El dar a luz es, sin lugar a dudas, uno de los momentos más bonitos para la mayoría de las mujeres. Tener la capacidad de traer una nueva vida al mundo tras estar nueve meses albergándola en su interior es algo que llena de felicidad a toda madre que desea serlo.
Pero en ocasiones, el deseo de querer ser madre es tan fuerte que, incluso sin haber estarlo, el cuerpo empieza a mostrar los síntomas propios de un embarazo real. Esto hace que la propia mujer piense que está embarazada, con todo lo que ello implica.
Este tipo de situaciones son los embarazos psicológicos, un fenómeno poco común pero muy interesante que este artículo vamos a abordar. Veamos de qué se trata, cuales son sus síntomas, qué es lo que lo diferencia de un embarazo real y cómo debe ser tratado.
Embarazo psicológico ¿de qué se trata?
El embarazo psicológico es la situación que se da cuando una mujer cree que está embarazada sin estarlo, debido a que está manifestando algunos síntomas objetivos propios de encontrarse en estado. También son denominados embarazos fantasma o pseudociesis, de “pseudo”, “falso” y “cesis”, “gestación”.
Aunque se han barajado algunas hipótesis sobre por qué esto ocurre, lo cierto es que no se tiene del todo claro por qué se dan este tipo de falsos embarazos en la especie humana. Una de las posibles explicaciones que se ha planteado es que, cuando se tiene un muy fuerte deseo por ser madre, la mente acaba influyendo en el cuerpo, ocasionando toda una serie de síntomas propios de los embarazos.
Las reacciones físicas que se manifiestan por causa mental son llamadas reacciones psicosomáticas, por lo tanto, los embarazos psicológicos son conjuntos de síntomas psicosomáticos. Es por ello que los especialistas en ginecología necesitan abordar de forma muy clara y profunda este tipo de casos, dado que, pese a no haber embarazo real, el cuerpo se comporta como si realmente hubiera uno.
Síntomas
Como ya hemos dicho, en el embarazo psicológico la mujer cree estar realmente gestando a un bebé, y puede manifestar algunos síntomas objetivos que indicarían, a primera vista, que efectivamente está embarazada.
Las personas que están pasando por una pseudociesis, al igual que las embarazadas reales, sufren cambios hormonales. Las hormonas luteinizante (LH) y folículo-estimulante (FSH) disminuyen, haciendo que se deje de ovular y se detenga el ciclo menstrual.
Por el otro lado, suben los niveles de prolactina y progesterona, las cuales están detrás de varios síntomas también propios del embarazo real. La progesterona causa cansancio y somnolencia, mientras que la prolactina es la responsable de que el pecho segregue leche, aunque no haya un bebé al que alimentar con ella.
Se dan algunas alteraciones digestivas, como lo son el estreñimiento, las náuseas y los vómitos, los cuales pueden darse a cualquier hora del día. Además de sufrirse antojos y una mayor sensibilidad ante olores y gustos determinados.
Uno de los síntomas que contribuyen a que la mujer piense que realmente está embarazada es que la barriga y los senos crecen, volviéndose especialmente sensible estos últimos. A esto se le añade el hecho de sentir movimiento dentro del útero, como si realmente hubiera un feto formándose, y tener la sensación de que está dando pataditas.
Otros síntomas que sufre la mujer con un embarazo fantasma y que son comunes en los embarazos reales son mareos, aumento del volumen del útero y ablandamiento del cuello uterino, incremento de peso y, en algunos casos, elevados niveles de gonadotropina.
Cuando se realiza el diagnóstico diferencial, es decir, averiguar si realmente se trata de un embarazo real o, en caso contrario, una pseudociesis, hay dos indicadores bastante esclarecedores. Por un lado, está el hecho de que el ombligo no se encuentre hacia afuera y, por el otro, que el incremento de peso sea superior al esperado en un embarazo normal.
Sin embargo, lo que aclara de forma definitiva que se trata de un embarazo ficticio son los tests de embarazo negativos y las ecografías en las que no se ha encontrado ningún feto.
Causas
Son varias las causas que pueden explicar el por qué la mujer cree que realmente está embarazada. Al fin y al cabo, este tipo de situaciones se manifiestan de forma psicosomática, es decir, la mente ha generado síntomas físicos en el cuerpo de la mujer.
Una de las causas más comunes es el deseo que tenía la mujer de quedarse embarazada pero teniendo problemas para conseguirlo. Esta situación suele ocurrir en aquellas mujeres que han tenido problemas de fertilidad, un historial de múltiples abortos o, en los casos más graves, la pérdida de un hijo recién nacido. El vivir en un entorno sexista en el que se considera que ser madre significa satisfacer el objetivo vital de toda mujer también favorece a que se den embarazos ficticios.
Otra de las causas es que la mujer esté a punto de entrar en la menopausia, pero tenga miedo ante este nuevo período y crea en todo un repertorio de creencias estereotípicas al respecto como lo son la pérdida de juventud y de “productividad”.
