¿Cómo relacionarnos con los adolescentes oposicionistas en la familia?

Consejos prácticos para, como padres y madres, relacionarnos bien con adolescentes oposicionistas.

Cómo relacionarnos con los adolescentes oposicionistas en la familia

Los adolescentes oposicionistas no solo tienden a experimentar mucho malestar en una etapa de la vida en la que son especialmente vulnerables y que influye mucho en su desarrollo; además, sus patrones de comportamiento, si no son debidamente atendidos y tratados en terapia, perjudican también a sus familias, dañando la convivencia e incluso fomentando la aparición de alteraciones psicológicas en sus seres queridos. No es su culpa; gestionar este tipo de situaciones sin ayuda profesional resulta muy complejo, y por eso se recomienda recurrir a los psicólogos cuanto antes.

Ahora bien, más allá del trabajo que los adolescentes realicen en terapia, hay varias estrategias y rutinas que los padres y/o madres pueden adoptar en casa al cuidar de estos jóvenes, para ponérselo más fácil a la hora de mejorar y, de paso, para devolverle el equilibrio a las dinámicas familiares. Aquí veremos las más importantes.

Los rasgos de los adolescentes oposicionistas

El trastorno oposicionista desafiante (TOD) es un fenómeno psicológico que aparece fundamentalmente en niños y adolescentes, y que se plasma en una tendencia a romper con las normas y a hacer muy difícil la convivencia.

Esta alteración se caracteriza por la presencia de actitudes y comportamientos desafiantes hacia las normas y convenciones sociales, así como por la negativa a colaborar o cooperar con los demás, ya sean familiares, amigos, profesores o desconocidos. Si bien este fenómeno está presente en mayor o menor medida en prácticamente todos los adolescentes, en el caso de quienes desarrollan TOD estos comportamientos son especialmente frecuentes y disruptivos.

Adolescentes con TOD

El trastorno oposicionista desafiante se relaciona con una serie de síntomas conductuales muy característicos, que son los siguientes: predisposición a guardar rencor y buscar venganza, falta de respeto hacia normas y figuras de autoridad, irritabilidad frecuente, tendencia a atacar verbalmente y a molestar a los demás tan solo para divertirse. Ahora bien, estas dinámicas comportamentales problemáticas no son tan extremas como en el caso del trastorno de conducta.

La detección temprana de este trastorno, así como su tratamiento, son esenciales para mejorar la calidad de vida de la persona y evitar que se puedan desencadenar otras alteraciones psicológicas relacionadas de mayor gravedad. Además, acudir a terapia será una medida para prevenir que estas conductas den lugar a problemas con consecuencias a largo plazo, como por ejemplo el fracaso escolar.

Estrategias a seguir para criar y relacionarnos con adolescentes oposicionistas en la familia

Si en tu familia ha aparecido un caso de TOD y deseas conocer las principales estrategias, sigue leyendo. Estas son varias pautas que puedes seguir para mejorar la relación intrafamiliar y fomentar una crianza lo más adecuada posible dadas las circunstancias.

1. Establecer límites claros

El establecimiento de límites y normas de convivencias claras, específicas y alcanzables, tanto en casa como fuera de ella, es una de las primeras estrategias que podemos poner en práctica para mejorar la relación con un adolescente que presenta un trastorno de oposición desafiante.

Es importante que tanto las normas de casa como los límites de conducta establecidos sean claros y concisos para que el adolescente pueda recordarlos con facilidad en todo momento y los tenga en mente siempre que tenga intención de tener un comportamiento desafiante. También es recomendable que no sean muy numerosas. “Sepultar” al joven en un montón de normas nuevas cada vez que se las salte resulta totalmente contraproducente, porque las devalúa y además hace que parezcan arbitrarias o una cuestión de venganza.

Así mismo, hacer que entienda el para qué de esas limitaciones hará más fácil que “conecte” con ellas al ver su utilidad, su lado positivo.

2. Elogiar los comportamientos positivos

Del mismo modo que el incumplimiento de las normas y la desobediencia deben ser sancionadas cuando el adolescente se porta mal, también deberemos señalar claramente y elogiar con intensidad los comportamientos positivos.

