La COVID-19 ha cambiado en muchos aspectos nuestra realidad. Se ha visto afectado nuestro comportamiento individual y colectivo de forma repentina, inesperada e impuesta por esta pandemia mundial. Tras meses de confinamiento como medida de seguridad y protección de nuestra salud, nos encontramos frente al proceso de desescalada.
La desescalada de este confinamiento es un proceso por el que se pretende recuperar de forma progresiva y cautelosa un funcionamiento normalizado y volver a la normalidad, siempre teniendo en cuenta como objetivo principal la seguridad de nuestra salud.
Este nuevo proceso de “desconfinamiento” supone un cambio en nuestras vidas y rutinas, una nueva realidad, que implica una adaptación a este nuevo cambio como una parte del proceso. Cada una de las fases de desescalada del confinamiento va a suponer un cambio de rutinas y comportamientos que a su vez generarán cambios emocionales y cognitivos en el individuo.
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¿Cómo nos puede afectar psicológicamente el desconfinamiento?
Nuestro estado psicológico se ve afectado por lo que pasa a nuestro alrededor. Cuando experimentamos un cambio radical e inesperado, nuestras emociones se ven afectadas y con ellas nuestra estabilidad y bienestar psicológico.
Este proceso que estamos viviendo actualmente puede generarnos cierta inestabilidad emocional; por ello, lo primero es conocer qué emociones y sentimientos pueden abordarnos en esta nueva situación de adaptación.
Podemos experimentar un incremento de la preocupación por contagio de la COVID-19, ansiedad ante la situación de incertidumbre continua que vivimos, temor a recuperar parte de la normalidad en estos momentos, miedo por nuestro bienestar y el de nuestros familiares y amigos....
En otros casos, experimentamos cada cambio con alegría y muchas ganas de reencontrarnos con nuestros seres queridos, con ganas de salir y recuperar parte de la “vida normal”.
También existen casos de personas que no sienten más que indiferencia, tristeza o estado de ánimo bajo acerca de los cambios que se producen en las distintas fases. Esto nos puede provocar una sensación de contradicción, porque llevamos tiempo deseando recuperar la normalidad, pero ahora nos sentimos desconsolados y desmotivados.
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Claves para mantener el equilibrio emocional durante el desconfinamiento
Una vez establecidas las dificultades que este proceso de desescalada puede conllevar, resulta conveniente disponer de las estrategias necesarias para afrontar la situación de cambio de una forma lo mas adaptativa posible. Es muy importante poseer ciertas estrategias para su manejo y de este modo evitar parte del sufrimiento que genera la no adaptación a los cambios en el entorno que nos rodea.
1. Establece rutinas y organiza tus conductas
El temor al contagio según avanzamos en las fases puede ser mayor, y eso puede llevarnos a realizar conductas desadaptativas, generando elevados niveles de ansiedad.
Por ello, si adoptamos ciertas medidas de prevención y creamos un hábito (salir siempre con mascarilla, llevar gel desinfectante, mantener distancia social...), además de estar protegidos, sentiremos tranquilidad y alivio, puesto que las medidas están establecidas de forma consciente y objetiva.
2. Realiza actividad física
Algunas personas ya hemos establecido una pequeña rutina diaria de ejercicio físico durante este confinamiento, y ahora podemos salir debemos aprovechar para realizar esa rutina o parte de ella al aire libre; eso supondrá un gran beneficio para nuestro estado de ánimo.
3. Reestablece y ajusta las rutinas diarias y actualiza tus objetivos
Es probable que después de estos meses, la gran mayoría de nosotros hayamos sufrido varios cambios en diferentes ámbitos de la vida, y a medida que pasamos por fases de desconfinamiento, estos se suceden de una manera más rápida.
Por ello, es importante adaptarse y flexibilizarnos en función de las necesidades del momento, aunque con una línea marcada. Y no olvidarnos de la importancia de compaginar las nuevas obligaciones y el nuevo ocio, esta combinación nos proporciona a largo plazo una estabilidad emocional.
4. Recupera las relaciones sociales
Conocemos la importancia y la necesidad emocional de socializar, y a pesar del confinamiento, muchos de nosotros nos hemos adaptado poco a poco a nuevas formas de comunicación para estar cerca de nuestros seres queridos pese al distanciamiento social, pero es importante no dejarnos llevar por la comodidad o el temor al contagio, para evitar el aislamiento social y las consecuencias que pueden generar a medio-largo plazo.
5. Infórmate por fuentes fiables y lo necesario
Mantenerse informado es necesario, pero la sobreinformación y la información de fuentes no oficiales es una de las principales causas del miedo generalizado y de la angustia que nos generan la incertidumbre y la información contradictoria y excesiva.
6. Pide ayuda
Todo proceso de cambio conlleva su propio proceso de adaptación de forma natural, la adaptación nos permite evolucionar.
Pero en función de las características del cambio (voluntariedad, inmediatez...) y las diferencias individuales de cada individuo, la situación provocará una respuesta distinta hacia el cambio, que puede ser adaptativa o desadaptativa: dependerá de las estrategias de afrontamiento y recursos que cada uno posea.
Si consideras que no dispones de esos recursos y herramientas no dudes en contactar con un profesional y pedir ayuda.
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