La sociedad actual enfrenta varios desafíos que pueden obstaculizar el disfrute y la pasión en las actividades cotidianas. Es por esa razón que en el consultorio es frecuente encontrarnos con personas que refieren dificultades a la hora de encontrar con que divertirse o como desarrollar pasión por lo que hacen. Muchas veces solo encuentran vacío cuando se les pregunta con que se divierten.
El papel de los hobbies en el bienestar personal
Un hobby, o pasatiempo, es una actividad que se realiza regularmente durante el tiempo libre por placer y no con fines profesionales o lucrativos. Son una forma de recreación que permiten a las personas desconectar de sus obligaciones diarias, reducir el estrés y desarrollar habilidades o intereses personales. Tener un Hobby nos aporta un sentido, además de cuestiones concretas como la reducción del estrés, mejorar del estado de ánimo, desarrollar habilidades, conocer gente nueva y establecer conexiones sociales, y por supuesto mejorar el equilibrio entre la vida y el trabajo.
Estas actividades se suelen elegir debido a la sensación interna que proporcionan y se practican porque ese placer que producen es una pasión genuina. El objetivo no es ganar dinero, es una actividad voluntaria y desinteresada que se realiza con regularidad.
Los hobbies pueden ser variados y van desde la pintura, jardinería, fotografía, manualidades como tejer, coser, hacer joyería o trabajar la madera. La escritura de cuentos, poemas, blogs o incluso diarios personales, también el leer libros, revistas, cómics o artículos sobre diversos temas. Sin dejar de lado los juegos de mesa y puzles o participar en juegos de estrategia, ajedrez o resolver rompecabezas. Incluimos estudiar y practicar nuevos idiomas, los deportes bailar, caminar por la naturaleza o explorar nuevos caminos. Todo lo que en nuestra imaginación nos provea placer.
Parece difícil entender como entre tantas posibilidades mucha gente, más de la que se piensa, no encuentra algo que pueda gustarle o a que dedicarle parte de su tiempo. Esto nos habla de un mal de la época más que de la limitación en la oferta. La diversión para los humanos ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, reflejando los cambios en la sociedad, la tecnología y las estructuras culturales.
La constante exposición a información a través de dispositivos electrónicos y redes sociales puede resultar abrumadora. Este bombardeo continuo de estímulos puede dificultar la capacidad de concentrarse y disfrutar de actividades simples, al ser fuente de gratificación inmediata distrae y permite la evasión rápida de lo que nos está pasando en nuestro interior.
Su efecto a nivel cerebral es más efímero que la constancia y el placer que produce un hobby, es esta inmediatez lo que lo hace tan tentador como un dulce bocado. La sensación de falta de tiempo debido a las múltiples responsabilidades puede hacer que las personas sientan que no tienen suficiente espacio para disfrutar de actividades recreativas.
La falta de diversión y pasión en la sociedad actual es el resultado de múltiples factores, incluyendo la sobrecarga de información, la presión social, el ritmo de vida acelerado y la pérdida de propósito. Abordar estos desafíos a través de prácticas conscientes, conexiones significativas y actividades alineadas con los valores personales puede ayudar a mejorar la capacidad de disfrutar y encontrar pasión en la vida diaria. La Generación Z enfrenta desafíos únicos en términos de diversión y encontrar sentido a la vida, pero no son los únicos, si bien estos difieren de los experimentados por generaciones anteriores, las diferencias son el resultado de cambios tecnológicos, sociales y culturales que han transformado la forma en que las personas interactúan con el mundo y consigo mismas.
Factores que dificultan la pasión y el disfrute en la vida moderna
La falta de pasión en la vida puede ser el resultado de diversos factores, tanto internos como externos. Muchas personas no han dedicado tiempo a explorar sus intereses y talentos, lo que les dificulta encontrar actividades o metas que realmente les apasionen. El miedo a no tener éxito puede impedir que las personas persigan sus pasiones. Este temor puede paralizarlas y hacer que eviten tomar los riesgos necesarios para descubrir lo que realmente les motiva.
