En los últimos tiempos encontramos un cambio de patrón en cuanto a las adicciones, siendo cada vez más frecuentes las adicciones comportamentales, es decir, aquellas que no se basan en el consumo de sustancias, sino en comportamientos.
En concreto, con la irrupción de las nuevas tecnologías y la moda de las apuestas deportivas, este tipo de ludopatía sube escalones en cuanto a frecuencia y a gravedad en la sociedad actual. Veamos cómo es la adicción a las apuestas deportivas y qué se puede hacer contra ella.
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¿Qué es la adicción a las apuestas deportivas?
El perfil del ludópata ha cambiado. Hace años lo podíamos asociarlo con la imagen de la persona en el bar jugando a las máquinas tragapaerras, actualmente, aunque este perfil y esta adicción siguen vigentes, nos encontramos ante un perfil de menor edad. Generalmente, un varón joven que, o bien juega desde casa, apostando desde una aplicación móvil o con el ordenador, o bien acude a salones de juego específicos para apostar dinero.
Podemos observar cómo cada vez proliferan más salones de este tipo y hay más publicidad y más aplicaciones que predisponen al juego online, lo cual no facilita la erradicación de esta patología. Todo ello se suma a que es algo bastante normalizado, que no se ve como problemático hasta que la persona ya ha entrado en una espiral de la que es complicado salir.
En ocasiones, esta adicción va acompañada o de otro tipo de adicciones, como el cannabis o el alcohol, o bien de otro tipo de problemática, como la falta de habilidades sociales o la baja autoestima, si bien es cierto que no siempre es de este modo y hay excepciones.
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Síntomas
Según el DSM, el juego patológico o ludopatía podría diagnosticarse en un paciente que muestre una conducta de juego persistente y desadaptativa, tal y como se reflejaría en la presencia de 4 o más de los siguientes síntomas dentro de un período de 12 meses, junto con “la conducta de juego problemática persistente y recurrente”:
- Aparece la necesidad de apostar una cantidad cada vez mayor de dinero para saciarse.
- Aparecen los nervios o irritabilidad al intentar dejar de jugar, o cuando interrumpe esta práctica.
- Le cuesta dejar de jugar, y lleva varios intentos en los que no lo consigue.
- Pasa mucho tiempo pensando en las apuestas, ya sea rememorando jugadas, planificando nuevas o fantaseando que gana una gran cantidad.
- Hay una tendencia a apostar más cuando se siente mal, ya sea por estar triste o ansioso.
- Tras perder, siente el impulso de apostar más para recuperar lo perdido.
- Miente a los demás para ocultar su grado de implicación en las apuestas.
- Compromete amistades y vínculos familiares a causa de las apuestas y de su tendencia a pedir un dinero que no devolverá.
¿Qué puedo hacer si yo tengo este problema?
Seguramente, todo empezó de forma inocente, bajando una aplicación y haciendo una pequeña apuesta, acudiendo a un salón de juegos a pasar el rato… El problema suele darse cuando se gana de forma fácil cierta cantidad de dinero, esto genera una gran satisfacción, lo que llamamos refuerzo positivo, que puede ayudar a crear y a consolidar la falsa creencia de que puedes controlarlo y ganar más dinero (falacia de control).
Cada vez se suele ir apostando más, puede que haya algún día que se gane, pero las pérdidas son mucho mayores y las consecuencias, por tanto, cada vez más graves.
En primer lugar, no ocultes el problema y pide ayuda, salir solo de esta adicción es muy complicado, necesitarás ayuda profesional y sociofamiliar. No te avergüences, estos juegos son muy adictivos; una vez des el paso de querer dejarlo, ya has hecho lo principal para abandonar esta adicción, siguiendo unas pautas terapéuticas y trabajando con un/a psicólogo/a se puede abandonar este comportamiento tan problemático.
¿Qué puedo hacer si conozco a alguien que tenga este problema?
Habla con él/ella sin culpabilizarle, trata de que entienda que tiene un problema. Si no quiere asumirlo, lo más probable es que lo niegue, pero puede que para él/ella sea significativo que alguien de su alrededor haya visto esta problemática y que ello vaya generando un “poso” que pueda ayudarle a ir dándose cuenta de que algo falla.
No normalices su comportamiento, es decir, no trates de restarle importancia, de compararlo con otro tipo de adicciones y minimizando este, ya que puedes restarle motivación.
Ofrécele tu ayuda para acompañarle en su proceso; por ejemplo, para buscar juntos información sobre dónde acudir, acompañarle al psicólogo/a etc.
Además, deja que exprese cómo se siente y no minimices lo que te cuente. Es importante tener paciencia, puede ser un proceso complejo y largo, lo importante es que permanezcas a su lado mientras él/ella va recorriendo el camino de la deshabituación.
En Mariva Psicólogos, trabajamos este tipo de adicciones tanto desde el nivel más cognitivo (creencias de control, falsas expectativas, uso del juego como vía de escape, problemática subyacente, culpabilidad, baja autoestima, etc.) como a nivel comportamental, es decir, otorgando estrategias que ayuden a cambiar esta conducta y a prevenir recaídas.
Si necesitas mayor información sobre este tipo de tratamiento, quedamos a tu disposición.