A lo largo de la vida, todos hemos acumulado momentos que nos marcaron: experiencias felices, heridas profundas, decisiones acertadas y errores que desearíamos no haber cometido. Muchas de estas vivencias se quedan grabadas en la mente como narraciones que repetimos en silencio: “Yo soy así porque…”, “Siempre me pasa…”, “Nunca voy a poder…”.
Sin darnos cuenta, estas historias se convierten en un pasado por defecto que guía nuestras elecciones de forma automática. Sin embargo, la buena noticia es que siempre existe la posibilidad de reescribir nuestra narrativa y construir un futuro diferente: un futuro por diseño.
Este artículo te invita a reflexionar sobre la forma en que miras tu historia personal y a descubrir cómo resignificar el pasado puede transformar tu vida presente y tus proyectos futuros.
¿Qué significa vivir en un pasado por defecto?
Podríamos decir que vivir en un pasado por defecto es actuar desde un guion que no cuestionamos. Este guión se compone de creencias limitantes, miedos heredados y etiquetas que otros nos pusieron cuando éramos niños o adolescentes.
Por ejemplo, si creciste escuchando que eras “muy sensible” o “demasiado débil”, es posible que en tu vida adulta te cueste reconocer tu fortaleza o expresar tus emociones sin sentir culpa. Si en tu infancia no recibiste validación afectiva, tal vez hoy busques aprobación constante o te sientas poco merecedor de relaciones saludables.
Estos patrones se instalan como un piloto automático que dirige nuestras relaciones, decisiones y proyectos sin que lo notemos conscientemente.
La importancia de reescribir tu historia
Reescribir tu historia no significa borrar el pasado ni fingir que nada ocurrió. Significa aceptar que las experiencias vividas forman parte de tu camino, pero no determinan tu valor ni tu futuro.
Cuando resignificamos lo que nos ocurrió, dejamos de mirar el pasado como una condena y empezamos a verlo como un conjunto de aprendizajes y fortalezas que pueden impulsarnos. Este cambio de mirada nos permite dejar de sentirnos víctimas de las circunstancias, reconocer nuestra capacidad de elección, relacionarnos con más confianza y autenticidad y definir metas alineadas con lo que realmente queremos.
De la víctima al autor de tu historia
Todos tenemos un narrador interno, esa voz que interpreta lo que sucede. Si este narrador repite solo la parte de la historia donde hubo carencias, traiciones o fracasos, la identidad se reduce al dolor.
Pero si aprendemos a ser autores conscientes de nuestra narrativa, podemos integrar las heridas sin quedarnos atrapados en ellas. Es en este punto donde pasamos de un pasado por defecto a un futuro por diseño. Ya no actuamos solo por inercia; tomamos decisiones que honran nuestros valores y aspiraciones más profundas.
Estrategias prácticas para reescribir tu historia personal
Si quieres iniciar este proceso, aquí tienes tres pasos clave que puedes empezar a practicar:
1. Identifica tus creencias heredadas
Toma unos minutos para preguntarte: ¿Qué ideas sobre mí aprendí en mi infancia o adolescencia? ¿Qué frases repetían en casa que todavía resuenan en mi mente? • ¿Qué etiquetas sigo cargando que ya no reflejan quién soy? Al ponerles nombre, estas creencias pierden parte de su poder.
2. Encuentra tu aprendizaje en las experiencias dolorosas
Piensa en un momento difícil que te marcó. Reflexiona: ¿Qué habilidades desarrollé gracias a esa situación? ¿Qué aprendí sobre mí que me hizo más fuerte? Este ejercicio no busca justificar lo que sucedió, sino reconocer tu capacidad de crecer y avanzar.
3. Visualiza tu futuro y decide qué historia quieres contar
Pregúntate: ¿Qué versión de mí mismo quiero encarnar a partir de hoy? ¿Qué valores deseo que guíen mis decisiones? ¿Qué pasos pequeños puedo dar para empezar a construir mi futuro por diseño? Puedes escribirlo en una hoja y releerlo cada vez que sientas que estás cayendo en viejos patrones.
Conclusiones
El pasado te trajo hasta aquí, pero no define todo lo que puedes llegar a ser. Cada día es una oportunidad para tomar la pluma y escribir con intención nuevas páginas de tu historia. No eres solo lo que te ocurrió. Eres también tus sueños, tu capacidad de elegir y tu derecho a crear una vida más auténtica y plena.
Si sientes que este proceso te resulta abrumador, recuerda que no tienes que hacerlo en soledad. La psicoterapia puede ser un espacio seguro para explorar tu narrativa, sanar tus heridas y acompañarte en la construcción de un futuro con propósito. “No somos lo que nos pasó. Somos lo que decidimos hacer con ello.”


Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad