Estilos de apego Ansioso y Evitativo: ¿verdad o mito?

Veamos hasta qué punto nos afectan los estilos de apego de la infancia.

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Una de las dificultades psicológicas y emocionales más frecuentes que afrontamos en terapia es el llamado "estilo de apego ansioso o evitativo". Muchas personas vienen a consulta y me dicen tener este estilo o que su pareja lo tiene. Sin embargo, ¿es cierto que existen estos estilos de apego? Nuestro desarrollo en la infancia, ¿condiciona la vida adulta de forma tan estable?

Desde que se popularizaron las teorías del apego en redes sociales y libros de autoayuda, muchas personas acuden a terapia convencidas de que su estilo de apego les define por completo o que su relación está condenada por el “estilo” de su pareja.

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Estas afirmaciones suelen ir acompañadas de ansiedad, problemas de autoestima y, sobre todo, un enfoque hipercontrolador de las relaciones. Se perciben a sí mismos atrapados en patrones que no pueden cambiar, como si estuvieran programados desde la infancia. Y eso tiene un costo emocional: culpa, resignación y una búsqueda de explicaciones que termina reforzando el problema en lugar de resolverlo.

En este artículo vamos a profundizar, desde la experiencia directa en terapia acompañando a personas que tenían estas dificultades, en qué son realmente los estilos de apego, si realmente son ciertos y estables, y sobre todo, cómo podemos solucionar esta dificultad para vivir nuestras relaciones desde la calma y la confianza.

Aquí vas a desafiar muchas de las ideas que tienes sobre ti y los demás, y ese es el primer paso para vivir un proceso terapéutico donde te conozcas mejor y vivamos con más bienestar. Vamos a por ello.

El origen de los estilos de apego: ¿ciencia o reduccionismo?

La teoría del apego, desarrollada por John Bowlby y Mary Ainsworth en los años 60 y 70, surge a partir de observaciones de niños en situaciones específicas (como la “situación extraña”, en la que se observaba la reacción de un niño al separarse y reencontrarse con su figura de apego, normalmente la madre). Estas observaciones dieron lugar a categorías como “apego seguro”, “ansioso” o “evitativo”.

Sin embargo, esta teoría y experimentos son totalmente cuestionables. Veamos varios puntos críticos que conviene señalar:

La teoría se construyó desde una mirada centrada en la madre, reforzando una visión de género marcada por prejuicios psicoanalíticos de la época. Se consideraba que todo problema en nuestra vida adulta tenía como origen un problema en la madre porque no había cumplido "sus funciones" (estos prejuicios de género hoy día continúan en múltiples teorías sin evidencia empírica). Se ignoraron variables como el contexto o la neurodiversidad del niño, que le podía hacer reaccionar de forma totalmente ajena a las hipótesis de los investigadores por causas diferentes.

El diseño original no contemplaba la diversidad afectiva, ni consideraba, por ejemplo, que un niño autista o con tendencia a la introversión podría reaccionar de forma distinta por su propia configuración neurobiológica, y no por un “fallo” en el vínculo.

El paso de la infancia a la adultez es mucho más complejo de lo que sugiere la idea de que el estilo de apego se arrastra de manera automática. Las relaciones adultas están atravesadas por experiencias, decisiones, aprendizajes y contextos que cambian continuamente. No, no todo lo que nos ocurre en la vida adulta depende de algo que nos ocurrió en la niñez.

Por tanto, los estilos de apego no son verdades absolutas. Son una hipótesis popular, pero no deberían utilizarse como etiquetas rígidas que nos impidan crecer o entender nuestra experiencia desde otros lugares. Hoy día, desde el conocimiento que tenemos y con una visión crítica, vemos claramente que es una teoría totalmente cuestionable. Cuando creemos que tenemos ese estilo de apego, la mera idea o creencia termina por resultar una losa que dificulta aún más el problema.

Vamos a profundizar en qué son exactamente estas dificultades en las relaciones de pareja para ver cómo resolverlas.

La raíz de lo que llamamos "apego ansioso"

Lo que muchas personas llaman “apego ansioso” es, en realidad, una forma de vivir la relación desde un estado de ansiedad sostenida. Se interpreta cada gesto como una amenaza o una señal de abandono. Se busca confirmar el afecto constantemente. Se teme perder el vínculo y, al mismo tiempo, se duda del propio valor.

Pero esto no se debe necesariamente a un estilo de apego, sino que puede tratarse de un patrón emocional aprendido donde la ansiedad distorsiona la experiencia del vínculo. El problema no es la relación en sí, sino cómo la interpretamos y la gestionamos desde nuestras propias inseguridades.

Las emociones difíciles (miedo, inseguridad, vacío) se convierten en el centro de gravedad. Y entonces se buscan explicaciones que encajen con ese malestar: “es que tengo apego ansioso”. Esta identificación, aunque da alivio temporal, puede cronificar la dificultad.

¿Y el apego evitativo? ¿De verdad es evitación?

En el caso del llamado apego evitativo, el rango de posibilidades es aún más amplio. Muchas veces, lo que se interpreta como evitación emocional es simplemente la necesidad legítima de tener espacio personal (caso de las personas introvertidas), o una forma distinta de vincularse que no encaja con los modelos afectivos más demandantes.

También puede tratarse de estos factores:

  • Personas que necesitan procesar sus emociones en solitario.
  • Tienen una historia de vínculos poco estables y desconfían por protección.
  • No saben cómo expresar lo que sienten, aunque lo sientan.
  • Han aprendido a adaptarse evitando el conflicto o el contacto intenso.