De esta forma estamos reforzando las actitudes que nos interesan para que se vuelvan a producir en el futuro y se conviertan en la tónica habitual de conducta. Además de eso, hacemos entender al adolescente cuál es el camino adecuado a la hora de relacionarse correctamente y convivir en familia.

Los refuerzos positivos y los elogios hacia comportamientos adecuados deben ser específicos y lo más concisos posible, y pueden ir acompañados de recompensas significativas para el/la adolescente.

3. Enseñar valores

En las familias en las que hay un adolescente con TOD resulta de gran importancia que tanto los padres como otros miembros del núcleo familiar le enseñen una serie de valores imprescindibles para lograr una buena adaptación social.

Algunos de estos valores pueden ser responsabilizarse de los propios actos (señalando cuáles son las consecuencias de las malas conductas); la importancia del esfuerzo para lograr recompensas, la tolerancia a la frustración y el respeto a las otras personas de nuestro entorno. Esto puede hacerse mediante narraciones y ejemplos, explicando por qué ciertos comportamientos hablan bien de una persona. Por ejemplo, utilizar películas puede ser útil.

4. Ejercer de modelo de comportamiento

De la misma forma que debemos enseñar una serie de valores a nuestro hijo, también debemos actuar como modelo de comportamiento para que aprenda esos mismos valores y pautas de conducta de nosotros mismos.

Para lograr este fin, es recomendable que las normas que se aplican al adolescente que presenta un trastorno oposicionista desafiante, sean cumplidas también por todos los miembros de la familia, o en el caso de que no las cumplan (por ejemplo, no tiene sentido que los adultos tengan limitaciones sobre hasta cuándo llegar tarde por la noche), explicar muy bien por qué y mostrar que comportarse con madurez tiene sus ventajas.

5. Compartir actividades

Compartir actividades agradables y divertidas en familia también es una forma de estrechar vínculos con el hijo adolescente y puede servir tanto para mejorar su estabilidad mental, como para lograr un buen humor y aumentar su autoestima.

Compartiendo actividades o bien algunas horas del día con el adolescente, contribuimos a que se sienta integrado en la familia, incluido en las actividades familiares y es una de las mejores maneras de poner en práctica una crianza positiva.

6. Ejercer una crianza positiva

Un modelo de crianza positiva comprende todas las pautas anteriormente relacionadas y se basa tanto en la disciplina coherente y constante como en el amor, la confianza, el afecto y el vínculo positivo entre padres e hijos.

Gracias a este tipo de crianza desde la infancia lograremos que el niño se sienta querido y respetado en todo momento, con unos límites de educación y convivencia claros que le permitan aprender a comportarse debidamente y desarrollarse adecuadamente.

7. Evitar las luchas de poder

Ante episodios de oposición o negativas a obedecer las normas de la casa, es importante evitar las luchas de poder con el adolescente y poner en práctica estrategias de crianza útiles que nos permitan mantener el control de la situación y nos ayuden a comunicarnos positivamente con él para que cumpla las normas.

Algunos de los trucos que podemos utilizar para evitar la oposición del adolescente y a lucha de poder entre ambas partes pueden ser ofrecerle dos o más opciones para realizar una tarea; de esta forma le estamos otorgando voz en las decisiones que se van a tomar.

8. Evitar las etiquetas

Usar frecuentemente etiquetas como “eres un malcriado” o “eres un irresponsable” tan solo hará que integre estos adjetivos en su personalidad y que los defienda como algo propio frente a los demás. Mejor ejercer una crítica constructiva sobre las acciones inadecuadas.

9. Convencer de los beneficios de asistir a terapia

Además de poner en práctica todas las estrategias anteriormente mencionadas, es importante acudir a terapia para tratar los trastornos oposicionista desafiante que pueda presentar el adolescente, con el objetivo de que no desencadene en otros problemas más graves; y, por otro lado, también es importante abordar el problema en terapia interviniendo en el sistema familiar.

Para lograr que acuda a terapia, resulta de gran ayuda que tanto los padres como los familiares del adolescente le convenzan de los beneficios prácticos de acudir a un profesional de la psicología, es decir, de aquellos que le harán sentir mejor en poco tiempo y le proporcionarán una mayor calidad de vida.

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