos compartiendo nuestra vida con un manipulador. En caso de que esto sea afirmativo, es importante salir de aquí y pedir ayuda. Aprender a fortalecer la autoestima y a establecer límites saludables son herramientas esenciales para recuperarse de una relación de este tipo.
Es de suma importancia comprender que el amor no puede con todo y por supuesto, no justifica ni disculpa la manipulación. El amor no hace daño, de hecho, debe ser una experiencia mutua que involucre el respeto, el apoyo y la libertad personal para ambos miembros de la relación. Asimismo, si te encuentras en una relación donde la pareja intenta controlarte, es crucial que aprendas a identificar las señales.
Por ello, si te has sentido identificado con el artículo, te recomendamos que pidas ayuda a un profesional. Detrás de esto, existen una serie de carencias emocionales y afectivas, baja autoestima y el inadecuado establecimiento de límites que se deben trabajar para no volver a caer en lo mismo.