También se dan casos de embarazos fantasma en aquellas mujeres que temen quedarse en estado. Aunque esto pueda parecer hasta contraintuitivo, lo cierto es que esto puede ocurrir con frecuencia en chicas jóvenes quienes acaban de iniciar su vida sexual y proceden de familias conservadoras.
En parejas donde hay problemas, el tener un hijo es visto, en ocasiones, como la solución. Esto puede fomentar que la mujer crea que efectivamente se ha quedado embarazada y que ha llegado el fin de la tensión con su novio o marido. También puede verse el quedarse embarazada como el motivo por el cual la pareja le dedicará más tiempo a la mujer, recibiendo mayor atención y, en caso de que tuviera que suceder, atrasando la ruptura.
Tratamiento
Decirle a una mujer que no está embarazada cuando lleva creyendo lo contrario durante meses no es tarea sencilla. Requiere de un elevado grado de delicadeza y de la colaboración de la pareja.
Como ya se ha comentado, las causas detrás de sufrir un embarazo psicológico pueden ser variadas y la mujer tener un repertorio de creencias y deseos que “justifican” su embarazo. Por este motivo es necesario demostrarle que no está en estado realmente, pero hacerlo de la forma más suave posible para evitar problemas emocionales al recibir el disgusto.
Gracias al avance de la tecnología, especialmente aplicada en el campo de la medicina, es posible demostrar de forma muy objetiva que una mujer no está embarazada. Como ya hemos dicho, las ecografías y los tests de embarazo, entre otras técnicas, permiten demostrar que no se está en estado. A veces, basta con esto para acabar con la pseudociesis y los síntomas van desapareciendo con el paso del tiempo.
Sin embargo, otras mujeres no se lo acaban de creer, ya sea porque han creído en la mentira durante mucho tiempo o porque desean tanto tener un bebé que se niegan a admitir la realidad.
El primer profesional al que habrá acudido la mujer habrá sido su ginecólogo, quien deberá asegurarse de mostrar todas las pruebas objetivas que confirmen que no hay embarazo y, si es posible, dilucidar de dónde viene este caso. Aunque averiguar las causas que han llevado a esta situación es tarea del psicólogo, no está recomendado derivar a la paciente de inmediato, dado que puede generarse una elevada reticencia al pensar que tiene un trastorno mental.
Cuando ya sea la hora de acudir a un profesional de la salud mental, el psicólogo se encargará de seguir un tratamiento para la mujer, ver hasta qué punto aceptar la noticia le ha afectado en el estado de ánimo e indagar sobre las causas que han conducido a este embarazo fantasma.
Si la mujer, tras todo el esfuerzo del ginecólogo, médico y psicólogo, no logra entender la situación real, es posible que el embarazo psicológico solo sea la punta del iceberg de un problema mucho más grande, y se esté ante un caso de depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo o, en casos más graves, un trastorno psicótico como lo es la esquizofrenia.
¿Embarazo en hombres?
Por sorprendente que pueda parecer, de la misma manera que hay mujeres que sin estar embarazadas manifiestan síntomas propios de estar gestando, hay hombres que, pese a la imposibilidad biológica de su sexo, también presentan signos físicos de embarazo.
A esto se le llama síndrome de Couvade, viniendo de la palabra francesa “couver” que significa “incubar”.
No es que el hombre piense que está embarazado, sin embargo, manifiesta los mismos síntomas que su novio o esposa quien realmente se encuentra en estado. Si ella vomita, él también lo hace; si ella tiene un antojo, a él también le apetece comer; y si ella sube de peso, pues él también.
Se ha intentado averiguar un poco más sobre este síndrome. Se cree que, en embarazos normales, el 10% de los hombres pasan manifiesta el síndrome de Couvade, mientras que el porcentaje se incrementa a 25 en caso de que haya un embarazo con problemas.
Se ha barajado la posibilidad de que esto ocurra porque el hombre se implica mucho en el proceso de gestación que está haciendo la mujer, aunque también podría deberse a una necesidad de llamar la atención que ahora está centrada en su pareja. Otra de las causas que podrían haber detrás de esto es algo más grave, como lo sería un trastorno de personalidad en el hombre.
Los síntomas en el hombre son muy similares a los de un embarazo normal, habiendo cambios de humor, aumento de peso e hinchazón abdominal además de problemas gástricos. Todos ellos desaparecen en el momento en el que la mujer da a luz.
Referencias bibliográficas:
- Tarín, J. J.; Hermenegildo, C.; García-Pérez, M. A.; Cano, A. (2013). Endocrinology and physiology of pseudocyesis». Reproductive Biology and Endocrinology 11(39).
- Carbary, L. J. (1982). Unisex false pregnancy». Journal of Nursing Care 15 (4): 18-21.
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