Tanto el supuesto apego ansioso como el evitativo tienen una raíz común: una dificultad para regular lo que sentimos y sostener el vínculo desde la calma. Uno lo afronta con hiperactivación; el otro, con huida o desconexión. Vamos a profundizar en cómo resolver estas dificultades de forma estable desde la experiencia directa en terapia.

Terapia para la ansiedad y evitación en las relaciones

De la misma forma en que no existen estilos de apego fijos o que lo definan todo, no existe un tipo de terapia X o Y que realmente solucione este problema. La clave para que una terapia funcione es acompañar a la persona con constancia, respeto, profundizar en todas las partes de la personalidad y también aplicar cambios concretos que nos lleven a solucionar lo que ocurre.

Tu forma de vincularte hasta ahora en pareja no es un diagnóstico ni debe ser una etiqueta o rasgo fijo. Son patrones que hemos aprendido y que podemos cambiar, ya que no somos esos patrones.

Las claves más importantes para solucionar estas dificultades son los siguientes:

1. Descubrir cómo gestionas lo que sientes ahora

Lo que sentimos en nuestras relaciones depende de cómo gestionamos lo que ocurre con nuestros comportamientos, nuestra comunicación y también con nuestras interpretaciones. Para poder solucionarlo, debemos ir más allá de estilos de apego y profundizar en cómo gestionas lo que sientes ahora. El miedo, la inseguridad, la culpa o la frustración son emociones positivas, pero en función de cómo las gestionemos pueden ser demasiado intensas, frecuentes o duraderas.

Cuando descubrimos cómo lo gestionas ahora, podemos comenzar a aplicar cambios para cambiar estos patrones.

2. Disminuir la ansiedad mediante la respiración

El ahogo o presión desagradable en el pecho o boca del estómago, tan característica de la ansiedad, se debe a una dificultad con ciertos patrones respiratorios. La ansiedad es un miedo intenso, demasiado frecuente y duradero. Cuando aprendemos a respirar de forma completa (la respiración natural del ser humano y de todos los mamíferos cuando sentimos paz y seguridad) podemos ir disminuyendo la ansiedad cada día.

Si existe ansiedad, trabajar con la mecánica respiratoria es el primer paso y el más importante. En consulta, esto es lo primero que hacemos para que luego el resto del proceso terapéutico sea más sencillo.

3. Trabajar con todas las partes de la personalidad

El problema no solo está en las relaciones, sino en cómo gestionas lo que sientes en esa experiencia determinada. Por este motivo es importante trabajar con todas las partes de tu personalidad: sistema de creencias, autoestima, comunicación, relaciones, etc. Todo tiene una relación y queremos cuidarlo todo en conjunto.

Mi objetivo como terapéuta, psicólogo y coach no es hacer sesiones eventuales (que suelen servir solo como parches y no como soluciones estable) sino acompañarte en un proceso de cambio práctico y profundo donde aprendas a estar bien y a construir vínculos positivos de forma estable.

4. Diseñar un plan de acción

Si queremos cambiar lo que ocurre, debemos aplicar acciones diferentes. Un plan de acción nos ayuda a encontrar las acciones diferentes exactas que cambian este patrón, siempre de forma flexible y de acuerdo a tus posibilidades. Este plan de acción lo solemos hacer en una sesión juntos.

5. Compañía constante

Cuando la terapia funciona con sesiones eventuales, suelen existir dificultades que no tratamos a tiempo. Por este motivo mi forma de acompañar es totalmente constante, cada día y sin límite de consulta, para que sientas la compañía y podamos afrontar los problemas cuando surgen y sin tener que esperar a encontrar un hueco en la agenda.

De esta forma encontramos soluciones antes y las sesiones sirven para profundizar mucho más.

En resumen, los estilos de apego no son una sentencia. Son una forma de leer las relaciones, con sus limitaciones y con una historia detrás. Pero tú no eres un “estilo”. Eres una persona capaz de cambiar, crecer y construir nuevas formas de estar en relación.

Rubén Camacho

Rubén Camacho

Psicólogo y Coach

Profesional verificado
Málaga
Terapia online

Si es lo que quieres, recuerda que puedes agendar una sesión conmigo en empoderamientohumano.com o en mi perfil de Psicología y mente.

Muchos ánimos y confianza en el cambio que necesitas.

Gracias por pensar en ti, Rubén Camacho Psicólogo y coach empoderamientohumano.com

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Rubén Camacho. (2025, julio 9). Estilos de apego Ansioso y Evitativo: ¿verdad o mito?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/desarrollo/estilos-de-apego-ansioso-y-evitativo-verdad-o-mito

Psicólogo y coach

Málaga

Psicólogo, coach y director de Empoderamiento humano, escuela de desarrollo personal online donde podrás comenzar procesos de cambio y transformación en tu vida para aumentar tu bienestar, mejorar tu autoestima y relaciones personales, conocerte mejor, gestionar tus emociones o mejorar tu productividad y liderazgo como profesional. Rubén es licenciado en Psicología (UNED) y Máster en Coaching y gestión del talento (EUDE, asociado a la Universidad Complutense de Madrid). Tiene más de 10 años de experiencia y ha acompañado a personas de hasta 5 países diferentes a conseguir el cambio y el desarrollo personal o profesional que necesitaban y se merecían.

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