El estrés postvacacional es una alteración psicológica que, si bien no llega a ser un trastorno mental descrito en los manuales diagnósticos, genera un malestar significativo. Este afecta a algunas personas que suelen tener problemas para habituarse a los nuevos ritmos de vida tras las vacaciones y durante la reincorporación al día a día en el puesto de trabajo. Puede afectar en mayor o menor medida a las personas que lo presentan durante un periodo que va desde un par de días hasta dos semanas, y va acompañado de una serie de síntomas asociados a la ansiedad y los problemas de concentración.
Ahora bien, nadie está condenado a sufrir estrés postvacacional cada vez que regresa de esos días de desconexión; hay algunas estrategias que ayudan a prevenirlo y evitarlo. Aquí veremos las más importantes.
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¿Cómo evitar sufrir estrés postvacacional?
Aunque cada persona es única, puedes poner en práctica estas estrategias para reducir las posibilidades de que el estrés postvacacional aparezca en tu vida al volver al trabajo.
1. Organizar el tiempo
Mantener un día a día organizado es una de las primeras medidas que podemos tomar para superar el estrés vacacional una vez hemos retomado las actividades laborales y la rutina diaria de nuestro trabajo.
Estableciendo horarios semanales y diarios tanto personales como de nuestros hijos, conseguiremos saber en cada momento qué actividad o responsabilidad debemos atender y dejaremos menos horas para improvisar en las que el estrés nos puede sobrevenir. De este modo, nos encontraremos con menos ocasiones en las que las dudas por decidir qué hacer a continuación nos paralicen.
Esta organización puede llevarse a cabo mediante agendas y diarios en las que apuntemos todas las obligaciones a las que debemos hacer frente o bien mediante dispositivos electrónicos en los que asignemos diariamente cada actividad importante.
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2. Reservar un tiempo para descansar
Reservar algunas pausas diarias para descansar un poco en los primeros días de la vuelta al trabajo también puede servirnos para ir aclimatándonos en este nuevo período y facilitar un buen estado físico y psicológico durante dicha transición.
Esto significa que además de llevar a cabo las obligaciones laborales diarias debemos dejar algún tiempo para relajarnos y pasarlo bien durante el día, ya sea solos o con amigos, y que nos hagan sentir mejor. Esto implica, además, levantarnos del asiento en el que hemos estado trabajando, para descansar la vista y restaurar nuestra capacidad para concentrarnos en el trabajo.
Parte de estas horas o minutos para nosotros mismos pueden reservarse justo al final del día, cuando más cansados nos sentimos y podemos dedicarle a ver alguna película o serie o bien a hacer deporte o cualquier otra actividad placentera, pero es importante que la otra parte de esas pausas estén integradas en el horario de trabajo, para "airear" nuestra jornada. Además, deben ser frecuentes; asegúrate de descansar al menos cinco minutos cada 45 minutos.
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3. Ir adaptando los horarios vacacionales al nuevo paradigma con antelación
Es recomendable ir acostumbrando al organismo a los horarios de trabajo de los meses laborales un poco antes de regresar de las vacaciones, aproximadamente en los dos días previos al fin de ese periodo.
Esta preparación previa sirve para acostumbrarnos a los horarios habituales del resto del año y consiste en ir acostándose y despertándonos progresivamente a horas más tempranas, así como en realizar las comidas también en un horario más parecido al que podemos en práctica en el período laboral o académico.
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4. Hacer deporte de manera regular
La actividad física es esencial para mantener una correcta salud tanto física como psicológica, es por eso que resulta tan importante seguir haciendo deporte durante las vacaciones de verano y durante el regreso, es decir al inicio de la vuelta al trabajo.
Hacer ejercicio intenso nos ayudará a mantenernos en forma y nos permitirá liberar endorfinas, que nos ayuden a sentirnos mejor y a prevenir el estrés que pueda surgir tras las vacaciones de verano.
Este ejercicio puede realizarse de múltiples maneras, las más habituales son correr, dar largos paseos por la tarde en las horas de menor calor, apuntarse a torneos o competiciones deportivas, hacer senderismo, practicar ciclismo o hacer escalada.
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5. Acostumbrarse al trabajo de manera progresiva
Además de todo lo mencionado anteriormente, para superar o evitar el estrés postvacacional también es necesario tomar una serie de medidas organizacionales justo en el momento en el que regresamos a nuestras obligaciones diarias.
Estas medidas pueden consistir en asumir obligaciones de manera gradual, empezando por las más sencillas y luego por las más difíciles, no llevarse trabajo a casa o empezar a trabajar desde el primer día con actitud positiva y motivadora.
6. Si nada parece funcionar, acudir al psicólogo
Solicitar los servicios de un profesional de la psicología nos puede ayudar también a desarrollar habilidades de gestión de la ansiedad necesarias para relacionarnos bien con el trabajo y vencer el estrés postvacacional o prevenir su aparición.
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