Aunque las sociedades humanas han progresado mucho en términos de igualdad, aún existen formas de discriminación muy arraigadas entre prácticamente todas las culturas. El sexismo es una de estas prácticas discriminatorias, y existe tanto en las acciones como en los pensamientos.
Sin embargo, no siempre es fácil de reconocer. Muchas veces aparece camuflado de formas alternativas, o bien aparece expresado en actitudes tan generalizadas y asumidas que cuesta verlas como tales. Es por eso que es importante conocer los diferentes tipos de sexismo y el modo en el que pueden encontrados en el día a día.
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¿Qué es el sexismo?
Antes de pasar a ver sus tipos, es necesario tener una idea clara acerca de lo que es el sexismo y el modo en el que se plasma a través de lo que hacemos.
Una definición podría ser la siguiente: el sexismo es un tipo de discriminación basado en el sexo biológico o el género de las personas.
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Tipos de sexismo
No hay un único criterio para plantear una categorización de los diferentes tipos de sexismo, lo cual significa que existen varias clasificaciones posibles atendiendo a criterios distintos.
Por ejemplo, podemos fijarnos en hacia quién va dirigido el sexismo, o bien centrar nuestra atención en la forma en la que se expresa.
Según a quién va dirigido
Atendiendo al tipo de persona sobre el que se aplica el sexismo, este puede adoptar las siguientes formas:
Contra mujeres
Este tipo de sexismo es muy común, y va dirigido hacia personas cuyo sexo biológico se corresponde con su identidad de género (femenino).
Contra transexuales
Esta forma de sexismo se aplica a personas cuya identidad de género no se corresponde con su sexo biológico. Es especialmente grave, ya que estos ataques discriminatorios se suman a la ansiedad y el dolor emocional que de por sí produce la disforia de género, un fenómeno psicológico que se da en algunas personas transexuales y sobre el cual puedes leer más en este artículo: "Disforia de género: naciendo en el cuerpo equivocado".
Sexismo contra personas intersexuales
Este es uno de los tipos de sexismo menos extendidos, ya que las personas intersexuales son relativamente poco numerosas. La intersexualidad consiste en una discrepancia entre el diseño de los genitales y la carga cromosómica que se posee (XX o XY). Esta ambigüedad acerca del sexo atribuible a una persona causa rechazo en muchas culturas, incluida la occidental.
Contra los hombres
Este tipo de sexismo está muy relacionado con el concepto de misandria, es decir, la aversión hacia los hombres en general.
Según la forma en la que se expresa el sexismo
Si antes hemos visto una clasificación de los tipos de sexismo atendiendo a su contenido, ahora pasamos a sus formas.
Sexismo de tipo hostil
El sexismo de tipo hostil se plasma en actitudes y acciones basadas en la hostilidad, la agresividad y la violencia física o simbólica. Por ejemplo, dar palizas a alguien por su género es una forma clara de sexismo de esta clase.
Algunos subtipos de esta clase de sexismo son los siguientes:
- Por transgresión de lo doméstico: sexismo basado en el rechazo a que la mujer acceda a la faceta pública de la sociedad, es decir, aquella que está más allá de las tareas domésticas y reproductivas.
- Por cuestiones sexuales: a través de este se intenta vulnerar el modo en el que se experimenta la propia sexualidad.
Sexismo de tipo benevolente
Este es uno de los tipos de sexismo que pasan más desapercibidos, ya que se deja ver a través de actos que podrían ser entendidos como iniciativas de amabilidad.
Por ejemplo, explicarle a alguien un tema muy básico como si no tuviese formas de comprender discursos más elaborados puede ser sexismo la interlocutora es una mujer, ya que el género femenino ha estado tradicionalmente alejado de las tareas intelectuales.
Del mismo modo, acudir en ayuda de la mujer para que no tenga que realizar ningún esfuerzo físico también puede ser un acto encuadrado es este tipo de sexismo, si se hace de forma sistemática y generalizada.
Sexismo normativo
Este tipo de sexismo tampoco se expresa a través de la violencia, pero tampoco tiene nada que ver con la aparente amabilidad o condescendencia. Se trata de acciones que, por sus formas, expresan tácitamente una afirmación en los roles de género tradicionales sin ninguna otra justificación que no sea la costumbre.
Por ejemplo, preguntarle a una mujer acerca de cuándo tiene pensado encontrar un marido que la mantenga es un ejemplo de este tipo de sexismo.
Esta clase de sexismo se ve apoyada frecuentemente por una visión esencialista de la biología aplicada al ser humano. Por ejemplo, se entiende que como históricamente las mujeres y las hembras de la mayoría de especies de mamíferos se involucran más en la crianza que los varones y los machos, hay algún tipo de vínculo entre lo femenino y el cuidado de los pequeños.
Sin embargo, esta perspectiva no por reduccionista y biologicista es más científica. Si así fuese, por ejemplo, tampoco se habría dado el caso de que millones de mujeres empezasen a salir de casa para dedicarse a tareas que van más allá de lo doméstico y del hogar, tal y como ha ocurrido en menos de un siglo en las sociedades occidentales.
Mansplaining
El mansplaining es una forma de sexismo muy específico que recoge elementos de los dos anteriores, ya que en él hay tanto condescendencia como ánimo de negarle a otros la capacidad de participar en una relación de igual a igual.
Consiste en minimizar las opiniones de otra persona (mujer o no identificada con el género masculino) y presentar las propias como si fuesen una descripción de la realidad planteada de forma fácil para que todo el mundo la entienda.
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