Son muchas las personas que sufren problemas de inseguridad. Sentir que no se está a la altura de las circunstancias, que todo el mundo es capaz de progresar pero uno mismo no tiene la habilidad suficiente, etc. Hacer frente a este tipo de autosabotaje no es fácil, pero conseguirlo acostumbra a hacer mucho bien, ya que facilita la resolución de varios problemas derivados de este.
En este artículo repasaremos algunos consejos básicos para saber cómo superar la inseguridad a través de cambios que deben ser introducidos en los hábitos del día a día.
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Cómo surgen las inseguridades
Como prácticamente todo en psicología, la inseguridad tiene múltiples causas, aunque hay varias que son muy comunes. Fundamentalmente, se trata de una visión distorsionada acerca de las propias capacidades, desde un punto de vista extremadamente pesimista, que genera un efecto de profecía autocumplida.
Es decir, que el hecho de tener expectativas muy bajas acerca de lo que uno mismo es capaz de hacer, hace que ni siquiera se tengan iniciativas ilusionantes que sean un reto. Con el paso del tiempo, esta percepción de que se permanece en un estado de estancamiento hace que se refuercen las inseguridades y que la autoestima se mantenga baja.
La idea de que buena parte de esta monotonía y ausencia de hitos vitales conseguidos se debe a que uno mismo se mantiene en la zona de confort no cobra un protagonismo suficiente como para que la percepción de los propios defectos determinen el modo en el que pensamos sobre nosotros mismos.
Por otro lado, uno de los ámbitos de la vida en los que las inseguridades se hacen notar más son las relaciones personales. Algo tan sencillo como adoptar un lenguaje no verbal que denote inseguridad consigue el efecto de que los demás nos traten de manera consecuente, de manera que en cada conversación e interacción social se capta el mensaje de que efectivamente, hay motivos para sentirse inseguro. Se trata de un círculo vicioso que con el paso del tiempo llega a generar un dogma, una creencia que ni siquiera se cuestiona: valemos menos que los demás.
Cómo superar la inseguridad en el día a día
A continuación encontrarás varias ideas desde las que puedes partir para reforzar tu autoestima de manera progresiva. Ten en cuenta que el simple hecho de leer no solucionará un problema de inseguridades, sino que esto se logra mediante la introducción de hábitos diferentes en el día a día, de los cuales hablaremos en las siguientes líneas.
De todas formas, es importante tener en cuenta que el objetivo no es eliminar las inseguridades, sino superarlas; es decir, evitar que interfieran de una manera significativa con el propio bienestar, o que sean trabas para desarrollar todo el potencial personal con el que se cuenta.
1. Anota tus fortalezas e inseguridades
Incluso las personas más inseguras son capaces de reconocer ciertas cosas que, en camparación al resto de su repertorio de habilidades, se les dan bien. Por eso, un buen punto de partida es anotar una lista de debilidades y otra de fortalezas personales. Es importante que estas sean valoradas no comparándonos con el resto, sino comparando entre sí esas características físicas y psicológicas que pertenecen a uno mismo.
Este paso permitirá dos cosas. Por un lado, es un punto de partida que ayuda a centrarse más en lo bueno que se tiene, y por el otro, si se hace con una cierta periodicidad, ayuda a tener información sobre cómo evolucionan las propias inseguridades.
2. Revisa las tendencias a la paranoia
Muchas personas basan su inseguridad en pensamientos casi paranoicos, elucubrando constantemente sobre las supuestas intenciones de herirnos o de burlarse de nosotros que los demás esconden tras una apariencia de normalidad. Por eso, resulta positivo dedicar unos cinco minutos, al final del día, a echar la vista atrás y valorar si se ha caído en este tipo de pensamientos de manera injustificada.
3. Pide espacio a los demás
Los cambios no solo deben producirse en uno mismo, sino que el entorno social también debe evolucionar. A fin de cuentas, cuando se es inseguro, el restopuede tender más a realizar valoraciones hirientes en voz alta, incluso sin tener una intención directa de causar daño, simplemente porque ven que esa clase de críticas encajan con lo que la otra persona piensa sobre sí misma. Allí donde otros callan ciertas opiniones para no pasarse el día criticando a la persona con la que hablan, esta regulación de lo que se dice disminuye ante quienes tienen una autoestima baja.
Así pues, es bueno expresar directamente que ciertos comentarios están de más, dado que resultan inoportunos. Lo bueno de estas situaciones es que la otra persona, en la mayoría de los casos, dejará de intentar mantener una posición dominante en la conversación si es alguien que nos tiene afecto, y verá inmediatamente su error. Por otro lado, este es un ejercicio de asertividad que ayuda a reforzar la autoestima por el simple hecho de ver que esta clase de quejas son aceptadas por el otro, denotando que muchas de las críticas recibidas en el día a día son infundadas.
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4. No te compares con personas desconocidas
Con el auge de las redes sociales, es extraordinariamente fácil dar una imagen de lo que no se es. Una en la que solo se destaque lo positivo, y lo negativo quede ignorado. Esto es algo que facilita la aparición de inseguridades, porque en ciertas plataformas digitales la idealización es la norma.
Por consiguiente, cada vez que te asalte un pensamiento basado en la propia inferioridad ante otros que fundamentalmente se conoce mediante Facebook, Instagram o similares, recuerda que se trata de un espejismo. No hay ningún motivo para pensar que esa persona sea perfecta o incluso casi perfecta, y sí hay muchos motivos para pensar que la imagen que se tiene de ese "otro" está muy distorsionada.
5. Practica deporte y come bien
Lo bueno de esta pauta es que se basa en la repetición de unos patrones de comportamiento relativamente simples. Ver cómo se progresa físicamente a lo largo de unos pocos meses es muy motivador, y ayuda a mejorar la autoestima.