“Se ha muerto; mí cáncer está avanzando; se ha vuelto terminal; me voy a morir; me aterra la vida; me he arrepentido”... Son frases que seguramente has escuchado en películas o tal vez, algún ser querido las ha mencionado, pero, ¿has pensado el día que te toque a ti nombrarlas? ¿Cómo te sientes al pensar en esa posibilidad?
¿Qué es el existencialismo? ¿Cómo se relaciona con la Psicología?
El abordaje filosófico y terapéutico desde el existencialismo, ha permeado diversas áreas de intervención, atención y prevención tanto psicológica cómo emocional en los últimos tiempos, sin embargo, hay algunos temas que son más prolíficos de contenido que otros y, en ocasiones, acaparan las miradas del interesado en la perspectiva, dejando de lado otros temas de importancia vital.
El sufrimiento es un ejemplo de ello, un tema fundamental de estudio dentro de esta perspectiva teórica, considerándose incluso como un atributo existencial, pero ha mantenido diversas limitaciones en la profundidad del tema, no en los aportes teóricos, sino más bien en los fundamentos prácticos en la cotidianidad de la Vida, los modos de experimentar dicha teoría desde la acción y no solo la reflexión.
Actualmente, en siglo XXI, específicamente en su segunda década, el mundo vivió nuevamente la experiencia pandémica de forma exponencial comprometiendo la salud y vida de millones de personas, familias y círculos sociales modificados por los efectos que, en ocasiones, fueron devastadores. En tal situación, se pudo observar cómo a pesar de los efectos de globalización y tecnología que caracterizan este período de tiempo, la humanidad siguió basándose en preceptos y creencias que solo evidencian su vulnerabilidad, pensamiento líquido y falta de postura ante las diversas elecciones que la vida llegó a plantear.
La libertad y responsabilidad del ser humano vuelven a ser el foco de atención y dilemas explícitos por su importancia, pero también en sus dolorosos efectos. Mirar el dolor y sufrimiento de la humanidad, los posibles modos de afrontamiento y las perspectivas que desde una mirada fenomenológico-existencial pudieron y pueden continuar vigentes e incluso fundamentales para quienes atraviesan en estos tiempos una situación trágica o dolorosa.
La conexión con el sufrimiento
El presente artículo tiene como objetivo principal compartir una mirada ante la experiencia del sufrimiento ineludible así como exponer los aportes y recursos que desde una mirada fenomenológico-existencial se conocen, tomando en cuenta la perspectiva filosófica de autores como Martin Heidegger, Sören Kierkegaard, Jean-Paul Sartre y Karl Jaspers, los cuales a partir de sus teorías y fundamentos, aportaron méritos importantes al desarrollo teórico y práctico que caracterizan esta mirada existencial.
Además, se permite compartir algunos recursos generales desde el análisis y coaching existencial y su aplicación como modelo de afrontamiento inicial ante las situaciones que producen sufrimiento al ser humano y las posibilidades que tal atributo le permite para su crecimiento, solidez de personalidad y continuó proceso de madurez.
Considerar las diversas experiencias que la Vida nos expone, así como la respuesta que tenemos que dar ante ellas, permite que la mirada existencial sea vista actualmente como requerimiento teórico en su análisis y comprensión subjetiva de cada experiencia, como también práctica en la medida en la que cada persona se antepone a sus circunstancias y elige una postura con la cual hace frente a su realidad.
Sin embargo, es un modelo que a pesar de su valioso aporte, es poco reconocido en su difusión y establecimiento en lo académico y social, esto puede derivarse como resultado de la confrontación con los modelos y paradigmas que rigen actualmente el mundo, aunque tal vez esto está transformándose y en posibilidades de cambiar, tomando en cuenta la transformación y movimiento en el que el mundo continua y en dónde parece que, la experiencia, está requiriendo para la mayoría de personas, respuestas diferentes a las circunstancias que presenta.
La culpa, la muerte, la finitud, el sufrimiento, los contrastes, la injusticia, por mencionar algunos, son inquietudes que con evidencia milenaria han significado un movimiento importante, no solo en lo que se sabe y dice sobre estos términos, sino principalmente por las preguntas que se continúan desprendiendo y ante aquello que todavía no se sabe del tema, pero se identifica como un vacío del cual es necesario tomar conciencia de su estadía en el mundo, en particular, en el ser humano.
Momentos de crisis, dolor, pérdidas y cambios radicales en la vida de los seres humanos han marcado la evidencia de lo inevitable que, por probabilidades, las personas deben transitar en algún momento de sus vidas y que posibilitar las alternativas y recursos para hacerles frente permite reconocer lo fundamental de su reconocimiento y aplicación, en momentos donde la vida parece no solo ser cambiante sino angustiante.
Un eterno proceso de cambio
Actualmente, por más avances tecnológicos que se transforman y aumentan anualmente, la sociedad continúa debatiéndose, reflexionando y buscando respuestas a preguntas que permean su existencia, en la que al continuar sin encontrar alguna que anulé su experiencia angustiante, continúa con creencias y métodos que le permitan por lo menos, paliar un poco la frustración y desesperación producto de una angustia imperante ante situaciones que por dolorosas que le resulten, parece estar condenado a experienciar.
Es llegado a este punto que la búsqueda de respuestas continúa teniendo sentido y validez, pero deja de ser el único objetivo de la humanidad, pues parece que formular las preguntas adecuadas y la actitud con la cual hacer frente a sus posibilidades, es ahora requerido para la continuidad del pensamiento humano, si lo que se planea es transitar la experiencia al mismo ritmo o similar, al que el mundo tecnológico y material avanza. Un mundo materialista y en esencia individualista que se ve cada vez más cercano a vivir las experiencias de su existencia en mayor soledad, rapidez y vacío, aún al final de sus días.