La falta de confianza en uno mismo puede llevar a la creencia de que no se es capaz de lograr o merecer lo que se desea, lo cual puede sofocar la pasión. En cuanto a la salud mental tanto la depresión como la ansiedad pueden drenar la energía y la motivación, haciendo difícil que las personas sientan entusiasmo por algo que los corra de su ritmo acelerado pero conocido. Las expectativas de la sociedad, la familia o el entorno laboral pueden desviar a las personas de sus verdaderas pasiones, llevándolas a seguir caminos que no les interesan realmente.
En la era digital, la sobrecarga de información y las distracciones constantes pueden dificultar la concentración y el descubrimiento de intereses profundos. En algunos contextos, las oportunidades para explorar y desarrollar pasiones pueden ser limitadas debido a factores económicos, sociales o geográficos. Las responsabilidades diarias y la rutina pueden hacer que las personas se sientan atrapadas, sin tiempo o energía para buscar nuevas experiencias o intereses, pero la falta de pasión conduce a la Insatisfacción y el aburrimiento conlleva una sensación de vacío en la vida.
Sin motivación intrínseca, las personas pueden tener dificultades para alcanzar su potencial en el trabajo o en otras áreas de la vida. La falta de propósito y pasión puede contribuir a problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad o la ansiedad y la depresión pueden llevar a la falta de propósito, necesitamos apuntar a estos temas y no minimizar el efecto de la era que nos toca vivir.
También es conveniente hacer una diferencia entre un objetivo, como un nuevo puesto de trabajo o un bien material o social, con la búsqueda de propósito y motivación interna. En un caso podemos decir que corremos hacia afuera, y en el otro que disfrutamos en el adentro. Se trata de encontrar pasión a lo largo de la vida, no necesariamente siempre debe o tiene que ser la misma se puede cambiar en la medida que experimento distintas opciones y que voy aprendiendo del propio paso del tiempo.
La exploración, la experimentación, probar nuevas actividades y hobbies puede ayudar a descubrir intereses que no se habían considerado antes. La experimentación permite encontrar lo que realmente apasiona. Dedicar tiempo a la reflexión y el autoconocimiento puede ayudar a identificar qué actividades o metas resuenan más con los valores y deseos personales. Aprender sobre diferentes temas y habilidades puede abrir nuevas puertas y despertar intereses que pueden convertirse en pasiones y son un valor y un placer en sí mismos.
Buscar ayuda profesional puede ser útil para superar bloqueos emocionales o mentales que impiden encontrar pasión en la vida. Implementar prácticas de autocuidado y reducir el estrés puede liberar la mente y el cuerpo, facilitando la búsqueda de actividades placenteras y significativas.
El aumento de los niveles de ansiedad y estrés de la vida moderna en parte debido a las presiones académicas y laborales, afecta negativamente la posibilidad para comprometerse. La inseguridad laboral y las expectativas sociales contribuyen a este problema, ya que es necesario estar atento al nivel de competencia y exposición
Las redes sociales fomentan una constante comparación con los demás, lo que puede disminuir la capacidad de disfrutar de las actividades recreativas sin sentir la presión de estar a la altura de estándares irreales. Estamos más conectados digitalmente, pero se experimentan sentimientos de soledad y aislamiento con más frecuencia que en tiempos pasados Esto se debe a la falta de interacciones cara a cara y el reemplazo de las relaciones personales con conexiones virtuales.
La vasta cantidad de opciones hace que muchos puedan querer no perderse de nada y de esta manera y con poco cuidado, intentar sobrepasar los límites reales de su propio cuerpo y existencia. La paradoja es que parece no haber tiempo suficiente para hacer todo lo que se podría hacer en una sola vida. Desde este pensamiento, bastante frecuente, aumentan necesariamente, los niveles de angustia a nivel mental y cortisol a nivel físico, entre otros, deteriorando una existencia que se niega a aceptar que somos de seres finitos y que eso también tiene su parte buena.
