En parte, lo que ha ocurrido a escala global durante los últimos siglos tiene que ver con la lucha entre el capitalismo y el socialismo. El modo en el que estos dos sistemas económicos, políticos e ideológicos se relacionan entre sí ha sido uno de los principales motores de la historia, ya que ha causado crisis militares, ha creado iniciativas políticas y sociales y ha modificado nuestra manera de pensar.
En este artículo veremos cuáles son las principales diferencias entre el socialismo y el capitalismo y cuáles son las ideas en las que se basan.
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Diferencias entre el capitalismo y el socialismo
Hay que tener en cuenta que a día de hoy no existen lugares en el que exista un capitalismo puro y un socialismo puro, sino que, a causa de su oposición, lo que ocurre en uno siempre hace que algo cambie en el otro.
Dicho esto, pasemos a ver en qué se distinguen.
1. El papel otorgado al Estado
En el capitalismo, el Estado es visto fundamentalmente como una entidad que se encarga de evitar que los habitantes del mismo violen los derechos fundamentales de sus conciudadanos, ya sea atacando físicamente o robando y destruyendo elementos de su propiedad. Adicionalmente, el Estado puede poner más o menos énfasis en la redistribución.
En el socialismo, en cambio, el Estado es visto como una maquinaria por la que una clase social impone sus intereses a la otra. Por ello, las minorías acomodadas pueden resguardarse de las tentativas de colectivizar los recursos.
Así pues, uno de los objetivos principales del socialismo es hacer que el Estado desaparezca totalmente. Eso sí, en este aspecto comunistas y anarquistas difieren: los primeros creen que este proceso debe darse a lo largo de años, mientras que los segundos creen en la posibilidad de abolirlo en cuestión de horas.
2. La crítica a la propiedad privada, o la ausencia de ella
La propiedad privada es la piedra angular del capitalismo, dado que el capital es siempre algo que pertenece a una serie de personas concretas, y no a todo el mundo. Es por eso que en este sistema económico y productivo se presta mucha atención a la defensa de la propiedad privada.
En el socialismo, en cambio, se asume que la propiedad privada no tiene razón de ser, y que lo deseable es la colectivización de los recursos (si bien algunas de sus variantes solo defienden la colectivización de los medios de producción, no de cualquier bien).
3. Énfasis en la libertad o énfasis en la igualdad
En el capitalismo lo que importa es que todo el mundo tenga la capacidad de elegir entre el mayor número posible de opciones, al menos teóricamente. Se entiende, por tanto, que la ausencia o escasez de prohibiciones y la existencia de un amplio repertorio de acciones a realizar y productos que adquirir equivale a la libertad.
En el socialismo, en cambio, se huye del consumismo y se defiende más el principio de la igualdad, ya que sin este hay personas que se ven obligadas a elegir entre un abanico reducido e opciones poco atractivas, debido a que existe una clase dominante (lo cual, a la práctica, significa que no hay libertad).
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4. En uno se motiva a competir, en el otro no
Otra de las grandes diferencias entre el socialismo y el capitalismo es que en este último se educa a las personas para que compitan entre sí, dado que no hay unas garantías mínimas de calidad de vida garantizadas sistemáticamente para la mayor parte de la población.
En el socialismo no todo gira en torno a la competición, lo cual no significa que no se trabaje (en caso de no hacerlo siendo capaz, hay sanciones). Esto es así porque en este sistema sí se atienden las necesidades básicas.
5. Sistema de producción
En el capitalismo se presta especial atención a la necesidad de producir constantemente y de abrir nuevos tipos de mercados creando productos o servicios. Esto es así porque por la lógica de su funcionamiento centrada en la competitividad siempre hay entidades o personas interesadas en desplazar a la competencia y vender a sus clientes, o de abrir un nuevo nicho de mercado con un producto o servicio que no tiene nada parecido con lo que competir.
En el socialismo, en cambio, no existe la necesidad de producir constantemente nuevos bienes y servicios, sino que tan solo se hace cuando hay una necesidad clara.
6. Focalización o no en el interés individual
En el capitalismo priman las voluntades de los individuos, lo cual significa que se rechaza la idea de una economía planificada. Esto es así porque se entiende que es necesario que haya libertad de mercado, entendida como un contexto en el que hay las mínimas regulaciones posibles en el intercambio de bienes y servicios. Además, se asume que el valor de un bien o servicio es subjetivo, por lo que todos aquellos cuya comercialización sea viable tiene razón de ser: si hay quien lo compra, es útil.
En el socialismo, en cambio, se pone énfasis en los intereses colectivos, por lo que se trata de abordar fenómenos que afectan a todo el mundo, como por ejemplo las crisis de la preservación del medio ambiente o el sexismo. Sigue existiendo el mercado, pero este es visto como un medio por el que circulan elementos objetivamente útiles para la población.