La psicoterapia es un proceso de ayuda a personas que nunca se apoya en la unilateralidad: requiere del interés y la participación deliberada tanto del terapeuta como del paciente, aunque solo uno de ellos adopte el rol de profesional formado y entrenado para dedicarse a este tipo de intervenciones. Si se produce una clara asimetría en cuanto a la implicación de estas personas, la psicoterapia no progresará, o incluso se verá interrumpida.
Del mismo modo, de nada sirve que en las primeras sesiones tanto el paciente como el profesional se esfuerzan en que la terapia avance si en las siguientes etapas el primero pierde el interés y decida darse por vencido, dejando de acudir a las citas con el psicólogo. Y es precisamente por eso que el concepto de adherencia terapéutica es clave, ya que los psicoterapeutas deben aplicar una serie de estrategias para minimizar las probabilidades de que el paciente deje de mostrar compromiso con el avance de la intervención psicológica. En este sentido, aquí hablaremos acerca de las medidas más importantes que se adoptan para generar adherencia terapéutica en la psicoterapia.
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Los pilares de la adherencia terapéutica en la consulta del psicólogo
Estos son los principales elementos de la elaboración de la adherencia terapéutica entre el psicólogo y el paciente (debidamente adaptados a cada caso particular).
1. Aplicar la escucha activa
La experiencia de poder expresarse abiertamente acerca de lo que no ha podido o no se ha atrevido a contar a otras personas es uno de los primeros aspectos generadores de bienestar que la psicoterapia le aporta al paciente. Por eso es importante facilitar que se implique en este proceso yendo más allá de simplemente escuchar; hay que hacer que esa persona se sienta escuchada, algo que pasa por darle feedback constante reacciones mediante gestos ante lo que va diciendo, mantenimiento del contacto visual, puntualizaciones, breves peticiones de aclaraciones, etc. Todo ello sin llegar a interrumpir ni frenar la fluidez el diálogo.
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2. Nunca prejuzgar ni compartir opiniones muy marcadas
Hacer que los pacientes no se sientan juzgados al asistir a las sesiones de psicoterapia y hablar sobre lo que les pasa es posiblemente el principal pilar de la adherencia terapéutica. Esto significa transmitir, tanto desde el lenguaje verbal como desde el lenguaje no verbal, que no emitimos juicios de valor acerca de sus vidas, sus acciones pasadas y sus maneras de afrontar el dolor emocional, entre otras cosas. Del mismo modo, y esto es algo que a veces es pasado por alto, resulta recomendable no emitir opiniones muy extremas o marcadas acerca de temas polarizantes o de actualidad. De esta manera, no se fomenta el miedo a reflejar una ideología diferente o incuso opuesta a la del terapeuta, propensa a ser criticada.
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3. Informar al paciente y despejar sus dudas y preocupaciones
Ayudar al paciente a comprender el porqué de los comportamientos que le hacen sentir mal es clave para que no le cueste pasar mucho tiempo hablando acerca de sus problemas a lo largo de las sesiones; esto es lave porque algunas personas deben afrontar un gran sentimiento de culpa cada ve que hablan abiertamente de su pasado y de su manera de afrontar los problemas de la vida. Del mismo modo, ayudarle a desprenderse de preocupaciones infundadas y de mitos acerca de, por ejemplo, la psicopatología que ha desarrollado y por la que acude a la consulta, es una buen manera de evitar que termine por querer evitar a toda costa pensar en ella dejando de ir a terapia e intentando vivir como si no le ocurriera nada malo.
4. Plantear metas tanto a largo como a corto plazo
Formular objetivos a corto plazo (es decir, que pueden ser alcanzadas en cuestión de horas o de pocos días) es necesario para que el paciente sienta que esforzándose en el momento presente puede sentir la satisfacción de haber avanzado en el proceso de psicoterapia. Si tan solo hay mentas a largo plazo, estas resultarán demasiado abstractas para despertar su interés y su compromiso.
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5. Destacar los logros realizados hasta el momento
Realizar observaciones acerca de los logros que el paciente ha logrado hasta el momento y mostrar satisfacción por su compromiso con la terapia es una muy buena medida de refuerzo positivo de su comportamiento, y hará que se sienta en la senda de la mejora de su situación, de modo que tirar la toalla en ese momento le supondría la pérdida de todas esas victorias que ha ido acumulando y que tendrá muy presentes gracias a los recordatorios del profesional acerca de todo lo que ha conseguido.
6. Llamar cuando se producen ausencias y aprovechar la terapia online
No hay que mostrar pasividad ante las ausencias a las sesiones programadas en la agenda; hay que actuar realizando al menos una llamada telefónica para conocer los motivos de su ausencia, algo que sirva para reflejar que esa oportunidad perdida tiene consecuencias objetivas más allá de la subjetividad del paciente. Además, ante posibles inconvenientes como el hecho de viajar puntualmente a otra ciudad, se le puede plantear la opción de realizar sesiones online por videollamada para que no sienta que esa cadena de reuniones con el psicólogo se ha visto interrumpida de todos modos y que ausentarse nuevamente no supondría una gran pérdida.
7. En caso de ser posible, involucrar a la familia
Si se puede mantener el contacto con los familiares del paciente, esto facilitará que esa persona tenga aliados del proceso terapéutico en su propia casa, gente que le ayudará a cumplir los objetivos planteados en la terapia y que le animarán a no dejar de acudir a las reuniones con el psicólogo. Eso sí, dejando claro en todo momento que la información confidencial tratada en las sesiones no será compartida con los otros miembros de la familia sin su permiso.
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