Estrategias para combatir el vacío y la falta de compromiso
Tal vez no reparamos en las consecuencias de este modo de pensar y sentir, pero imaginemos partir de un extremo, donde experimento falta de pasión, nada me entretiene, todo me aburre, me da igual, llego a casa y enciendo el TV, juego en la computadora, tomo alcohol para relajar, etc. a hacer todo lo que esté disponible y a mi alcance de una manera compulsiva, hoy tenis mañana reunión con un grupo y así toda la agenda de la semana cubierta.
Aun, tratando de evadirla o esquivarla con el modo apático o el del exceso, es en ese recorrido que el sentimiento que subyace es la angustia, que acompaña, que no abandona. Si este fuera el modo mas saludable y garante de placer las emociones deberían ser otras y la angustia, la ansiedad y el miedo a la finitud no ocuparían escenario. Se presenta como necesidad el tomar todo de un trago porque la vida se acaba pronto, y en ese vertiginoso tiempo confundimos disfrutar saboreando con atragantarnos, suponiendo que así se come la vida, cuando tal vez somos comidos.
Las prácticas como la meditación y el mindfulness pueden ayudar a mejorar la capacidad de concentración y compromiso con nosotros mismos, así como promover el uso consciente y limitado de las tecnologías digitales puede ayudar a reducir la sobrecarga informativa y el estrés. Pero sobre todo y parece que ningún avance a reemplazado el hecho de Incentivar las Interacciones personales, fomentando actividades que promuevan la interacción cara a cara y el desarrollo de relaciones personales significativas.
Proveer acceso a recursos de salud mental y apoyo emocional puede ser crucial para ayudar a manejar el estrés y la ansiedad. No solo recrudece la angustia sino la ansiedad frente a la incapacidad para comprometerse con tareas o proyectos puede generar sentimientos de inseguridad y ansiedad. La falta de compromiso y el aislamiento social pueden llevar a sentimientos de soledad y desesperanza, factores que incrementan el riesgo a desarrollar depresión. La dificultad para comprometerse y alcanzar objetivos puede erosionar la confianza en uno mismo, contribuyendo a una baja autoestima.
Los trastornos del sueño se encuentran a la orden del día también en personas muy jóvenes, necesitando medicación para poder retomar patrones de sueño saludables. Junto a esto los trastornos de la alimentación llegan de la mano, baja autoestima y estrés pueden contribuir al desarrollo de dichos trastornos como la anorexia y la bulimia, especialmente cuando la comparación social en redes afecta la percepción del cuerpo. La búsqueda de gratificación inmediata es causa muchas veces del abuso de sustancias, adicciones medicamentosas, a la tecnología, el uso compulsivo de redes sociales o videojuegos y algo que está volviendo a cobrar protagonismo como la ludopatía.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) y otras formas de psicoterapias ejercidas por profesionales, pueden ser efectivas para abordar la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental relacionados con la falta de compromiso. Mantener relaciones personales significativas y buscar apoyo en amigos, familiares o grupos de apoyo puede ser crucial para mejorar la salud mental. Aprender a establecer y alcanzar objetivos a corto y largo plazo puede mejorar la motivación y el sentido de logro.
La paradoja de la vida moderna radica en la sobreabundancia de opciones y estímulos que, en lugar de enriquecer nuestra existencia, a menudo la complican y desgastan. La búsqueda frenética por aprovechar al máximo cada momento puede llevarnos a una vida de excesos y distracciones, enmascarando una profunda sensación de vacío y angustia. La constante estimulación digital y la necesidad de llenar cada espacio de tiempo con actividades intensifican el estrés y la ansiedad, creando una ilusión de plenitud que en realidad acentúa la desesperanza.
Aceptar nuestra finitud y reducir la presión de cumplir con estándares inalcanzables puede permitirnos disfrutar de una existencia más equilibrada. Reconocer el valor de la simplicidad y el autocuidado, en lugar de sucumbir a la compulsión de abarcarlo todo, puede ser clave para recuperar una vida más plena y significativa.