Madres trabajadoras y con culpa: ¿qué hacer?

Cuando somos madres que trabajan, es normal que emerjan sentimientos negativos.

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¿Te has preguntado alguna vez si otras madres enfrentan el mismo estrés que tú al intentar equilibrar su vida laboral y personal? ¿Sientes que el tiempo vuela mientras tus hijos crecen rápidamente y tú vas a por tus metas profesionales? ¿Tienes la sensación de que podrías estar más implicada o ser más productiva tanto en casa como en el trabajo? ¿Te duele despedirte de tus niños cuando vas a trabajar y luego te sientes mal en el trabajo porque esa culpa no te deja enfocarte en tus proyectos como te gustaría?

Es difícil no caer en la tentación de querer trabajar como si no tuviéramos hijos o de criar a nuestros pequeños como si no trabajáramos. Esta situación alimenta sentimientos de culpa, agobio, estrés, y hasta derrota, que pueden llevar a un gran agotamiento emocional y físico.

Una de las principales fuentes de culpa para las madres trabajadoras son las expectativas sociales, culturales, y familiares sobre el rol de la mujer. Se ha avanzado mucho en este tema pero todavía se espera que las mujeres puedan con todo - desde cuidar y administrar su hogar y sus hijos hasta ser impecables en el trabajo. En este contexto es inevitable que las madres que trabajan experimenten un conflicto interno entre su identidad como madres y su identidad como profesionales ya que sentirán que no llegan a cumplir ninguno de sus roles de la manera que se espera de ellas.

Aun cuando una mujer cuente con el apoyo de su pareja para co-criar a los niños y co-cuidar el hogar, es probable que los mandatos que tenga sean tan inconscientes y estén tan arraigados que siempre sienta que no llega con sus quehaceres o que está haciendo las cosas mal tanto un plano como en el otro.

¿Qué pueden hacer las madres trabajadoras para desterrar la culpa?

Sumado a las expectativas externas, una madre, que trabaja y siente culpa por su situación, puede auto demandarse a unos niveles poco realistas y poco saludables. El esfuerzo por alcanzar la perfección y tenerlo todo bajo control puede contribuir a una culpa muy grande cuando estas mujeres que están dando lo mejor de sí, sienten que no están alcanzando sus estándares extremadamente elevados ni en lo personal ni en lo profesional.

Uno de los temas que más me comparten en mi consulta las madres que trabajan es la culpa que sienten “por no poder estar en todos los momentos especiales de sus niños”. En general, son madres muy presentes pero su estrés es tal que no lo ven, en cambio, se enfocan en sus ausencias, como por ejemplo, en algunas celebraciones del cole o de cumpleaños o en las puertas abiertas de los deportes. Se autoreprochan e imaginan los peores escenarios en el desarrollo emocional, espiritual, e intelectual de sus peques. Pero, ¿qué pueden hacer las madres que trabajan para desterrar la culpa?

1. Establecer metas realistas, alcanzables, y alineadas con sus valores

Esto reducirá la presión y la culpa asociadas con expectativas inalcanzables.

2. Darse permiso para delegar y hasta para no hacer

Muchas veces quienes tienen hijos y trabajan no delegan porque sienten que solo ellas pueden hacer ciertas tareas bien. Esto agrega presión y saca tiempo con los niños y en sus proyectos.

3. Cultivar el mindfulness o la atención plena

Aceptando las emociones sin juzgarlas como buenas o malas. Cuando surge la culpa, las madres que trabajan pueden reconocerla sin fustigarse, aceptando que es una respuesta natural a su situación.

4. Reemplazar al crítico interno por el coach interno

Es importante que puedan hablarse a sí mismas como lo haría la persona que más las ama en el mundo. Primero validando lo que sienten, luego tratándose con amor, y por último comprometiéndose con su bienestar general.

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5. Dejar de lado la perfección soltando los estándares imposibles

Es hora de empezar a abrazar la idea de que no es necesario sobresalir en cada aspecto de la vida al mismo tiempo, y que está bien pedir ayuda cuando sea necesario.

6. Cuidarse a sí mismas

Cuidarse conscientemente estando atentas a cómo se hablan, cómo se alimentan, cómo se ejercitan, y nutren su alma. La culpa puede aparecer de vez en cuando pero la fortaleza que desarrollarán será mayor.

7. Cultivar la gratitud

La gratitud va a contrarrestar los sentimientos de culpa. Dar las gracias por las oportunidades laborales así como también por el bienestar de sus hijos es fundamental.

8. Pedir ayuda profesional

La resistencia en este plano se manifiesta con excusas como que no tienen tiempo, energía, o dinero. Detrás de esta resistencia, hay un miedo a qué van a descubrir una vez empiecen a sacar capas en lo que les sucede. Sin embargo, solo al abrir los ojos y empezando a moverse en consecuencia empezarán a sentir más libertad, tranquilidad, y a tener más recursos.

Conclusiones

La culpa experimentada por las madres que trabajan surge de una compleja interacción entre expectativas sociales, dinámicas familiares, y autopercepción. Para crear un sano equilibrio entre sus vidas personales y profesionales, es necesario que puedan desafiar estos mandatos y creencias, replantear sus perspectivas, y adoptar la mentalidad y las prácticas necesarias para poder disfrutar tanto con sus niños y como en sus trabajos.

Coach

Barcelona
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Georgina Hudson es coach de vida y estrategia, con consulta en Barcelona. Está formada como Coach Transformacional, de Vida y Estratégica, y es Experta en Psicología Transpersonal. Está especializada en Mindfulness, Neurociencias, Flow y PNL, y cuenta con un M. Sc. en Enseñanaza.

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